* Año - 1959
* Duración - 75 min.
* País - Estados Unidos
* Director - William Castle
* Guión - Robb White
* Música - Von Dexter
* Fotografía - Carl E. Guthrie
* Montaje - Roy V. Livingston
* Dirección artística - Dave Milton
* Producción - William Castle y Robb White
* Productora - William Castle Productions
* Género - Terror, Intriga
* Reparto - Vincent Price, Carol Ohmart, Alan Marshal, Richard Long, Carolyn Craig, Elisha Cook, Julie Mitchum, Leona Anderson, Howard Hoffman
William Castle dirigió este producto de serie B con un escaso presupuesto pero que conserva el encanto de las películas de la época y la siempre convincente actuación de Vincent Price. Un trabajo en el que la intriga y el misterio rivalizan con el terror llevándose las primeras el gato al agua. Una magnífica opción para iniciarse en el terror clásico o ir re-descubriendo la magia de aquellas producciones.
Sinopsis: Un excéntrico millonario llamado Frederick Loren (Vincent Price) organiza una fiesta junto a su esposa, Annabelle (Carol Ohmart), invitando a cinco desconocidos a una mansión que alquiló. Loren promete entregarles 10 mil dólares a cada uno si permanecen dentro de la mansión durante toda la noche. Sin embargo, la casa tiene un pasado de asesinatos brutales, además de los rumores de estar embrujada. Los invitados son Lance Schroeder (Richard Long), un piloto; Watson Pritchard (Elisha Cook), dueño de la casa cuyo hermano fue asesinado en ella tiempo atrás; David Trent (Alan Marshal), un psiquiatra; Ruth Bridgers (Julie Mitchum), una columnista; y Nora Manning (Carolyn Craig), una secretaria que para mantener a su familia trabaja para Loren.
Su director: William Castle pasó gran parte de su adolescencia trabajando en Broadway en diversas labores, desde el montaje de decorados hasta la interpretación de pequeños papeles, hasta que a los 23 años de edad se trasladó a Hollywood, donde llegó a trabajar como ayudante de dirección de Orson Welles. Casi todas sus películas son de serie B, aunque siempre lograba introducir en ellas alguna innovación y realizar una excelente promoción de las mismas.
Su filmografía como director comprende mas de 50 trabajos realizados entre 1943, en el que debutó con 'The Chance of a Lifetime', hasta 1974, donde dirigió su última película titulada 'Shanks'. De entre todas destaca, ademas de la que hoy nos ocupa, 'Los trece fantasmas' (1960), escrita por Robb White, al igual que 'La mansión de los horrores' y de la que se hizo un remake en 2001. En los últimos años de su carrera también produjo Rosemary's Baby (1968), dirigida por por Roman Polański y con Mia Farrow y John Cassavetes como actores principales y Bug (1975), que en España se llamó 'El bicho' y fue dirigida por Jeannot Szwarc (Tiburón 2).
La película: A muchos os sonará el título 'House on Haunted Hill' como el de un trabajo mucho mas reciente que este, ya que es el nombre que recibió un remake que realizó el director estadounidense William Malone en 1999, con la participación de Geoffrey Rush, Famke Janssen, Taye Diggs y Peter Gallagher entre otros. Este título suele ser confundido con otro film de 1999 llamado 'La guarida' y protagonizado por Liam Neeson y Catherine Zeta-Jones, siendo este también una versión de una película de 1963. Las similitudes entre la que nos ocupa y 'House on Haunted Hill' (1999) se limitan a su planteamiento, un grupo de personas que no se conocen entre si son invitados a una casa encantada a cambio de un suculento premio si logran completar una noche en su interior, difiriendo esta en todo lo demás, por lo que el hecho de haber visto la mas reciente con anterioridad no impide ver 'La mansión de los horrores', ya que son películas totalmente diferentes.
La película juega con el espectador, sin enseñarle claramente si estamos ante un caso paranormal o ante un montaje de uno de los asistentes a la fiesta. Los fenómenos paranormales irán acompañados de una trama paralela que afecta a dichos asistentes, por lo que la intriga y el misterio prevalecen en casi todo momento al terror. Aquí es donde se nota el gusto del director por el cine de Alfred Hitchcock, salvando siempre las distancias claro, ademas de los relatos de Agatha Christie, ya que este trabajo bebe directamente de 'Diez negritos', la novela policíaca de la escritora británica adaptada por primera vez en 1945 con el título 'Y entonces no quedó ninguno' y dirigida por René Clair. A esta la siguieron la de 1965 de George Pollock, otra en 1974 de Peter Collinson, una versión rusa de 1987 dirigida por Estanislao Govorujin y una producción británica dirigida por Alan Birkinshaw de 1989.
El punto fuerte de 'La mansión de los horrores' es, sin lugar a dudas, su magnífico planteamiento inicial y el primer tramo de película que logra enganchar fácilmente al espectador. En todo ello es fundamental la participación de un Vincent Price en estado de gracia, ya que su sola presencia dota a la cinta de una calidad que otros componentes del reparto no logran nunca alcanzar. Tras su visionado comprenderemos porqué ha quedado como un icono del cine de terror de esos años, ya que fue capaz de valorizar multitud de films que sin su presencia hubiesen pasado bastante desapercibidos, sobre todo con el paso del tiempo.
La película consigue mantener la atención del espectador durante los 75 minutos que dura, encontrando sus principales problemas en ciertos aspectos del guión, un tanto ingenuos si los analizamos detenidamente. En general ha envejecido bien, en comparación con otros trabajos de la época, aunque hay siempre que tener en cuenta la diferencia entre el cine que se realizaba entonces y el que podemos disfrutar a día de hoy, al igual que la evidente escasez de medios con los que el director tuvo que luchar durante toda su carrera.
Como curiosidad comentar que en algunas funciones de la película, William Castle realizó un truco llamado "Emergo", que consistía en hacer aparecer un esqueleto por uno de los laterales de la pantalla de cine en una escena determinada. El esqueleto era manipulado mediante cables para que volara por encima de los espectadores y los asustara, algo que a día de hoy solo conseguiría ser el detonante de carcajadas y burlas, pero que es un claro ejemplo de la diferencia existente entre aquel público, mucho mas ingenuo, y el que hoy asiste a las salas de cine, al que cuesta un mundo llegar a sorprender.
Conclusión: Estamos ante un título perfectamente disfrutable por el público actual, siempre y cuando se tenga en cuenta la diferencia entre el cine de la época y el de hoy día. Su escasez de medios no debe ser un impedimento para disfrutar de una obra que mantiene el suspense hasta el final y en la que podemos deleitarnos con la presencia de uno de los actores que han pasado a la historia del cine de terror, el excepcional Vincent Price. Espero que la disfruten.
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