* Año - 2013
* Duración - 114 min.
* País - Reino Unido
* Director - Sean Ellis
* Guión - Sean Ellis, Frank E. Flowers
* Música - Robin Foster
* Fotografía - Sean Ellis
* Montaje - Richard Mettler
* Producción - Mathilde Charpentier y Sean Ellis
* Productora - Coproducción Reino Unido-Filipinas; Chocolate Frog Films
* Reparto - Jake Macapagal, John Arcilla, Althea Vega, Miles Canapi, Ana Abad-Santos, Moises Magisa, JM Rodriguez, Erin Panlilio
* Género - Thriller. Drama | Crimen
Sean Ellis es el director responsable de esta agradable sorpresa llamada 'Metro Manila'. Rodada como si de un documental se tratase a partir de un guión de Sean Ellis y Frank E. Flowers, la película nos traslada a la difícil situación que viven millones de familias en todo el mundo, de una forma sobria y veraz, pero sin buscar descaradamente la lagrima fácil. Su mezcla de drama y thriller la hace además digna de elogio, evitando caer en la ñoñería típica de los telefilms de sobremesa. Altamente recomendable.
Sinopsis: Óscar Ramírez es un campesino al borde del precipicio, incapaz de sacar a su familia adelante con lo que saca cultivando arroz. Tras vender lo poco recolectado y comprobar que no tiene ni para volver a plantar decide trasladarse con su familia a la peligrosa ciudad de Manila, donde la vida es aún mas dura que en el campo, pero parece que su suerte va a cambiar cuando le ofrecen un trabajo en una compañía dedicada al transporte de fondos, algo que cambiará su vida y la de su familia para siempre.
El director: El polifacético británico Sean Ellis ha ejercido como director de cine, guionista, productor y fotógrafo de moda. En la segunda mitad de los 90 trabajó como fotógrafo de moda en varias revistas entre las que destacan 'iD', 'The Face', 'Dazed and Confused', 'Visionaire' o las ediciones de 'Vogue' en Francia, Japón y Estados Unidos.
Pero como el mismo ha declarado, "fue la música la que me hizo decantarme por el cine en vez de la fotografía", ya que su primer contacto con el medio audiovisual fue en la creación de aclamados videoclips musicales y posteriormente anuncios para firmas como Land Rover, Jean-Paul Gaultier, 02 o Rimmel. Es tambien autor de un libro titulado '365, A Year in Fashion', donde recoge fotografías personales y comerciales tomadas durante 1999 (una foto diaria). Sean Ellis también ha colaborado con David Lynch en una serie de fotografías que fue publicada en Harper´s Bazaar.
En su carrera cinematográfica debutó con el cortometraje 'Cashback' (2004), por el que fue nominado al Oscar como 'Mejor cortometraje de ficción', tras lo que lo convirtió en un largometraje con el mismo nombre que estrenó en 2006 con una buena aceptación. Tras el corto en clave de comedia 'The Business Trip' (2008), dirigió el largometraje 'Roto' (The Broken) (2008), donde terror y thriller se dan la mano en un trabajo realizado para el lucimiento de Lena Headey, con un resultado un tanto decepcionante. En 2011 realizó un nuevo corto titulado 'Claws' sobre un grupo de jóvenes que se adentra en la estepa canadiense para buscar al padre de uno de ellos, siendo 'Metro Manila' su último trabajo tras las cámaras.
La película: 'Metro Manila' es, sin lugar a dudas, una de esas pequeñas sorpresas que muy de vez en cuando, nos regala este hermoso arte al que tanto amamos cuanto está bien realizado. Resulta treméndamente satisfactorio comprobar como existen artistas como Sean Ellis, capaces de cualquier cosa con tal de contarnos una historia que le ha llegado al alma, aún teniendo el mayor número de impedimentos habidos y por haber. Y resulta doblemente satisfactorio ver como, a pesar se tantas trabas, de tantos puntos en contra, ha sido capaz de hacernos llegar esa historia tal y como existía en su imaginación, sin necesidad de complicados y sumamente costosos fuegos de artificio, del apoyo de ningún gran estudio, ni de un enorme grupo de profesionales de gran currículum (y sueldo, claro).
