Año - 1998
Duración - 130 min.
País - Canadá
Director - François Girard
Guión - Don McKellar y François Girard
Música - John Corigliano
Fotografía - Alain Dostie
Montaje - Gaétan Huot
Producción - Niv Fichman
Productora - New Line International Releasing / Channel Four Films / Telefilm Canada
Género - Drama, Intriga
Reparto - Samuel L. Jackson, Greta Scacchi, Jason Flemyng, Colm Feore, Carlo Cecchi, Irene Grazioli, Jean-Luc Bideau, Sylvia Chang
François Girard escribió junto a Don McKellar y dirigió este maravilloso homenaje a la música clásica y en especial al instrumento que la protagoniza, el violín. Un trabajo realmente completo que, cosas de este arte, no tuvo la repercusión que para mi merece, pero que gracias a los adelantos de hoy día podemos disfrutar en cualquier momento, algo que os recomiendo encarecidamente. Una excelente obra de ficción inspirada en el llamado "El Rojo Mendelssohn", un Stradivarius que luce una franja roja de orígenes desconocidos.
Sinopsis: En un taller de la Italia del siglo XVII, un maestro artesanal crea su obra definitiva, un violín perfecto y barnizado en rojo, el primer regalo para su hijo a punto de nacer. A partir de ese momento seguiremos parte de la historia del magnífico instrumento, mostrada en varias historias que transcurren en lugares tan diversos como Cremona, Viena, Oxford, Shanghái o Montreal, hasta llegar a nuestros días.
El director: François Girard es un guionista y director de cine, teatro y televisión franco/canadiense nacido en Quebec, el 12 de enero de 1963. Siempre ligada a la música, su carrera no es especialmente prolifera en el mundo del cine, donde debutó con Sinfonía en soledad: un retrato de Glenn Gould (1993), en la que retrata la vida del famoso pianista, un niño prodigio que componía a los 5 años y a los 15 ya daba conciertos. Cinco años mas tarde escribió y dirigió El violín rojo (1998), película que hoy nos ocupa. No fue hasta 2007 cuando escribió junto a Michael Golding y dirigió Seda (Silk), un drama romántico basado en una popular novela de Alessandro Baricco, interpretado por Michael Pitt, Keira Knightley y Koji Yakusho. Su último trabajo para la gran pantalla ha sido El coro (2014), un drama que nos cuenta la difícil relación entre un niño de once años, al que da vida Garrett Wareing, y su exigente maestro del coro, interpretado por Dustin Hoffman.
La película: Aprovechando que me he cogido unos necesarios días de descanso, he decidido revisionar tres de esos contados trabajos que se encuentran en la lista de mis debilidades, de los que tenía pendiente realizar un artículo en el blog. El primero de ellos es El violín rojo, una obra que hará las delicias de los amantes de la música clásica, en especial los que como yo tengan entre sus instrumentos favoritos el violín, pero que ofrece mucho mas que lo que puede en principio aparentar, siendo perfectamente disfrutable por el público en general. La inteligencia y el mimo con la que está filmada, la hacen ser una de esas películas que recomiendo disfrutar, ideal para ver con la debida tranquilidad, en uno de esos momentos en los que el espectador puede dedicarle los cinco sentidos, algo que posteriormente agradecerá y mucho.
Estamos ante un merecido homenaje al más pequeño y agudo de los instrumentos de cuerda clásicos, en el que se mima cada detalle, por pequeño que este sea, no limitándose tan solo a mostrarnos las virtudes del magnífico instrumento, sino haciéndolo en el transcurso de una historia que gana interés por momentos, contada de forma amena para, poco a poco, ir metiendo al espectador en ella, creando en el la necesidad de saber que nuevo giro hará que el violín prosiga su tortuoso camino hasta llegar a nuestros días. En otras palabras: sus creadores han conseguido realizar un trabajo que no se limita al homenaje, sino que busca llegar a una franja de público mas amplia, para así dar a conocer mejor el instrumento a quien no le haya prestado el suficiente interés, o no haya podido disfrutar de el lo suficiente, todo un acierto poco valorado en su momento.
