Déjame entrar - Tomas Alfredson (2008)

Déjame, entrar, Tomas, Alfredson* Título original - Låt den rätte komma in (Let the Right One In)
* Año - 2008
* Duración - 110 min.
* País - Suecia
* Director - Tomas Alfredson
* Guión - John Ajvide Lindqvist
* Música - Johan Söderqvist
* Fotografía - Hoyte Van Hoytema
* Montaje - Tomas Alfredson y Daniel Jonsäter
* Producción - Carl Molinder y John Nordling
* Productora - EFTI
* Género - Fantástico, Drama, Terror, Romance, Película de culto
* Reparto - Kåre Hedebrant, Lina Leandersson, Per Ragnar, Henrik Dahl, Karin Bergquist, Peter Carlberg, Ika Nord, Mikael Rahm, Karl-Robert Lindgren, Anders T. Peedu
* Web oficial - http://www.lettherightoneinmovie.com


Tomas Alfredson fue el encargado de llevar a la gran pantalla el guión que John Ajvide Lindqvist realizó de su propia novela homonima. Una historia tan fría como los paisajes donde transcurre que da una nueva y original vuelta de tuerca al sub-género vampírico y en la que caben romanticismo, acoso escolar y autentico terror, siempre visto desde la mirada de nuestro rubio protagonista. Muy recomendable.

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Sinopsis: Oskar (Kåre Hedebrant) es un niño tímido de doce años que vive en la ciudad de Estocolmo a comienzos de los 80. Sufre los abusos y palizas de sus compañeros de clase y vive obsesionado con evitarlos e incluso vengarse. Una noche conoce a Eli (Lina Leandersson), que se ha mudado recientemente al piso vecino de Oskar con un hombre mayor, Hakan (Per Ragnar). Eli es una chica extraña que sólo sale de noche y a la que no parece afectar el intenso frío, aunque se encuentra igual de sola que el, por lo que nacerá entre los dos un vinculo que traspasará los límites de una simple amistad.

Déjame, entrar, Tomas, AlfredsonEl director: Tomas Alfredson debutó en la gran pantalla con 'Bert, el último virgen' (1995), una comedia romántica sobre un adolescente obsesionado con perder la virginidad. Tras varios trabajos para televisión en 1999 y 2000, realizó en 2003 'Office Hours', una comedia dramática sobre dos chicas que trabajan en la misma oficina y al año siguiente (2004) presentó ' Four Shades of Brown', una nueva comedia en la que el grupo de humoristas Killingganget presenta cuatro historias sobre el comportamiento humano y que ya dejaba entrever parte del gran talento que posee.

Tras cuatro años sin dar señales de vida, sorprendió a propios y extraños con 'Déjame entrar', con la que se ganó un nombre en los circuitos internacionales. Ya en 2011 realizó su primer trabajo fuera de su país, dirigiendo la producción britanica 'El topo' (2011), un thriller de intriga sobre la guerra fría en los años 70 que adapta el libro de John le Carré de 1974. Para ello dispone de un magnífico reparto entre los que destacan Gary Oldman, Colin Firth, Tom Hardy, Mark Strong y Benedict Cumberbatch entre otros y que consiguió tres nominaciones para los Oscars, ademas de excelentes críticas.

Su cine está claramente influenciado por uno de sus compatriotas mas ilustres en la industria cinematográfica, el director Ingmar Bergman, siendo considerado el mejor director sueco tras el. En la actualidad trabaja en dos películas, la sueca 'The Brothers Lionheart' que debe estrenarse este mismo año y la británica 'La gente de Smiley' que se espera para 2015. Esperemos que no bajen el magnífico nivel que ha demostrado últimamente.

La película: 'Déjame entrar' deja claras sus intenciones desde el primer fotograma que nos ofrece. Como el perfecto exponente del cine nórdico que es, se nos presenta con una frialdad que no abandona en casi ningún momento, mostrándonos una escena en la que mientras un señor maduro y una joven llegan al bloque de pisos donde vive nuestro protagonista, este juguetea con una navaja prácticamente desnudo imaginando como defenderse de quien habitualmente le hace daño. Toda una declaración de intenciones que deja a las claras que el realizador nunca se irá por las ramas.

