Año - 2009
Duración - 52 min.
País - Francia
Director - Olivier Marchal (Creator), Frédéric Schoendoerffer, Philippe Haïm, Eric Valette, Manuel Boursinhac, Frédéric Jardin
Guión - Olivier Marchal, Abdel Raouf Dafri, Philippe Haïm, Eric Valette, Frank Henry, Yann Le Nivet, David Defendi, Edgar Marie, Hervé Albertazzi, Jean-Guy Serrier, Michaël Souhaité, Arnaud Tourangin
Música - Erwann Kermorvant
Fotografía - Denis Rouden, Jean-Pierre Sauvaire, Laurent Barès, Vincent Muller, Laurent Tangy
Montaje - Stratos Gabrielidis, Raphaele Urtin, Joël Jacovella, Christophe Pinel, Katya Chelli, Dominique Mazzoleni, Pauline Pallier y Sébastien Prangère
Producción - Hervé Chabalier y Claude Chelli
Productora - Canal+ / Capa Drama
Género - Serie de TV, Thriller
Reparto - Jean-Hugues Anglade, Nicolas Duvauchelle, Karole Rocher, Joseph Malerba, Laëtitia Lacroix, Olivier Rabourdin, Alain Figlarz, Pascal Elso, Isabelle Renauld, Michel Duchaussoy, Valérie Sibilia, Samira Lachhab, Samuel Le Bihan
Web oficial - http://braquo.canalplus.fr/serie
Olivier Marchal es el creador de este thriller dramático, protagonizado por un grupo de agentes que ejerce su trabajo en el extrarradio de la ciudad de París. Una serie fría y contundente que te atrapa desde el primer instante, en la que podemos olvidarnos de los agentes modélicos que poblaban este tipo de productos no hace tanto tiempo, para seguir de cerca las andanzas de cuatro compañeros que deberán asumir todo tipo de riesgos para limpiar el nombre de un quinto. Un retrato sobre lo que significa realmente este trabajo y las consecuencias que tiene en muchos de sus miembros. Muy, muy buena.
Sinopsis: Los agentes de policía Eddy Caplan (Jean-Hugues Anglade), Walter Morlighem (Joseph Malerba), Théo Vachewski (Nicolas Duvauchelle) y Roxanne Delgado (Karole Rocher), de la zona de Hauts-de-Seine de París, asisten impotentes a como, tras excederse en un interrogatorio, su compañero Max Rossi (Olivier Rabourdin) es acusado injustamente de agresión sexual hacia el detenido, por lo que acaba quitándose la vida. Ante la pasividad del ministerio fiscal en el asunto, deciden hacer justicia por su cuenta y limpiar el nombre de su compañero, entrando en un peligroso terreno en el que, no solo se juegan su trabajo, sino también su propia libertad.
La serie: Aprovechando que estamos en verano y dispongo de algo mas de tiempo, suelo tener en la recámara varias series con muy buena pinta guardadas para la ocasión. Esta vez le ha tocado el turno a Braquo, una de esas series que retrata el trabajo policial con veracidad, no ya por los hechos que en ella se cuentan, sino por como muestra a los agentes de la ley, personas normales y corrientes con sus defectos y sus virtudes, que trabajan a diario rodeados de lo peor que ha engendrado esta sociedad, sometidos a una enorme presión y cuya conducta, dependiendo de cada cual, no siempre es lo que sería ideal.
Y la verdad es que ha conseguido atraparme desde el primer instante, en parte gracias a ciertas similitudes que tiene con la magnífica The Shield: Al margen de la ley, siempre guardando las distancias, claro. Lo que está claro es que es el mejor ejemplo a elegir para mostraros a que tipo de producto nos enfrentamos, teniendo uno de sus protagonistas incluso cierto parecido físico con Michael Chiklis, protagonista de The Shield, aunque en realidad se trata de dos productos muy diferentes, por lo que no creáis que si habéis visto la otra, ya no merece la pena disfrutar esta.
