Año - 1944
Duración - 106 min.
País - Estados Unidos
Director - Billy Wilder
Guión - Raymond Chandler y Billy Wilder, basándose en la novela de James M. Cain
Música - Miklós Rózsa
Fotografía - John F. Seitz
Montaje - Doane Harrison
Producción - Buddy G. DeSylva y Joseph Sistrom
Productora - Paramount Pictures
Género - Cine negro, Intriga, Thriller
Reparto - Fred MacMurray, Barbara Stanwyck, Edward G. Robinson, Tom Powers, Porter Hall, Jean Heather, Byron Barr, Richard Gaines, Fortunio Bonanova, John Philliber, Bess Flowers, Miriam Franklin
Billy Wilder escribió el guión junto a Raymond Chandler, adaptando la novela Pacto de sangre (Double Indemnity) del escritor James M. Cain, y dirigió esta excelente muestra de la maestría que le hizo triunfar en diferentes géneros durante su carrera. Un trabajo realmente completo en el que destaca la fotografía de John F. Seitz, la música de Miklós Rózsa y la actuación de su trío protagonista, formado por Fred MacMurray, Barbara Stanwyck y Edward G. Robinson. Un espejo en el que se mirarían cientos de obras posteriores, que ha dejado su nombre gravado con letras de oro en la historia del cine.
Sinopsis: Walter Neff (Fred MacMurray) es un avispado agente de seguros que visita la casa de la familia Dietrichson en Glendale, para conseguir que el señor Dietrichson renovase el seguro de sus dos automóviles. Pero ante la ausencia de este, es atendido por su mujer, Phyllis Dietrichson (Barbara Stanwyck), ante la que cae hipnotizado por sus encantos. Pero tras una segunda cita, la dama pide información a Walter de como hacer un seguro de vida a su marido sin que este se entere, por lo que deja claras sus intenciones, no estando dispuesta a soportar mas la injusta vida que dice llevar, e intentando hacer partícipe a Walter de sus oscuros planes. Pero engañar a una compañía de seguros no es fácil, mucho menos si cuenta con un sabueso como Barton Keyes (Edward G. Robinson), capaz de encontrar el mas mínimo fallo.
La película: Que el magistral Billy Wilder es uno de los mejores directores que ha dado este arte, es algo a lo que creo que pocos podrán poner alguna objeción, sobre todo teniendo en cuenta el variado número de géneros en los que se movió. En esta ocasión el director, que colaboraba habitualmente con el escritor Charles Brackett para realizar sus guiones, vio como este lo rechazaba por considerarlo demasiado oscuro, al igual que ocurrió con James M. Cain, por motivos que no voy a entrar a valorar (hay varias versiones del asunto), así que finalmente el elegido fue Raymond Chandler, con casi ninguna experiencia en guiones, pero que había destacado como novelista (El sueño eterno, Adiós, muñeca, La ventana alta) y escritor de relatos cortos.
Resulta curioso ver como de una mala relación entre ambos, nació uno de los mejores guiones que un servidor ha tenido la oportunidad de disfrutar, ágil, inteligente, absorbente y magníficamente estructurado. Es comenzar su visionado y notas rápidamente que tienes que verla hasta el final, algo que tiene mas mérito aún conociendo el hecho de que en sus primeros minutos se nos muestra su final, o al menos como acabará toda la trama, algo que no le resta un ápice de interés a la historia. Además hay que destacar el uso de dos recursos que han restado en muchas ocasiones a grandes obras, pero que en esta ocasión son utilizados con una maestría pocas veces vista.
Resulta curioso ver como de una mala relación entre ambos, nació uno de los mejores guiones que un servidor ha tenido la oportunidad de disfrutar, ágil, inteligente, absorbente y magníficamente estructurado. Es comenzar su visionado y notas rápidamente que tienes que verla hasta el final, algo que tiene mas mérito aún conociendo el hecho de que en sus primeros minutos se nos muestra su final, o al menos como acabará toda la trama, algo que no le resta un ápice de interés a la historia. Además hay que destacar el uso de dos recursos que han restado en muchas ocasiones a grandes obras, pero que en esta ocasión son utilizados con una maestría pocas veces vista.
