Año - 1937
Duración - 93 min.
País - Estados Unidos
Director - William Wyler
Guión - Lillian Hellman
Música - Alfred Newman
Fotografía - Greg Toland
Montaje - Daniel Mandell
Producción - Samuel Goldwyn
Productora - United Artist
Género - Drama, Cine negro
Reparto - Sylvia Sidney, Joel McCrea, Humphrey Bogart, Wendy Barrie, The Dead End Kids, Claire Trevor, Allen Jenkins, Marjorie Main, Ward Bond
William Wyler nos demuestra, como hizo en multitud de ocasiones, que para hacer cine de calidad no es necesario un enorme presupuesto. Con un magnífico guión de Lillian Hellman, un reparto en el comienza a brillar con luz propia el aquí secundario Humphrey Bogart, en uno de esos papeles que lo encumbraron, la brillante fotografía de Greg Toland y la hermosa música de Alfred Newman, es capaz de mostrarnos un fiel retrato de los barrios marginales de la época. Cine de muchos quilates para no perderse.
Sinopsis: Ciudad de Nueva york. Los barrios mas desfavorecidos han ido creciendo a las orillas del río durante años, ocupando totalmente la zona, hasta que a algunas familias pudientes se les antojó vivir con vistas a el y han comenzado a construir lujosos bloques que contrastan con la extrema pobreza que los rodean. Mientras un grupo de chavales sin apenas posibilidades ni futuro se crían en el, llega de visita un elegante caballero (Humphrey Bogart) que una vez fue como ellos, para ajustar cuentas con su pasado, algo que alterará la, ya de por si tensa y engañosa calma que se respira en la zona.
El director: William Wyler nació en Mulhouse, hoy perteneciente a Francia, pero por aquellos entonces a Alemania, un 1 de julio de 1902. Tras educarse en Lausana (Suiza) y estudiar violín en el Conservatorio de París, se trasladó a los Estados Unidos en 1921.
Wyler dirigió películas de todo tipo, sin ningún tipo de tema que fuera su marca personal en el cine. Pero sus películas estaban siempre bien hechas, resultaban bellas y su forma de rodar era reconocible, incluyendo innovaciones como la profundidad de campo (luego usada por Welles). Era conocido por realizar decenas de tomas de cada una de las escenas de sus películas, y por exigir gran control sobre la historia, las localizaciones y el personal de cada producción.
Durante unos años fue un director no muy bien considerado, algo que el tiempo acabó por cambiar. De su primera etapa destacan títulos como Jezabel (1938), Cumbres borrascosas (1939), La Carta (1940), The Westerner (1940) y La loba (1941). Bette Davis dijo en varias ocasiones que fue el único director que supo dirigirla correcta y completamente.
En los años 50 y 60 dirigió varias películas muy aclamadas por la crítica, entre las que cabe destacar Detective Story (1951) galardonado en Cannes con el premio de mejor actriz para Lee Grant; Vacaciones en Roma (1953) que presentó a Audrey Hepburn al público estadounidense y le llevó a ganar su primer Óscar; La heredera, que hizo ganar a Olivia de Havilland su segundo Óscar, La gran prueba (1956), con el cual Wyler ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y Ben-Hur, con la que consiguió todos los Óscar de la edición de 1959; los once premios que ganó sólo han sido igualados dos veces, por Titanic en 1997 y El Señor de los Anillos: el retorno del Rey en 2003. Posee 4 Oscars, 3 como Mejor director por La señora Miniver, Los mejores años de nuestra vida y Ben-Hur, además del Premio Irving G. Thalberg a toda su carrera.
La película: He de comenzar confesando que el señor Wyler es uno de esos directores de los que me gusta ver todo lo que ha realizado, ya que demostró en innumerables ocasiones que se puede hacer cine de enorme calidad sin grandes alardes económicos. Sus películas están magníficamente rodadas y difícilmente defraudan, obteniendo en ellas un resultado final digno de admiración, en la mayoría de las ocasiones.
Y el caso que hoy nos ocupa no es una excepción a lo que les acabo de comentar, consiguiendo con un solo decorado y un par de vistas a una ciudad creada para la ocasión, un perfecto retrato de la miseria en la que viven algunos y de las insalvables diferencias que los separan de los estratos acomodados de una sociedad fría e implacable, en la que las posibilidades económicas son la única vara de medir la valía de las personas, dando de lado los valores que cualquier padre desea inculcar a sus hijos. ¿les suena a algo?, porque resulta que este trabajo tiene ya 78 años y sigue estando tan vigente como el primer día.