Su comienzo ya nos advierte de lo que estamos a punto de visualizar, mostrándonos a un veterano agente de policía y al sospechoso de la violación y muerte de una chavala embarazada de cinco o seis meses, en pleno interrogatorio. El rostro del policía lo dice todo, totalmente seguro de la culpabilidad del sospechoso, intenta sacarle el nombre de su acompañante, ante lo que el interrogado responde con frialdad, riéndose incluso del agente e insultándolo constantemente. La perdida de control del agente, que agrede al criminal brutalmente, será la chispa inicial que desencadenará todo lo que la serie nos cuenta posteriormente. Los acontecimientos se suceden uno tras otro a gran velocidad, acabando con el suicidio del agente en cuestión y el inicio de una campaña de desprestigio contra el, algo a lo que sus compañeros no están dispuestos a asistir de brazos cruzados.
La dirección de Olivier Marchal es ágil y muy efectiva, exprimiendo al máximo a los componentes del reparto y realizando un brillante trabajo junto a los diferentes encargados de la fotografía, Denis Rouden, Jean-Pierre Sauvaire, Laurent Barès, Vincent Muller y Laurent Tangy. La atmósfera que consiguen dar a la serie es una de sus grandes virtudes, complementando a la perfección ese aire de cine negro que planea en ella constantemente. Su guión resulta igualmente brillante, aunque no soy de los partidarios a que se cambie tanto de responsable, mucho menos si hablamos del guionista. El ritmo es endiablado y no decae prácticamente en ningún momento, algo que se debe a la ausencia de minutos de relleno, tan utilizados en otros productos similares. Aquí en vez de ello, se divide cada temporada en ocho capítulos donde cada minuto cuenta y es aprovechado al máximo.
Los personajes que describe son la viva imagen del anti-héroe, dignos del mejor Neo-noir que podamos disfrutar en la actualidad, y no solo me refiero a los delincuentes, sino a nuestros peculiares protagonistas, angelitos que tienen problemas de todo tipo, según a cual de ellos prestemos atención. Corrupción, drogas, alcohol, juego o prostitución, son tan solo una muestra del enorme catálogo que nos ofrecen, distando enormemente de las clásicas series estadounidenses para las que sus agentes son poco menos que angelitos y sus métodos casi siempre infalibles. Aquí hay nervio, intriga, acción y la constante sensación de que lo que vemos se acerca mas a la realidad. Son retratados como personas, y por suerte o por desgracia, las personas cometemos errores, somos débiles ante ciertas situaciones y perdemos los nervios de vez en cuando, mas aún si se trabaja en el entorno en que ellos lo hacen.
En cuanto al reparto se refiere, el nivel general resulta bastante bueno, sobre todo en los papeles protagonistas. El equipo policial está compuesto por Eddy Caplan (Jean-Hugues Anglade), Walter Morlighem (Joseph Malerba), Théo Vachewski (Nicolas Duvauchelle) y Roxanne Delgado (Karole Rocher), actores que copan el protagonismo de la serie. Su compañero Max Rossi (Olivier Rabourdin), es el policía que perderá los nervios y acabará suicidándose. El reparto se completa con una lista interminable de nombres que entran y salen de la serie conforme esta avanza.
Conclusión: Solo puedo recomendaros el visionado de esta magnífica serie por diferentes motivos. Uno de ellos es su duración, ocho episodios por temporada aprovechados al máximo, otro es su imagen realista, retratando a los policías como lo que son en realidad, personas, y por último por su capacidad de enganchar al espectador, creando en el la necesidad de seguir viéndola, de saber como continúa la historia. Nada que ver con los CSI y productos similares, únicamente basado en los casos, con personajes irreales, y donde la emoción y la intriga son casi inexistente. Solo les propongo que hagan lo que suelo hacer yo, háganse con los tres primeros episodios y después de verlos juzguen ustedes mismos. Creo que me lo agradecerán, o no, ¿quien sabe?
Fuentes consultadas: Filmaffinity y Youtube
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