Los efectos a los que me refería son la excelente utilización de un narrador, que nos permite descubrir no solo los actos que expone, sino los pensamientos y sentimientos que estos despiertan en el, dándole además a la película un aire de enorme confesión, que es capaz por si misma de enrarecer constantemente su, ya de por si espesa atmósfera. El otro efecto va relacionado directamente con el anterior, ya que al ser narrada se utiliza el flashback con un acierto como pocas veces suele verse, de hecho, la mayoría de la película es un enorme flashback, interrumpido de vez en cuando por la imagen de nuestro protagonista mientras cuenta su historia.
Double Indemnity es una película con multitud de detalles, excelentemente introducidos y filmados (la forma de encender una cerilla, una pulsera en un tobillo, un pequeño enano cascarrabias, etc.), que enriquecen una historia con un ritmo muy acertado, carente de lagunas en el, de escenas de relleno o que encontremos innecesarias en ningún momento. Hay que destacar por tanto el trabajo de John F. Seitz (Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Cinco tumbas al Cairo, Invasores de Marte), encargado de la fotografía del film, con el que Wilder repetiría en Días sin huella (1945) y Sunset Boulevard (1950), por cada una de las cuales fue candidato para los Premios Óscar. En esta ocasión se inspira en obras del expresionismo alemán para crear atmósferas acordes con la oscuridad del relato, que resultan las auténticas protagonistas en la excelente ambientación de la película.
Double Indemnity es una película con multitud de detalles, excelentemente introducidos y filmados (la forma de encender una cerilla, una pulsera en un tobillo, un pequeño enano cascarrabias, etc.), que enriquecen una historia con un ritmo muy acertado, carente de lagunas en el, de escenas de relleno o que encontremos innecesarias en ningún momento. Hay que destacar por tanto el trabajo de John F. Seitz (Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Cinco tumbas al Cairo, Invasores de Marte), encargado de la fotografía del film, con el que Wilder repetiría en Días sin huella (1945) y Sunset Boulevard (1950), por cada una de las cuales fue candidato para los Premios Óscar. En esta ocasión se inspira en obras del expresionismo alemán para crear atmósferas acordes con la oscuridad del relato, que resultan las auténticas protagonistas en la excelente ambientación de la película.
También hay que valorar el magnífico montaje de Doane Harrison y la apropiada música del compositor Miklós Rózsa (Ben-Hur, El Cid, Rey de reyes, La vida privada de Sherlock Holmes), que sin llegar a la calidad de algunas de sus obras, si que cumple con su función adecuadamente, e incluso con nota diría yo. Como curiosidad decir que los decorados fueron creados por Hal Pereira, utilizando como modelo para las oficinas de la compañía de seguros Pacific All-Risk Insurance Company, las de la central de la Paramount Pictures en Nueva York.
En cuanto al reparto, hay que forzosamente destacar a su trío de ases, con la extraordinaria Barbara Stanwyck a la cabeza en el papel de Phyllis Dietrichson. Su trabajo es inmejorable, interpretando con auténtica maestría y naturalidad a una de las femme fatales mas conseguidas de la historia, al menos en mi opinión. En ningún momento resulta exagerada su actuación, algo bastante difícil de conseguir, principalmente por el tipo de papel que representa, muy dado a exageraciones y sobreactuar. Junto a ella está el bueno de Fred MacMurray, en el papel del vendedor de seguros Walter Neff, incapaz de resistir los encantos de Phyllis. El trío lo completa el excelente, e infravalorado por muchos, Edward G. Robinson, que da vida a Barton Keyes, un sabueso de la compañía de seguros y compañero de Walter, que se dedica a sacar a la luz intentos de fraude hacia la compañía. Como de costumbre, su trabajo es sumamente brillante.
Conclusión: Perdición es uno de los trabajos mas completos que he podido disfrutar, no pudiendo mas que rogarles encarecidamente que no se la pierdan si es que no tuvieron la oportunidad de disfrutarla con anterioridad, además de recomendar un segundo o un tercer visionado si hace ya tiempo que no la vieron. Películas como esta fueron las que me hicieron amar el cine, haciéndolo pasar del mero espectáculo a la obra de arte. Su excelente guión, la magistral forma de rodar de Wilder y el inmenso trabajo de Stanwyck, MacMurray y Robinson, hacen de ella uno de los referentes del cine negro, para mi del cine en general. No se la pierdan, porque cine así ya no se hace. Os dejo el trailer original y una escena en castellano, espero que la disfruten.
