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Un par de seductores - Frank Oz (1988)

par de seductores, Frank Oz, Dirty Rotten ScoundrelsTítulo original - Dirty Rotten Scoundrels
Año - 1988
Duración - 110 min.
País - Estados Unidos
Director - Frank Oz
Guión - Dale Launer, Stanley Shapiroy Paul Henning
Música - Miles Goodman
Fotografía - Michael Ballhaus
Montaje - Stephen A. Rotter y  William S. Scharf
Producción - Bernard Williams
Productora - Orion Pictures
Género - Comedia | Remake
Reparto - Michael Caine, Steve Martin, Glenne Headley, Anton Rodgers, Barbara Harris, Ian McDiarmid


Frank Oz fue el director encargado de realizar el remake de la obra que 24 años antes dirigió Ralph Levy, titulada Dos seductores. Con los mismos guionistas de la primera (Stanley Shapiro y Paul Henning) junto a Dale LaunerMichael Caine en el papel que interpretaba David Niven y Steve Martin en el de Marlon Brando, asistimos a una de esas escasas ocasiones en que la hermana pequeña mejora bastante a la mayor, principalmente por el trabajo de su director, mucho mas redondo que el de su antecesor. Una comedia ideal para disfrutar junto a un buen bol de palomitas y buena compañía. Ideal para estas fechas.

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Sinopsis: Lawrence Jamieson (Michael Caine) es un seductor con enorme clase que utiliza sus encantos para embaucar a mujeres de la alta sociedad, a las que saca dinero para supuestas buenas causas. Al comienzo del verano, mientras que viaja en tren hacia la Riviera francesa, conoce a Freddy Benson (Steve Martin), un compañero con mucha menos experiencia y clase, pero con un indudable encanto, que le confiesa que se dirige al mismo sitio que el para, sin saberlo, hacerle la competencia. Tras intentar sin éxito deshacerse de el, intentará enseñarle todo lo que sabe para trabajar hombro con hombro, pero continuando manejando los hilos, algo a lo que Freddy no estará dispuesto.

El director: Frank Oz es un director de cine, actor y titiritero estadounidense, nacido el 25 de mayo de 1944 en Hereford, Reino Unido. Tras trasladarse a California, Estados Unidos, con sus padres cuando tenía cinco años, comenzó a trabajar con títeres desde los 12 años, uniéndose al grupo de Jim Henson 7 años después. Ha dado vida a personajes tan entrañables como la cerdita Piggy, el oso Fozzie, Beto, el Monstruo de las galletas, etc. En su filmografía como director aparecen títulos como Cristal oscuro (1982), Los Muppets en Nueva York (1984), La pequeña tienda de los horrores (1986), ¿Qué pasa con Bob? (1991), Esposa por sorpresa (1992), In & Out (1997), The Score (Un golpe maestro) (2001), Las mujeres perfectas (2004) o Un funeral de muerte (2007), siendo, como podéis comprobar, la comedia la que ha copado toda su obra.

La película: Cuando antes de ver una película, tenga la pinta que tenga, veo la palabra remake asociada a ella, no puedo mas que echarme a temblar. Y es que en los últimos tiempos parece que se ha perdido la imaginación y el interés en realizar buenos guiones, proliferando de forma masiva la utilización o adaptación de libretos ya existentes e intentando volver a filmarlos con la ventaja que las nuevas tecnologías dan a sus responsables. El problema es que dicha tecnología no garantiza, ni mucho menos, que los resultados mejoren lo anteriormente filmado, dando lugar a una gran cantidad de trabajos que acaban por ser sepultados en el olvido al poco de estrenarse. Pero el caso que hoy nos ocupa es un oasis en medio del desierto, porque tras volver a disfrutarlo tras varios años, sigo siendo de la opinión de que mejora con creces el dirigido un cuarto de siglo antes por Ralph Levy.

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Los motivos para ello son fáciles de explicar, teniendo mucho que ver con el trabajo realizado por un Frank Oz que nos entrega un trabajo mucho mas redondo y mejor filmado que el anterior, sacando mucho mas partido a un guión que no varía en exceso al utilizado en Dos seductores, excepto en su final, mejorado para la ocasión. Y es que Un par de seductores tiene todo lo que yo necesito ver en una buena comedia, comenzando por una historia fácil de seguir pero que no por ello pierde calidad o efectividad, algo que cada vez brilla mas por su ausencia. La elegancia con la que está contada es una de sus señas de identidad, alejándose de ese humor grueso y basto que triunfa hoy día en la mayoría de productos.