Dos días, una noche - Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne (2014)

Dos días, una noche, DardenneTítulo original - Deux jours, une nuit (Two Days, One Night) aka
Año - 2014
Duración - 96 min.
País - Bélgica
Director - Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Guión - Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Sonido - Jean-Pierre Duret
Fotografía - Alain Marcoen
Montaje - Marie-Hélène Dozo
Producción - Luc Dardenne, Denis Freyd y Jean-Pierre Dardenne
Productora - Coproducción Bélgica-Francia; Les Films du Fleuve / Archipel 35
Género - Drama
Reparto - Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Pili Groyne, Simon Caudry, Catherine Salée, Batiste Sornin, Alain Eloy, Myriem Akeddiou, Fabienne Sciascia, Olivier Gourmet


Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, o los hermanos Dardenne, como prefiráis, vuelven a hacer de la sencillez y la cotidianidad su principal arma, en este duro drama sobre la clase trabajadora, enfocado en la actual crisis económica. Escriben y dirigen un trabajo cuasi documental, en el que no aparece ni la música, para que nada enturbie el claro mensaje que te dejará huella sin lugar a dudas. Mención especial a una Marion Cotillard que rebosa naturalidad y talento. Hay veces que para darnos cuenta de lo que vivimos a diario, han de mostrárnoslo claro como el agua. Por cierto, su sencillez es solo aparente.

Dos días, una noche, Dardenne

Sinopsis: Sandra (Marion Cotillard) es una joven esposa y madre, que trabaja en una pequeña fábrica de paneles solares. Tras una baja por una crisis nerviosa regresa al trabajo, descubriendo que sus jefes han visto que el trabajo sale adelante sin ella alargando cada trabajador un poco su jornada, por lo que dan a elegir a la plantilla entre perder una paga extra de 1000 euros y que Sandra conserve su trabajo o cobrarla aún a sabiendas que ella será despedida. Las necesidades económicas y la presión por parte de uno de los encargados hacen que la mayoría vote a favor del despido. Sandra decide entonces visitarlos uno a uno en el fin de semana, para tratar de convencerlos y que cambien de opinión.

Los directores: Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne son dos hermanos cineastas belgas. Jean-Pierre nació el 21 de abril de 1951 en Engis y Luc el 10 de marzo de 1954 en Awirs, ambos lugares pertenecientes a la provincia Valona de Lieja (Bélgica). Escriben, dirigen y producen juntos sus películas y se han denominado a sí mismos como "una persona con cuatro ojos".

Dos días, una noche, DardenneLos hermanos Dardenne comenzaron su carrera realizando documentales a finales de los años 70. No fue hasta 1987 cuando se pasaron a la ficción, realizando ese mismo año el cortometraje Il Court, il Court, le Monde, una oscura sátira sobre la obsesión moderna por la velocidad y su ópera prima Falsch, un drama sobre el holocausto donde adaptan una novela de René Kalisky. Entre su reparto aparecen Bruno Cremer, Jacqueline Bollen y Nicole Colchat; Je pense a vous (1992) fue su siguiente trabajo, un drama en el que retratan las miserias de la clase trabajadora con Robin Renucci y Fabienne Babe; el reconocimiento de la crítica internacional les llegó con su tercer trabajo, La promesa (1996), un excelente drama sobre la inmigración con la participación de Olivier Gourmet, Assita Ouedraogo y Jérémie Rénier; tras el documental Gigi, Monica... y Bianca (1997), donde tratan el problema de los niños explotados y su difícil reinserción en la Rumanía miserable y corrompida de Ceaucescu, dirigieron Rosetta (1999), un drama sobre la adolescencia con el que ganaron la Palma de Oro en la edición número 52 del Festival de Cannes, donde desde entonces son habituales de la sección a concurso; en 2002 dirigieron El hijo, un nuevo drama sobre la adolescencia y la reinserción en la sociedad con Olivier Gourmet y Morgan Marinne como protagonistas; en 2005 ganarían su segunda Palma de Oro con El niño, un nuevo drama social sobre una joven pareja que malviven en los suburbios de Lieja. Está interpretada por Jérémie Renier y Déborah François; tras participar en A cada uno su cine (2007), una recopilación de 33 cortometrajes realizados por 35 directores con motivo del 60 aniversario del Festival de Cannes, estrenaron El silencio de Lorna (2008), un drama sobre un matrimonio de conveniencia con Arta Dobroshi, Jérémie Renier y Olivier Gourmet; su último trabajo antes del que hoy nos ocupa fue El niño de la bicicleta (2011), un drama sobre un niño de once años que se escapa del hogar de acogida con la intención de encontrar a su padre. En su reparto aparecen nombres como Cécile De France, Thomas Doret o Jérémie Renier.