El director: Samuel Wilder, más conocido como Billy Wilder, fue un director de cine y productor estadounidense de origen austriaco nacido en Sucha, Imperio austrohúngaro, el 22 de junio de 1906. Wilder pasó su infancia y su juventud en Austria. Su primer trabajo fue como cronista en el periódico austriaco Juranek. Continuó trabajando como cronista en Berlín, y tuvo que alternar esta ocupación con otras para sobrevivir.
Tras la subida al poder de Hitler, Wilder se vio obligado a abandonar Berlín, debido a su ascendencia judía. Su madre moriría en los campos de concentración de Auschwitz. Estuvo en París y, desde allí, en 1934 se trasladó a Estados Unidos, junto al actor Peter Lorre. Wilder y Lorre compartieron apartamento, hambre y momentos muy difíciles durante una temporada. Allí comenzó a trabajar como guionista para la Paramount, y tuvo la ocasión de colaborar con Ernst Lubitsch, su gran maestro. Al funeral de éste acudieron, entre otros, Wilder y su colega y amigo William Wyler. A la salida del mismo, ambos comentaron: "Nos hemos quedado sin Lubitsch". "Peor aún, nos hemos quedado sin las películas de Lubitsch".
Como guionista, Wilder escribió 60 películas. Como director, realizó 26 películas. Fue galardonado con seis Óscar tras haber sido nominado en 21 ocasiones. Os dejo un enlace a su filmografía como director.
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En 1981 dirigió su última película, Aquí, un amigo. A partir de entonces las compañías aseguradoras ya no querían asegurar películas suyas, debido a su avanzada edad. Murió 21 años más tarde, a la edad de 95 años, en su residencia de Beverly Hills, a causa de una neumonía. Sus restos se encuentran en el Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, California. Como curiosidad os dejo un listado de sus diez películas favoritas, según las enumeró en una entrevista publicada en 1952, creo que como mínimo, merece la pena verlas.
El acorazado Potemkin (Sergéi Eisenstein) (1925)
Avaricia (Erich von Stroheim) (1924)
Varieté (Charles Dupont) (1925)
La quimera del oro (Charles Chaplin) (1924)
Y el mundo marcha (King Vidor) (1928)
La gran ilusión (Jean Renoir) (1937)
El delator (John Ford) (1935)
Ninotchka (Ernst Lubitsch) (1939)
Los mejores años de nuestra vida (William Wyler) (1946)
Ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica) (1948)
Tras la subida al poder de Hitler, Wilder se vio obligado a abandonar Berlín, debido a su ascendencia judía. Su madre moriría en los campos de concentración de Auschwitz. Estuvo en París y, desde allí, en 1934 se trasladó a Estados Unidos, junto al actor Peter Lorre. Wilder y Lorre compartieron apartamento, hambre y momentos muy difíciles durante una temporada. Allí comenzó a trabajar como guionista para la Paramount, y tuvo la ocasión de colaborar con Ernst Lubitsch, su gran maestro. Al funeral de éste acudieron, entre otros, Wilder y su colega y amigo William Wyler. A la salida del mismo, ambos comentaron: "Nos hemos quedado sin Lubitsch". "Peor aún, nos hemos quedado sin las películas de Lubitsch".
Como guionista, Wilder escribió 60 películas. Como director, realizó 26 películas. Fue galardonado con seis Óscar tras haber sido nominado en 21 ocasiones. Os dejo un enlace a su filmografía como director.
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En 1981 dirigió su última película, Aquí, un amigo. A partir de entonces las compañías aseguradoras ya no querían asegurar películas suyas, debido a su avanzada edad. Murió 21 años más tarde, a la edad de 95 años, en su residencia de Beverly Hills, a causa de una neumonía. Sus restos se encuentran en el Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, California. Como curiosidad os dejo un listado de sus diez películas favoritas, según las enumeró en una entrevista publicada en 1952, creo que como mínimo, merece la pena verlas.
El acorazado Potemkin (Sergéi Eisenstein) (1925)
Avaricia (Erich von Stroheim) (1924)
Varieté (Charles Dupont) (1925)
La quimera del oro (Charles Chaplin) (1924)
Y el mundo marcha (King Vidor) (1928)
La gran ilusión (Jean Renoir) (1937)
El delator (John Ford) (1935)
Ninotchka (Ernst Lubitsch) (1939)
Los mejores años de nuestra vida (William Wyler) (1946)
Ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica) (1948)
Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb, Wikipedia y Youtube
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