Fue suficiente un viaje a la durísima y cautivadora ciudad de Manila, el conocimiento de una pequeña historia real que abre y cierra el film, presenciar una acalorada discusión entre dos empleados de una compañía dedicada al transporte de fondos y una hermosa idea central, la de un miembro de una familia capaz de cualquier cosa por garantizar la supervivencia de los suyos, para que en su mente tomara forma el proyecto y ocupara un lugar en su corazón. El resultado es un trabajo rodado en un mes, en el idioma de sus protagonistas (el tagalo), al que ellos mismos tradujeron el guión del inglés utilizando sus propias palabras para darle el máximo realismo posible, con un reparto elegido entre las recomendaciones del contacto del director en la ciudad y con un presupuesto que no daba para muchas florituras.
Y para poder hacerlo posible, hubo que recortar todo lo recortable, y que mejor manera de hacerlo que suprimir el mayor número de sueldos posibles, motivo por el cual Ellis se encargó de crear el guión junto a Frank E. Flowers, de debutar como encargado de la fotografía (todo un acierto, viendo los excelentes resultados), de manejar por si mismo la cámara y la steady-cam, del sonido y de la iluminación, además de dirigir el trabajo, claro está. Si esto no es digno de elogio tras comprobar la calidad del resultado, dejo de escribir en este mismo instante, siendo esta la parte del cine que muy pocos ven y mucho menos valoran.
Hay varias cosas por la que este trabajo consigue lo que otros solo sueñan: para empezar hay que destacar la naturalidad de la que está impregnado, no pareciendo en ningún momento que sus protagonistas estén actuando. A ello contribuye de forma primordial la forma en la que está filmado, casi como si de un documental se tratase, algo que le otorga una enorme credibilidad. La elección de los actores es muy acertada, tanto en el caso de Jake Macapagal, que interpreta a Oscar, el padre de familia que observa impotente como su mundo se derrumba, como el resto de los componentes de la familia, desde la hermosa Althea Vega, en el papel de su sufrida compañera, hasta sus dos adorables vástagos. ¿Quien no dejaría hasta la última gota de sudor por ellos?
Otra de esas cosas destacables es la habilidad con la que drama y thriller están unidos en la historia, algo que nunca resulta sencillo. En su primer tramo nos presenta la situación a la que se enfrenta la familia, mostrándonos con dureza su forma de vida y como han de agarrarse a lo que sea con tal de sobrevivir, algo que por desgracia es cada vez mas común en gran parte del planeta. Pero lejos de buscar el sentimentalismo fácil, se limita a exponer los hechos de forma clara y concisa, ejerciendo una continua crítica social. Poco a poco la historia irá evolucionando hasta, sin dejar por completo de lado el drama familiar, ir introduciendo los hechos necesarios para convertirla en un callejón sin salida, en el que nuestros protagonistas acaban estando sin remedio.
El uso de la cámara, nervioso en algunos momentos, sobre todos en los que sube la tensión, contrasta con otros mucho mas pausados, como la escena en la que Oscar dice a su familia que ha encontrado trabajo o la escena de la ducha, pura poesía para nuestro disfrute. El ritmo de la cinta rara vez decae, por no decir ninguna, reflejando a la perfección la vida que llevan nuestros protagonistas, en la que no hay tiempo ni para lamentarse, solo para mirar adelante y seguir luchando. Y para finalizar hay que destacar la magnífica fotografía, algo en lo que se nota y mucho el pasado como fotógrafo de Ellis.
Conclusión: Muchos pensaran que me he colado con la nota, pero para mi es totalmente merecida. Yo no me limito a disfrutar un trabajo y puntuar su resultado final, sino que procuro tener en cuenta los medios con los que este ha sido realizado, y en este caso en concreto, el espectador recibe mucho con unos medios mínimos. De todas formas no solo es esa escasez de medios la que me ha hecho puntuarla al alza, sino la forma en la que me ha llegado al corazón, resultando dura y hermosa a la vez, además de estar bien contada y magníficamente rematada. Toda una sorpresa que no esperaba y que les recomiendo no perderse por nada del mundo. Ya me contarán que tal, a mi me ha fascinado, la verdad.
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