* Título original - Serbuan maut (The Raid: Redemption)
* Año - 2011
* Duración - 101 min.
* País - Indonesia
* Director - Gareth Evans
* Guión - Gareth Evans
* Música - Aria Prayogi, Fajar Yuskemal
* Fotografía - Matt Flannery
* Productora - Coproducción Indonesia-USA; Sony Pictures Classics / XYZ Films / Pt. Merantau Films
* Género - Acción, Thriller
* Reparto - Iko Uwais, Doni Alamsyah, Joe Taslim, Yayan Ruhian, Pierre Gruno, Ray Sahetapy, Tegar Satrya, Iang Darmawan, Verdi Solaiman
Gareth Evans es el responsable del guión y la dirección de este estallido de adrenalina, acción y artes marciales que no dejará indiferente a nadie. Un estilo a 'Asalto en la comisaría del distrito 13', pero con un nivel de violencia digno de cualquier vídeo snuff, por lo que su parecido con cualquier película similar es una utopía. No apta para estómagos sensibles.
La acción de la película se sitúa en la ciudad de Jakarta, donde existe un edificio en el que se esconden cientos de criminales, conocido por todo el mundo y temido incluso por la policía, que no se atreve a acercarse a el. Acompañaremos a un grupo de fuerzas especiales que intentará capturar al hombre que mueve los hilos, infiltrándose con sumo sigilo en dicho edificio, pero que al ser descubiertos quedarán a merced de sus violentos ocupantes.
El trabajo de Gareth Evans se mueve mayormente en varios géneros, entre los que casi siempre podemos encontrar acción a raudales y las artes marciales, aunque no es ajeno al thriller y ya ha tenido tomas de contacto con el cine de terror. En su filmografía encontramos títulos como 'Footsteps' (2006), un thriller dramático de acción en el que un joven se enfrena a un apasionado de las cintas violentas; en 'Merantau' (2009), mezcla acción y drama, siempre con el trasfondo de las arte marciales, trata sobre un joven que defiende a una huérfana de caer en las garras de unos traficantes europeos; en 2013 participa en 'V/H/S/2', un trabajo de terror por episodios en el que cada cineasta dirige un segmento y que nos cuenta la investigación privada en busca de un estudiante desaparecido.
Este mismo año ha presentado la secuela de la que hoy nos ocupa, una obra complementaria a esta, bastante mas extensa (casi 2 horas y media), algo mas pausada pero sin olvidar su esencia: acción y artes marciales como razón de ser. Ha obtenido mejores críticas aún que su predecesora y solo nos queda esperar que no tarde una eternidad en llegar a nuestro país como ocurrió con la anterior.
Lo primero que tenemos que destacar en 'The Raid' es el magnífico trabajo que el director realiza con la cámara, dejándonos multitud de escenas y planos de una enorme y variada factura. El ritmo de su cine en este trabajo es increíblemente frenético, un ritmo difícil de soportar durante un tiempo muy prolongado, por lo que el director realiza pausas estratégicamente emplazadas en las que entra en acción la cámara superlenta y se elimina el audio en casi su totalidad. Estas sirven para aplacar al maltrecho espectador que se haya sumergido en una espiral desenfrenada de acción y violencia, encontrando un pequeño resquicio por el que tomar un poco de aire antes de continuar.
Las escenas de lucha están a la altura e las mejores películas del género. La increíble complejidad de las coreografías, unido a su tremenda espectacularidad que poseen y al reducido espacio en el que se desarrollan (el interior del bloque de pisos), dan a esta obra gran parte del valor que tiene. Un trabajo espectacular el que han realizado que solo merece elogios por nuestra parte. Solo por el ya merece la pena soportar otras cuestiones que quizás no sean tan de su agrado.
Una de esas cuestiones es el grado extremo de violencia que la cinta derrocha. Y no es que quiera que la violencia sea algo ajeno a las películas de artes marciales, de hecho es parte fundamental de su esencia, pero la forma totalmente explicita en la que vemos caer vidas una detrás de otra, el realismo con las que está filmada cada muerte, cada herida, cada corte... reduce considerablemente el sector del público al que la cinta convencerá o, mejor dicho, que conseguirán aguantar su visionado. Creo que ese exceso resta nota al producto, pero queda claro que esa es simplemente mi opinión habiendo seguro muchos que la defiendan como parte integrante de la trama.
En cuanto al reparto hay que destacar sin lugar a dudas a su protagonista, un Iko Uwais que tras su apariencia de inocencia, interpreta a la perfección al policía novato que se ve acorralado en el aterrador bloque de pisos, justo ahora que será padre en apenas dos meses. El nivel de sus compañeros es aceptable, exceptuando a un Pierre Gruno que no me convence en absoluto, tanto en su pobre actuación como en que sencillamente no pega ni con cola entre los demás. También destaca el trío que dirige el bloque en cuestión, Ray Sahetapy que interpreta al líder del grupo y sus dos secuaces, un excelente Yayan Ruhian, tanto en su actuación como en su habilidad para el combate, que es la mano ejecutora del grupo y el carismático Doni Alamsyah, mas cabal que su compañero, al que maneja con soltura.
También son destacables la magnífica fotografía de Matt Flannery, colaborador habitual de Evans en toda su trayectoria y el enérgico acompañamiento musical, totalmente acorde con lo que exige la película, que corre a cargo de Aria Prayogi y Fajar Yuskemal.
Por lo tanto, y a pesar de su excesiva violencia, no puedo mas que recomendaros su visionado, sobre todo si eres aficionado a las artes marciales y al cine de acción, no sin dejar de advertiros que estamos ante un producto mucho mas brutal que cualquiera dentro de su género. Una lastima porque si dicho exceso se habría llevado un merecido 8 como poco, pero claro esa es mi opinión, ¿cual es la tuya?
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