Para ello se ha creado una historia dividida en varios episodios, algo que hemos visto ya en no pocas ocasiones, pero que en este caso destaca por resultar fluida y perfectamente entrelazada. Gran parte del mérito es del magnífico guión escrito por el propio François Girard junto a Don McKellar, estructurado de forma sumamente inteligente para ir ganando interés en vez de perderlo, algo nada fácil de conseguir con un cambio constante de los actores y actrices protagonistas. Su ritmo es para mi el adecuado, haciendo que la historia avance poco a poco, pero dejando en todo momento disfrutar al espectador de la magia que brota del auténtico protagonista del film. De igual forma se antoja fundamental el montaje de Gaétan Huot, claro protagonista por la curiosa estructura de la película.
Destaca igualmente el diseño de producción, que nos permite visitar diversos lugares del planeta a lo largo de tres siglos de forma muy real, donde la ambientación, el vestuario y la puesta en escena son cuidados de forma brillante. Acompaña igualmente la magnífica fotografía de Alain Dostie (Los juicios de Nuremberg, Seda, Sinfonía en soledad: un retrato de Glenn Gould), que nos muestra hermosas imágenes de las diferentes zonas del planeta por las que el violín va pasando, además de acercarnos a los diferentes protagonistas que tienen la suerte de tocar el Stradivarius, haciéndonos compartir parte de lo que sienten al hacerlo. Por último hay que destacar la banda sonora creada para la película por John Corigliano (The Ghosts of Versailles, Revolución, Viaje alucinante al fondo de la mente), por la que ganó el Oscar a la Mejor Música Original. Lo sencillo hubiese sido realizar una selección de clásicos para violín, pero en su lugar nos regala una recopilación de piezas entre las que destaca la Chacona para el violín rojo, que Elizabeth Pitcairn, la actual poseedora del instrumento (su abuelo se lo regaló por su 16 cumpleaños), es una de las pocas solistas capaz de tocarla.
Sin quitar nunca el protagonismo al virtuoso instrumento, hay que señalar que el reparto de la película es realmente extenso, ya que sus protagonistas van cambiando en cada época y lugar donde reaparece este. El nivel general es realmente notable, siendo una de las gratas sorpresas que me llevé al disfrutarla por primera vez. En Cremona los protagonistas son Carlo Cecchi y Irene Grazioli, como el matrimonio Bussotti y Anita Laurenzi como Cesca, la criada que le lee las cartas a ella. En Vienna son Jean-Luc Bideau y Christoph Koncz, como el maestro y su joven discípulo. En Oxford destacan Jason Flemyng y Greta Scacchi, como el violinista y su amante. En Shanghai destacan Sylvia Chang y Liu Zifeng, como la poseedora del violín y el maestro al que se lo confía y finalmente en Montréal destacan Samuel L. Jackson y Don McKellar, un experto en violines y uno de sus ayudantes. Me dejo muchos y muchas en el tintero, cuya labor es igualmente valorable.
Conclusión: El violín rojo (Le Violon rouge o The Red Violin) es un emotivo y merecido homenaje a un instrumento único, mimado en todos sus detalles y que merece la pena disfrutar en cualquier momento. Su repercusión fue muy escasa en su momento, pasando desapercibida para gran parte del público, algo que tiene fácil solución a día de hoy. Un regalo para los sentidos que no deberían dejar pasar de largo, a poco que les guste su protagonista, el violín, o simplemente sientan curiosidad por escucharlo en el transcurso de una hermosa película, algo que en este caso es toda una delicia. Imprescindible. Como curiosidad decirles que está filmada originalmente en italiano, alemán, francés, mandarín e inglés, con sus correspondientes subtítulos, pero existe también una versión en castellano para los que prefieran disfrutarla doblada. Sean felices, que no es poco.
Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb, Wikipedia y Youtube
Eso está hecho, muchas gracias
ResponderEliminarMaravilloso blog. Necesitamos más como tú. Gracias
ResponderEliminarExcelente reseña, super completa saludos
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