Y es que casi todo en ella es frío como el hielo, sus paisajes, el barrio, sus personajes, sus diálogos, ese malsano ambiente que la rodea y te atrapa sin remedio, con ese ritmo pausado pero constante en el que, sin necesidad de acelerar casi nunca, no te deja despegar los ojos de la pantalla. Pero de entre tanta desolación, de entre tanta frialdad, de entre tanta diferencia, surge sin remedio el amor, un amor imposible entre dos seres opuestos pero con ciertas cosas en común. Dan ganas de reírse cuando se cree, se piensa o se escucha que en esto del cine ya está todo hecho. No señores. el intelecto humano es muchísimo mayor que la insignificante parte que mal-utilizamos y esta es una de las mejores pruebas de ello que podemos disfrutar dentro de este arte. Una ¿hermosa? (eso ha de juzgarlo cada espectador por si solo) historia de amor que surge en las peores condiciones posibles, derritiendo el hielo a su paso y abriéndose camino en la desolación mas absoluta. Por ello, y aunque sean trabajos totalmente diferentes que nada tienen que ver entre si, hay algo que me recuerda a esa maravilla llamada 'Drácula', dirigida por Francis Ford Coppola, que tiene el mismo protagonista que esta: el amor.

Pero no se confundan, en este caso el amor no va de la mano de la bondad. Nada tiene esto que ver con ninguna película romántica al uso, ya sea comedia o drama, porque a lo que asistimos es a la creación de uno de los personajes mas siniestros que se pueden encontrar en la historia del cine y eso hemos de tenerlo en cuenta.

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Además estamos ante uno de esos casos en los que se vuelve a demostrar que no hace falta una millonada en efectos especiales para realizar cine fantástico o de terror, ya que lo que realmente importa es la historia que se cuenta y como se cuenta. Un claro ejemplo es el casting de actores realizado y que para mi es uno de los grandes aciertos. En su mayoría tienen apariencia de lo mas normal, realizando bien su trabajo pero sin destacar en exceso, algo que me parece hecho a conciencia para destacar a sus dos protagonistas, Oskar (Kåre Hedebrant), la viva imagen de la inocencia con ese pelo rubio y esa cara de no haber roto un plato en su vida y Eli (Lina Leandersson) de rasgos poco frecuentes y cuya mera presencia ya perturba, con esos pelos descuidados y esa ropa de antaño que usa. Ambas interpretaciones llenan la pantalla en todo momento y son parte indispensable de excelente resultado final.

Los apartados técnicos son correctos en su mayoría destacando la, por momentos turbadora, fotografía de Hoyte Van Hoytema que juega con frecuencia con los blancos y rojos. El trabajo con la cámara es tan extraño como la película en si, utilizando enfoques y encuadres que en muchas ocasiones suman pero en otras parecen restar, pero el resultado final es magnífico así que poco hay que achacarle.

Como curiosidad destacar que aunque la trama tiene lugar en Blackeberg (Estocolmo), se construyó un escenario similar arquitectónicamente en Lulea, en el norte de Suecia, para poder disfrutar de un clima mucho mas frío y con nieve, algo fundamental en la estética de la película. También comentaros que hay muchos aspectos en la novela que fueron cambiados, aunque para no revelar nada de la trama no indicaré ninguno de ellos. Inicialmente aparecía una escena en la película que contaba la historia de Eli a través de varios flashbacks pero no fue utilizada en el montaje final.

Conclusión: Estamos ante un trabajo con una personalidad propia y única que nos muestra una historia muy cruda de una forma original. Su ritmo lento, su extraño encanto y el toque que le dan sus protagonistas principales hacen de ella una película muy recomendable que da un verdadero soplo de aire fresco a la trillada historia vampírica dentro del cine de terror. ¿Quien fue el que dijo que no aguantaba el cine con un ritmo lento? Cada obra es un mundo y este es un gran ejemplo de ello. Les gustará mas o menos pero nadie me podrá decir que no está ante un producto que si para algunos no llega a ser innovador, si que destaca por su extraordinaria originalidad. La maldad hecha poesía.



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