Año - 2014
Duración - 80 min.
País - Francia
Director - Volker Schlöndorff
Guión - Volker Schlöndorff, Cyril Gely (Obra teatral: Cyril Gely)
Música - Jörg Lemberg
Fotografía - Michel Amathieu
Montaje - Virginie Bruant
Producción - Marc de Bayser y Frank Le Wita
Productora - Coproducción Francia-Alemania; Film Oblige / Blueprint Film / Gaumont
Género - Drama | II Guerra Mundial. Basado en hechos reales. Nazismo
Reparto - André Dussollier, Niels Arestrup, Robert Stadlober, Paula Beer, Burghart Klaußner, Charlie Nelson, Jean Marc Roulot
Volker Schlöndorff dirige y escribe el guión junto a Cyril Gely, autor de la obra de teatro original en la que se basa, de esta maravilla en la que su principal protagonista es el uso de la palabra. Una nueva prueba de que no hace falta un gran derroche de presupuesto si dispones de una buena historia y actores de calidad que le den vida. Por cierto, no conocía el hecho en el que se basa, un nuevo ejemplo del daño que puede llegar a causar una mente enferma. No se la pierdan, merece la pena.
Sinopsis: II Guerra Mundial. El ejercito aliado está a punto de entrar en París y así finalizar el periodo en el que el régimen nazi ha dominado la capital francesa, pero un cada vez mas obsesionado Adolf Hitler, no está dispuesto a abandonar la hermosa ciudad sin hacer un poco mas de ruido, por lo que ordena la destrucción de la capital francesa. El cónsul sueco (André Dussollier), país neutral en la guerra, se entrevistará en el hotel Meurice con Dietrich von Choltitz (Niels Arestrup), el gobernador militar alemán de París, en un intento de convencerlo para que no ejecute los planes del 'Führer'.
El director: Volker Schlöndorf es un director de cine, guionista, productor, documentalista y actor alemán nacido en Wiesbaden, Hessen, (Alemania), un 31 de marzo de 1939. Está considerado como uno de los directores clave del denominado nuevo cine alemán, movimiento en el que introdujo muchas de las características aprendidas de la Nouvelle Vague.
Estudió ciencia política y económica en La Sorbona y dirección en IDHEC, la famosa escuela de cine, y comenzó su carrera profesional durante 1960 como asistente de dirección en varias películas de la Nouvelle Vague: con Alain Resnais en su conocida película El año pasado en Marienbad (1961), con Louis Malle en Una vida privada (1962), El fuego fatuo o ¡Viva María! y con Jean-Pierre Melville en El confidente (1962).
De su extensa filmografía vamos a destacar algunos trabajos: El joven Törless (1966), con la participación de Mathieu Carrière, Marian Seidowsky y Barbara Steele; El honor perdido de Katharina Blum (1975), con Angela Winkler y Mario Adorf; Tiro de gracia (1976), con Margarethe von Trotta y Matthias Habich, y El tambor de hojalata (1979), ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes y del Óscar a la mejor película de habla no inglesa, que cuenta con la participación de David Bennent y Mario Adorf. Todos ellos dramas filmados con bandera de Alemania del Oeste, muy recomendables. Del resto de su filmografía destacar El cuento de la doncella (1990), donde mezcla ciencia ficción drama y romance con la participación de Natasha Richardson, Faye Dunaway, Aidan Quinn, Elizabeth McGovern y Robert Duvall; El viajero (1991), un nuevo drama con Sam Shepard y Julie Delpy; El ogro (1996), en la que participa John Malkovich; El silencio tras el disparo (2000), un trabajo sobre el terrorismo interpretado por Bibiana Beglau, Martin Wuttke y Nadja Uhl; por último destacar El noveno día (2004), una nueva mirada al holocausto interpretada por Ulrich Matthes y el documental Billy Wilder habla (2006). Todas ellas muy recomendables.
