Año - 2014
Duración - 102 min.
País - Francia
Director - Thomas Lilti
Guión - Pierre Chosson, Baya Kasmi, Julien Lilti y Thomas Lilti
Música - Jérôme Bensoussan y Nicolas Weil
Fotografía - Nicolas Gaurin
Montaje - Christel Dewynter
Producción - Emmanuel Barraux y Agnès Vallée
Productora - 31 Juin Films
Género - Comedia, Drama
Reparto - Vincent Lacoste, Reda Kateb, Félix Moati, Jacques Gamblin, Marianne Denicourt, Carole Franck, Philippe Rebbot
Una frase: "Ser médico no es un trabajo, es una especie de maldición."
El realizador Thomas Lilti es el encargado de llevar a la gran pantalla el guión escrito por Pierre Chosson, Baya Kasmi, Julien Lilti y Thomas Lilti, en el que, en clave de comedia dramática, se realiza un pequeño pero interesante retrato de la vida en un hospital francés, del mundo de la medicina en general y, en un segundo plano, de los problemas de la sanidad pública y como la crisis económica ha afectado a su calidad y efectividad. Un trabajo que pone los puntos sobre las is sobre multitud de cuestiones de una importancia indiscutibles, pero haciendo gala de una mesura y un tacto casi obligados. Un ejercicio de reflexión disfrazado de entretenimiento, que rebosa valentía e inteligencia, pero adolece de la fuerza de la fusta de alguien ajeno a la profesión.
Sinopsis: Benjamin (Vincent Lacoste) tiene el camino allanado para llegar a ser un prestigioso médico. Acaba de ingresar como residente en un hospital en el que su padre, el doctor Barois (Jacques Gamblin), es toda una eminencia y posee un enorme peso en su gobierno y administración, por lo que sus posibilidades aumentan considerablemente. Pero sus primeras experiencias en la medicina real, las adversas condiciones en las que han de trabajar y lo diferente que resulta a la teoría, lo llevarán a dudar sobre si realmente está hecho para la profesión o si por el contrario, debe pensar en seguir otro camino.
El director: Thomas Lilti es un director y guionista francés nacido el 30 de de mayo de 1976. Lilti es también médico de medicina general, algo que como comentaremos mas tarde, tiene una enorme influencia en el trabajo que hoy nos ocupa. Comenzó su carrera en el cine escribiendo y dirigiendo los cortometrajes Quelques heures en hiver (1999), Après l'enfance (2002) y Roue libre (2003). En 2007 debutó en la dirección de un largometraje con Les yeux bandés, que también escribió junto a Pierre Chosson. Actualmente trabaja en Médecin de campagne, que se encuentra en fase de post-production y cuyo estreno se espera para 2016.
La película: Hipócrates es uno de esos sorprendentes trabajos que de vez en cuando nos regala el cine francés, capaces de llegar a un amplio segmento de público de forma clara, poniendo a la vez sobre la mesa temas de una actualidad y una importancia fuera de toda duda. Cine muy inteligente y eficaz, que no destaca precisamente en sus apartados técnicos, pero que a cambio es capaz de reavivar debates y poner algo de luz en temas que nos afectan a todos, desde el punto de vista además, de alguien que pertenece, o al menos ha pertenecido, a una profesión que aquí es retratada de forma bastante veraz, mostrando a los que se dedican a ella como lo que realmente son, personas con sus virtudes y sus defectos, con sus aciertos y sus fallos.
Destaca en ella el guión escrito por Pierre Chosson, Baya Kasmi, Julien Lilti y el propio Thomas Lilti, que aunque a algunos les pueda parecer un tanto lineal, esconde una riqueza indudable, capaz de tratar multitud de cuestiones de forma mas o menos extensa, pero que sirve para señalarlas y llamar la atención del espectador. Por ello, además de retratar el mundo de la medicina pública en una gran ciudad como París, tiene como centro de atención la ética profesional que se le presupone a cada profesional, de ahí su apropiado título, pero además es capaz de mostrar con bastante brillantez como los recortes efectuados en épocas de crisis afectan y mucho, tanto a los pacientes, que no pueden acceder a todos los procedimientos y tratamientos mas adecuados, como a los médicos y el personal que gira en torno a ellos, que han de continuar ejerciendo su profesión, intentando atender a sus pacientes de la mejor forma posible, cada vez con mas tensión y mas trabas, ejerciendo además de amortiguador entre sus jefes y las familias de los enfermos.
