Año - 1935
Duración - 132 min.
País - Estados Unidos
Dirección - Frank Lloyd
Guion - Talbot Jennings, Jules Furthman y Carey Wilson, basado en la novela homónima de Charles Nordhoff y James Norman Hall
Música - Herbert Stothart
Fotografía - Arthur Edeson
Montaje - Margaret Booth
Producción - Albert Lewin y Irving Thalberg
Productora - Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
Reparto - Charles Laughton, Clark Gable, Franchot Tone, Herbert Mundin, Eddie Quillan, Dudley Digges, Donald Crisp, Henry Stephenson, Francis Lister, Spring Byington, Movita, Mamo Clark, Byron Russell, Percy Waram, David Torrence, John Harrington, Douglas Walton, Ian Wolfe, DeWitt Jennings, Ivan Simpson, Vernon Downing, Bill Bambridge, Marion Clayton Anderson, David Niven
Género - Aventuras / Aventuras marinas, Siglo XVIII
Frank Lloyd fue el realizador encargado de llevar a la gran pantalla el guion con el que Talbot Jennings, Jules Furthman y Carey Wilson adaptan la novela homónima de Charles Nordhoff y James Norman Hall. Un trabajo inolvidable, contado a un magnífico ritmo y de una dureza impropia para la época, que se beneficia del magnífico trabajo de su trio protagonista (Charles Laughton, Clark Gable, Franchot Tone) y de ese aroma a cine auténtico que un mal día nos dejó para siempre. La compañía ideal para una agradable tarde en casita.
Sinopsis - En el año 1789, Fletcher Christian (Clark Gable) es el primer oficial del HMS Bounty, comandado por el capitán William Bligh (Charles Laughton). Mientras que Fletcher cree en el respeto como principal arma para gobernar a la tripulación, el capitán Bligh es un tirano que solo cree en el castigo y la humillación como método para dominar a los hombres. Durante un viaje de regreso a Inglaterra tras una travesía por los Mares del Sur, las crueldades de Bligh acaban por colmar la paciencia de Fletcher y gran parte de la tripulación, después de que el capitán provoque la muerte de uno de los marineros, debido a la inflexible aplicación de sus "normas de guerra".
El director - Frank Lloyd fue director, guionista y productor de cine nacido en Glasgow, 2 de febrero de 1886. Fue uno de los fundadores de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, siendo presidente entre 1934 y 1935.
En su carrera predominó, por encima del género que abordaba en cada film (drama, comedia, aventuras, etc.), un sentido del espectáculo muy marcado, como corresponde a los grandes pioneros del cine estadounidense (David W. Griffith, Raoul Walsh, Edwin S. Porter). Su popularidad comenzó a principios de la década de 1920 con su exitosa adaptación del Oliver Twist de Dickens, en 1922, dirigiendo a la estrella del cine fantástico y de terror Lon Chaney y al jovencísimo Jackie Coogan, famoso por haber sido El chico, de Charles Chaplin, el año anterior. En 1923, realizó una de las primeras películas de Clara Bow, El pecado de volver a ser joven, y ya en 1926 rodó El gavilán de los mares, todavía hoy reconocida como uno de los grandes clásicos del cine de aventuras.
Pero, sin duda, el período de mayor fama y prestigio para el director llegó con el cine sonoro: La cárcel redentora (1929), proporcionó una nominación al Óscar a su protagonista, Richard Barthelmess y Trafalgar (1929), por la que el director ganó el Óscar ; Vidas truncadas (1931) supuso el único film que protagonizaron juntos dos de los mitos de la escena teatral de Estados Unidos: el matrimonio Fontaine; Cabalgata (1933), una de las películas más famosas del cine estadounidense de la década, que arrasó en los Óscar de aquel año; Mutiny on the Bounty (1935), con el mítico duelo interpretativo entre Clark Gable y Charles Laughton, Bajo dos banderas (1936), con Ronald Colman y Claudette Colbert; La muchacha de Salem (1937), con Claudette Colbert y Fred MacMurray; Una nación en marcha (1937); Si yo fuera rey (1938) y Rulers of the Sea (1939).