La película: Hablar de un trabajo como Diplomacia me resulta doblemente satisfactorio, en primer lugar por el hecho de ser uno de esos trabajos que beben del teatro y en el que las actuaciones de sus actores y sus brillantes diálogos son sus principales protagonistas. En segundo lugar, el hecho de ver de nuevo como un trabajo con un escaso presupuesto, es capaz de llegar a las altas cotas que este alcanza.
Aunque las comparaciones son siempre odiosas, para que tengáis una idea clara de a que tipo de películas pertenece la que hoy nos ocupa, pondremos algunos ejemplos que seguro os aclararán las ideas, siempre salvando las distancias claro: La muerte y la doncella, dirigida por Roman Polanski (1994), La huella, dirigida por Joseph L. Mankiewicz (1972) y Doce hombres sin piedad, dirigida por Sidney Lumet (1957). Todas tiene en común su origen teatral y el protagonismo del poder de la palabra por encima de todo, algo que bien utilizado, da como resultado obras de una calidad excelente. que casualmente son de las que mas consiguen llenarme en la actualidad.
Por ello no nos queda otro remedio que alabar su magnífico guión, escrito por Schlöndorff junto al autor de la obra original, Cyril Gely. En el destaca una historia en la que no falta la intriga, aunque sea en pequeñas dosis, el dramatismo justo y, como indica el título elegido, mucha diplomacia. Su ritmo es el correcto, ni excesivamente pausado, ni muy acelerado. Su duración la precisa, 80 minutos mas que suficientes para contar la historia de forma correcta y que acertádamente no han querido estirar sin ningún sentido, como hemos visto en otras ocasiones. Sus diálogos son brillantes, sobre todo en el dúo dialéctico que mantienen el militar germano y el cónsul sueco, aunque he echado de menos cierta tensión en ellos, cierta garra que le hubiese venido de perlas a una contienda a la que le falta cierta pasión en algunos momentos.
Lo que no me llega a entrar en la cabeza, por mucho que lo intente y a pesar del enorme cariño que le tengo a la ciudad de París, donde vive parte de mi familia, es como se la pone por delante de la vida de millón y medio de personas, que parecen no importar lo mas mínimo a los creadores de la historia. Por otra parte, también he echado de menos una mayor oscuridad en el personaje del oficial nazi, un personaje que incluso se vanagloria de no haber nunca dudado en cumplir una orden y de ser responsable del genocidio del pueblo judío, pero que lejos de ser presentado como el ser despreciable que es, acaba siendo tratado con excesiva condescendencia. Son para mi los principales motivos por los que solo estamos ante una buena película, cuando podíamos estar ante una realmente memorable.
Su director consigue que un trabajo que en casi su totalidad transcurre en el interior de la habitación de uno de los hoteles más famosos y céntricos de París, no resulte en ningún momento monótono ni aburrido. El uso de la cámara es inteligente y comedido, lo que unido a la calidad de la fotografía de Michel Amathieu y a la variedad de tomas utilizadas, dan como resultado un producto con una factura de una calidad envidiable. En cuanto al reparto se refiere, todo el peso de este trabajo recae en sus dos protagonistas, André Dussollier que da vida al cónsul sueco y Niels Arestrup que hace lo propio con el militar alemán. El trabajo de ambos es sobresaliente, a pesar de la escasez de tensión real existente entre los dos.
Conclusión: Diplomacia es uno de esos trabajos que podemos calificar de recomendable por varias razones. Su corta duración, el buen hacer de sus protagonistas y la calidad de sus diálogos, hacen que estemos ante una buena oportunidad de echar un vistazo a un hecho histórico de forma entretenida y satisfactoria. Lástima esa sensación agridulce de ocasión perdida que a mi me ha dejado, por los motivos que antes les expuse, pero es algo que puede que a ustedes no les ocurra. Cada espectador tiene unos gustos, así que tendrán que verla para conocer los suyos. Merece la pena dedicarle 80 minutos, no les quepa la menor duda. Sean felices, que no es poco.
Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb, Wikipedia y Youtube
¡Buenísima crítica! Me la apunto para verla ;)
ResponderEliminarGracias Isabel, espero que la disfrutes
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