Y por si todo ello fuera poco, se analiza en el la forma en la que funciona un sistema en el que los errores son tapados en multitud de ocasiones, los problemas derivados de los horarios inhumanos que soportan muchos de estos profesionales, la incoherencia de la utilización de ciertos procedimientos en enfermos sin la mas mínima posibilidad de sobrevivir, la situación de los profesionales extranjeros en el país galo y una enorme cantidad de temas que hacen de esta película un trabajo que debería ser de obligada visión para cualquier persona. Otra cosa es la forma en la que Thomas Lilti lo lleva a la gran pantalla, que puede gustar mas o menos, según la valoración y el gusto de cada espectador, pero que creo que intenta en todo momento llegar al máximo de público posible de una forma honesta. En ningún momento se intenta idealizar la figura del doctor, a los que lejos de retratar como superhéroes capaces de lidiar con cualquier cosa, los muestra como personas normales, cuyas condiciones laborales los hacen tener dudas, equivocarse, rectificar, actuar incluso en contra de su propia opinión, etc.
Tampoco intenta en ningún momento el realizador coger el camino mas sencillo, aprovechar lo que sin duda sería muy fácil, la búsqueda de la lágrima fácil que tanto consigue dejar huella en el espectador, pero que a la larga resta valor a lo que en realidad se nos quiere mostrar. La dirección de actores que realiza es buena, aprovechando la calidad de la gran mayoría de su reparto. La fotografía de Nicolas Gaurin (Duchas frías, Stella, Mis días felices) abusa quizás de los primeros planos, en un intento de meternos en la piel de los protagonistas, no siendo este el aspecto mas destacable de la cinta. El montaje es obra de Christel Dewynter, que realiza un trabajo efectivo pero tampoco excesivamente brillante. La banda sonora es obra de Jérôme Bensoussan y Nicolas Weil, que firman un trabajo que cumple con su cometido y poco mas.
En el reparto de la película destaca la labor de Vincent Lacoste en el papel de Benjamin, un joven con todas las facilidades para llegar a ser un gran doctor, siempre a la sombra y bajo la protección de su padre, una eminencia dentro del hospital y la de Reda Kateb como Abdel, un médico extranjero muy capacitado para su trabajo, pero que carece de las oportunidades y las ventajas de su compañero. El trabajo de ambos es muy bueno, permitiendo a Kateb ganar el Cesar como Mejor actor secundario. Del resto podemos destacar al veterano Jacques Gamblin, que interpreta al padre de Benjamin, y a la hermosa y talentosa actriz Marianne Denicourt, que da vida a Denormandy, la encargada de la supervisión de Benjamin y Abdel. El nivel del resto del reparto es bastante bueno en general.
Conclusión: Hipócrates es una película que debería de ser de obligada visión para cualquier espectador con un mínimo de conciencia social, un regalo que el realizador Thomas Lilti ofrece a los que han sido sus compañeros y al público general. Estéticamente no es ninguna maravilla, algo que tampoco resulta imprescindible, pero a cambio es capaz de retratar un mundo que tarde o temprano nos afecta a todos, haciendo además hincapié en muchos de sus problemas y en la importancia que tiene poder mantener un sistema de sanidad público que, por desgracia, no puede ser disfrutado en muchos países. Yo le encuentro poco de comedia, pero mucho de riqueza e importancia, no pudiendo mas que aconsejar su visionado a todos y cada uno de ustedes. Porque como solemos decir cuando llegan estas fechas, al menos tener salud.
Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb y Youtube
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