La película: El cine de los Dardenne es algo digno de estudio, ya que tras la aparente simplicidad y las grandes dosis de realismo que desprenden, casi siempre encontramos excelentes guiones de una riqueza pocas veces vista, donde se tocan multitud de temas de rabiosa actualidad que vemos casi a diario, pero que ellos tienen la capacidad de mostrar de una forma en la que consiguen agitar conciencias, que hacen que muchos abran los ojos ante realidades que preferimos ignorar o que simplemente escapan a nuestro sentido de la apreciación, tan atrofiado entre tanta información como nos llega a diario.

Dos días, una noche, Dardenne

Pero claro, es un tipo de cine con el que pocos o nadie lo pasa bien, que exige una predisposición del espectador antes de visualizarlo, ya que este ha de ser consciente de que lo que aparecerá ante sus ojos, será tan duro como la vida misma. Por ello no estamos ante un tipo de cine que agrade a los que ven este arte como un simple instrumento para la diversión, a los que buscan un rato de evasión de la dura realidad en la que vivimos o a los que simplemente no les guste que les muestren las vergüenzas de la sociedad donde vivimos.

En este caso aprovechan la tremenda crisis que asola gran parte del planeta en la actualidad, para contarnos una historia de lo mas cotidiana, una de esas en las que una o varias familias sufrirán un duro golpe ante la necesidad de disminuir la plantilla de cualquier empresa, algo que por desgracia se ha convertido en habitual en los últimos tiempos y vemos a diario en personas de nuestro entorno, además de en los noticiarios, prensa, radio, etc. Pero no crean que es eso todo lo que nos van a mostrar, sino que por el contrario utilizan dicha historia para hablarnos de multitud de temas que nos afectan a todos a diario, para denunciar la forma de vida que lleva la clase obrera Belga, perfectamente extrapolable a la de cualquier país.

Estrés, depresión, solidaridad, amor incondicional, insensibilidad, violencia, maltrato, falta de ética, superación y mil temas mas que aparecen ante nuestros ojos de forma clara y concisa, sin necesidad de enfatizar ninguna de ellas o de la búsqueda descarada de la lágrima fácil. Con un estilo cuasi documental, sin necesidad de ningún tipo de efecto deslumbrante que nos distraiga, con un uso de lo mas sencillo de la cámara y evitando la utilización de música, ni tan siquiera en los créditos iniciales ni finales, asistiremos a un trabajo que da que pensar y mucho, al menos si aún conservas algo de eso que llamamos alma o corazón.

Dos días, una noche, Dardenne

Y para que la experiencia resulte tan real como resulta, es necesario que los actores se hagan una idea muy clara de cual es su cometido, adquiriendo una importancia enorme su trabajo y el modo en el que lo realicen. Muchos pensaban que con la inclusión en el de una estrella muy reconocida como Marion Cotillard, podía cambiar en algo la forma que los hermanos Dardenne tienen de mostrarnos la realidad, pero nada mas lejos de la realidad. El trabajo de la actriz roza la perfección en todo momento, mostrándose como la viva imagen de una trabajadora, esposa y madre a la que la presión de la vida le está jugando una mala pasada. Ella se mete a la perfección en el papel y simplemente lo borda. Junto a ella está Fabrizio Rongione, que interpreta a la perfección a Manu, la media naranja de Sandra, el que permanece a su lado, la ayuda y la apoya en todo momento. El resto del reparto cumple bien con su labor, en papeles sin excesivas complicaciones en su inmensa mayoría.

Conclusión: Dos días, una noche es un amargo bocado a la realidad, algo que un amplio sector del público puede que no este dispuesto a soportar, pero han de saber que se perderían una gran película, con un guión de una riqueza indiscutible, la soberbia actuación de Marion Cotillard y la plausible capacidad de abrir la mente del espectador y hacerlo utilizar sus neuronas. Una película para ver en esos momentos en los que mental y anímicamente nos encontramos en plenas facultades, ya que de no ser así es recomendable mirar en otra dirección y dejarla para otra ocasión. Cuando acabes de verla puede que te digas a ti mismo que no es tan difícil hacer cine, pero es el talento de los Dardenne lo que lo hace en apariencia tan sencillo. Sean felices, que no es poco...



Dos días, una noche, Dardenne

Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb, Wikipedia y Youtube

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