Y es que desde que finalizan sus créditos iniciales, mostrándonos una vista general de la imponente metrópolis, y la cámara desciende hasta descubrirnos poco a poco el lugar donde transcurrirá la historia, acompañando las imágenes una de las inolvidables melodías que el maestro Alfred Newman (Cumbres borrascosas, Las uvas de la ira, Eva al desnudo y muchísimas mas) eligió para la ocasión, quedaremos embelesados por unos personajes perfectamente definidos y desarrollados, que dan vida a una historia en apariencia simple, pero llena de innumerables matices y detalles.
Por ello hay que aplaudir el excelente guión que Lillian Hellman creó para la ocasión, que con un ritmo sobrio pero firme, nos va mostrando la vida de cada uno de los personajes y las difíciles relaciones que se establecen entre ellos. La riqueza de sus diálogos es incuestionable, si no en muchas ocasiones en las formas, si en su contenido, siendo una de las grandes bazas de un trabajo que nos habla de miseria, falta de posibilidades, sueños y valores, de una forma clara y amena.
El trabajo de William Wyler es sencillamente sensacional, haciendo un uso muy efectivo de la cámara que nos ofrece mil y una tomas distintas que hacen de un espacio pequeño como el que nos muestra la película, un lugar que nunca resulta cargante o repetitivo. Su trabajo junto a Greg Toland, colaborador habitual del director en casi todas sus películas al cargo de la fotografía, nos regala multitud de imágenes para el recuerdo. La dirección de actores es otro de los puntos fuertes del director, sacando el máximo partido posible a cada integrante del reparto, hasta el punto de conseguir que brillen algunos como jamás lo hicieron.
Dirigiendo la mirada hacia su reparto, hay que destacar a un Humphrey Bogart que da vida a "cara de niño" Martin que sin tener un papel protagonista, ya luce como lo haría en toda su carrera. Su sola presencia hace removerse al espectador en el asiento, dejándonos una de esas interpretaciones que lo hicieron acaparar papel tras papel a lo largo de los años. Destacar también a sus protagonistas, la hermosa actriz Sylvia Sidney en el papel de Drina Gordon (Las calles de la ciudad, Tuya para siempre, Furia), que realiza un trabajo muy destacable y el incombustible Joel McCrea como Dave Connell (Rivales, Unión Pacífico, Los viajes de Sullivan), que realiza lo propio en su papel. También destacar a los miembros de la pandilla que ocupará gran parte del metraje: Billy Halop como Tommy Gordon, Huntz Hall como Dippy, Bobby Jordan en el papel de Angel, Leo B. Gorcey como Spit, Gabriel Dell como T.B. y Bernard Punsly como Milton 'Milty'. Su éxito como grupo fue tal que aparecerían en varios trabajos mas, siendo conocidos como The Dead End Kids, nombre con el que está acreditada su participación en la película. Se que me dejo muchos actores y actrices atrás, aunque quiero dejar claro que el trabajo de todos raya a un gran nivel.
Conclusión: Callejón sin salida es una de esas obras en las que aún no se miraban con lupa los ideales políticos de sus responsables y la censura no actuaba como mas tarde ocurrió. La maestría con la que un William Wyler en estado de gracia es capaz de sacar punta a las diferencias sociales de la época, nos deja un trabajo que merece toda nuestra atención, no ya solo por su enorme calidad, sino por el hecho de que desgraciadamente no tiene fecha de caducidad. Cine para disfrutar, realizado con pulcritud y esmero, como solo un maestro es capaz de conseguir. No se la pierdan, seguro que no se arrepentirán.
Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb y Youtube
POR FIN DÌ CON UN ESPACIO QUE DIGA ALGO DE ESA PBRA MAESTRA, LA VÌ Y ME CONMOVIÒ HASTA EL FONDO DEL ALMA, QUÈ ACTUACIONES, MUY DURA Y AL MISMO TIEMPO IMPACTANTE, UNA SEÑORA PELÌCULA QUE SE MERECE UN GRAN LUGAR EN LA CINEMATOGRAFÌA MUNDIAL, EXELENTE LA PARTE DE CLAIRE TREVORD..
ResponderEliminarROBERT LEDESMA- ECUADOR
me alegra leer eso, a mi me gustó muchísimo también. Gracias
EliminarLa andaba buscando, la vi de pequeña y me fascinó, siempre me ha gustado el cine negro, está película me marcó, independientemente qué Bogart aúnque no es el protagonista es de mis favoritos.
EliminarGracias por compartir, un abrazo!!