Año - 1955
Duración - 91 min.
País - México
Director - Luis Buñuel
Guión - Luis Buñuel, Eduardo Ugarte (Novela: Rodolfo Usigli)
Música - Jorge Pérez
Fotografía - Agustín Jiménez
Montaje - Jorge Bustos y Pablo Gómez
Producción - Alfonso Patiño Gómez
Productora - Alianza Cinematográfica
Género - Drama, Comedia
Reparto - Ernesto Alonso, Miroslava, Ariadne Welter, Rita Macedo, José María Linares Rivas, Andrea Palma
Luis Buñuel escribió el guión junto a Eduardo Ugarte, basándose en la novela homónima de Rodolfo Usigli, y dirigió este trabajo difícilmente clasificable, donde drama y comedia negra parecen ir de la mano para contarnos la historia de un curioso personaje, el señor Archibaldo de la Cruz, al que da vida el actor Ernesto Alonso, realizando un trabajo magnífico. Está considerada como una de sus películas mas personales, caracterizándose por esconder tras su sencilla narrativa, toda una crítica a la sociedad burguesa, la justicia y a tocar multitud de temas mas que el maestro quiso reflejar en ella con sutileza. La obra de un adelantado a su tiempo y uno de los mejores realizadores que ha dado este país.
Sinopsis: Archibaldo de la Cruz (Ernesto Alonso) vive estigmatizado desde niño por la muerte de su institutriz (Leonor Llausás), de la que se cree culpable al haberla deseado mientras jugaba con una peculiar caja de música que le regaló su madre. Desde entonces vive luchando constantemente con el deseo de asesinar a todas las mujeres que pasan por su vida, aunque aún sin llegar a cometer ninguno de ellos, se cree culpable de sus muertes, ya que tras desearlo todas acaban falleciendo. Desesperado por la situación, decide confesar sus delitos ante un juez (Armando Velasco), al que contará su angustiosa vida desde la muerte de su institutriz, para así poner fin a su interminable agonía.
La película: Ensayo de un crimen supuso la última película de las 14 que el realizador Luis Buñuel realizó en México de forma consecutiva, entre 1947, año en que que rodó Gran casino, hasta 1955, en el que presentó la que hoy nos ocupa. Mas tarde volvería a rodar en cuatro ocasiones mas allí, pero ya intercaladas entre su trabajo en España, y sobre todo, en Francia. No voy a entrar a valorar el porqué de tal exilio, pero lo que si queda claro es que sus ideas políticas y las dificultades que la censura franquista ponían para filmar en nuestro país, mucho mas si tenemos en cuenta el tipo de cine que le gustaba hacer al realizador, fueron motivos mas que suficientes para ello, aunque no se si serían los únicos.
Estamos ante el trabajo con el que normalmente aconsejo empezar a ver el cine de Buñuel, no porque sea representativo del resto de su obra, ya que resulta bastante atípica y personal, sino porque me parece un film muy ameno de ver, con un ritmo que no da tregua al espectador y un sentido del humor que deja algo descolocado a quien no lo espera. Comienzas a verla y te preguntas que tendrá de especial esta obra, ya que te parece estar viendo cualquier película común de la época, pero en cuanto un lamentable accidente priva a nuestro protagonista de la compañía de su institutriz, y compruebas la forma en la que el director lo plasma en la pantalla, descubrimos que estamos ante algo muy diferente a lo que imaginábamos, consiguiendo engatusarte irremediablemente hasta su ¿extraño? final.
El guión, obra del propio Buñuel y Eduardo Ugarte, resulta realmente brillante, tanto en su acertado ritmo, como en la descripción de personajes, la forma en la que nos lleva de un género a otro en un instante o la enorme riqueza que esconde tras su sencilla narrativa. Es de esos libretos que entrega el protagonismo a un solo personaje, siendo este digno de estudio: un elegante y educado caballero que siempre hace gala de una amplia sonrisa y que en su soledad se corroe lentamente luchando contra los mas básicos instintos que regresan a el cada vez que recuerda la muerte de la que fue su institutriz.
Lamentablemente, dicho libreto le trajo mas de un problema al inolvidable realizador, ya que desde el primer momento, el autor de la novela en que se basa (Rodolfo Usigli) se opuso a la adaptación que el director pretendía realizar, llegando incluso a denunciarlo ante el sindicato de guionistas. Los motivos son claros, ya que lo que en principio era una novela negra, fue convertida por el maestro en una mezcla entre el drama y la comedia negra. Por suerte para los que la hemos disfrutado desde entonces, la cosa no llegó a mayores. Para colmo, antes del estreno de la película se suicidó la actriz Miroslava Stern, que interpretaba a Lavinia, uno de los objetos de deseo de nuestro protagonista, lo que hizo que no solo se hablara de cine al referirse a la película. Cuando vean la escena del maniquí que Archibaldo compra lo entenderán mejor.
En los apartados técnicos hay que mencionar que se nota el hecho de que las obras realizada por Buñuel en México solían tener menos medios económicos que el resto de su filmografía, aunque esto no hace que estas sean menos representativas o brillantes. De la fotografía se encargó Agustín Jiménez (El Bruto, Abismos de pasión, Pecado Mortal, Un hombre llamado Noon), mientras que el montaje estuvo a cargo de Jorge Bustos y Pablo Gómez, aunque la mano del realizador se nota en ambos apartados.
Como ya hemos destacado anteriormente, el protagonismo recae en todo momento en el personaje de Archibaldo de la Cruz, al que da vida de forma mas que brillante el actor Ernesto Alonso. La forma en la que es capaz de transformarse en un instante de caballero a depredador es digna de elogio, dando con su actuación gran parte del encanto que posee la obra. El espectador acaba por cogerle cariño sin remedio, algo que si no ocurre, resta bastante interés a la película. Entre sus compañeros de reparto destacan la mencionada Miroslava Stern, que da vida a la hermosa Lavinia, Ariadna Welter como Carlota Cervantes, a la que Archi pide matrimonio y Andrea Palma como la madre de esta última.
Conclusión: Que Ensayo de un crimen no sea la obra ideal para hacernos una idea del cine que realizó Buñuel, es una verdad innegable, pero no quita que estemos ante un trabajo con una identidad propia tan marcada que sería un absurdo no verla por ello. La mano del director se nota en cada uno de sus detalles, siendo además amena, inquietante, desconcertante en algunos momentos y muy, muy original. Merece la pena disfrutar de la historia de Don Archibaldo de la Cruz, un personaje difícil de olvidar tras pasar junto a el hora y media, algo que no pueden decir algunos que tienen hasta trilogías. Como curiosidad decir que algunas imágenes de este trabajo han salido en dos películas españolas, Carne trémula de Pedro Almodóvar y Crimen ferpecto de Álex de la Iglesia.
Como no he encontrado un trailer de la película les dejo los primeros minutos, para que se hagan una idea si quieren. Existe varias versiones completas subidas a Youtube, unas con mas calidad que otras. Les dejo el enlace a una de ellas http://bit.ly/1QnOOWJ. Les aconsejo no juzgarla en solo 3 minutos, concédanle al menos al menos 15 o 20 antes de decidir. Creo que se arrepentirán.
Fuentes consultadas: Filmaffinitty, Wikipedia y Youtube
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