En la década de 1940, su producción comenzó a bajar, al tiempo que lo hacía el éxito de público de sus filmes, pero aún logró estrenar un puñado de buenas películas: Pasión de libertad (1940), con Cary Grant y Martha Scott; Sangre sobre el sol (1945), con James Cagney y Sylvia Sidney; Aventura en Shanghai (1954) y La última orden (1955), la que fue su última película. Falleció en Santa Mónica, California, el 10 de agosto de 1960.
La película - Pasa el tiempo inexorable para todos y cada uno de nosotros, todo evoluciona a un ritmo vertiginoso, todo cambia para bien o para mal, sin que haya nada que podamos hacer, para ni tan siquiera intentar ralentizarlo. Es por ello, por lo que no puedo mas que asombrarme al comprobar como para trabajos como Mutiny on the Bounty, parece que no pasa el tiempo, manteniendo la frescura, la fuerza y la vigencia tras 86 años que han pasado ya de su estreno. Tras ella se realizaron dos versiones mas de las novelas de Charles Nordhoff y James Norman Hall, la dirigida por Lewis Milestone de 1962, con Marlon Brando y Trevor Howard y la de Roger Donaldson de 1984, con Mel Gibson y Anthony Hopkins, aunque pienso que ninguna de ellas ha logrado ni tan siquiera igualar a esta maravilla, que ratrata de forma magistral parte de lo mejor y lo peor de la naturaleza humana, disfrazándola de aventura marina.
Y es que estamos ante lo que yo entiendo como una película redonda, que nos ofrece una historia de enorme interés llevada a la pantalla de forma magistral. Para ello resulta fundamental el magnífico guion escrito por Talbot Jennings (La buena tierra, Duelo en el desfiladero, Caravana hacia el sur), Jules Furthman (Tener y no tener, El sueño eterno, Río Bravo) y Carey Wilson (La vida privada de Helena de Troya, El que recibe el bofetón, El cartero siempre llama dos veces), adapta los dos primeros volúmenes de la novela Mutiny On The Bounty (1932-34), de Charles Nordhfort y James Norman Hall, que nos ofrece una historia que ensalza valores como el compañerismo, la amistad y el coraje, a la vez que condena la corrupción, la crueldad y la maldad humana, mostrándonos una lucha constante entre el bien y el mal representada en el viaje de dos años realizado en un navío, pero extrapolable a la vida en general. Es por ello por lo que existe tal contraste entre la vida en el interior de este y la que la tripulación puede disfrutar en la paradisiaca isla donde acuden a aprovisionarse del llamado del árbol del pan.
El texto, aunque bastante fiel a las novelas originales, se toma alguna que otra licencia para darle mas dramatismo a la historia, pero es el magnífico trabajo del realizador Frank Lloyd el que consigue que alcance cotas insospechadas, realizando una película de bastante dureza, mas aun si consideramos la época en la que se estrenó y el tipo de cine que en ella se realizaba. Es tal el resultado que consigue, que tras la guerra civil española se repuso en España con el nombre de La tragedia de la Bounty, por considerar las autoridades de la dictadura franquista que el título de Rebelión a bordo no era el mas idóneo tras el conflicto. Está filmada con un ritmo magnífico, que evita un solo desfallecimiento en la historia en los 132 minutos que esta nos ofrece, con un uso acertado de la cámara tanto en el interior de la asfixiante embarcación, como en los escenarios naturales de Tahití, Polinesia, Océano Pacífico y California. Una dirección bastante sobria y clasicista, que consigue mostrar la tensión entre el obstinado y cruel capitán Blyth y gran parte de la tripulación, encabezados por el primer oficial Fletcher, que poco a poco va creciendo, de forma lenta pero inexorable. Lo peor de ella: para mi su final, bastante previsible y edulcorado, pero pienso que no le resta un ápice a la puntuación final.
En los apartados técnicos hay que destacar la excelente fotografía de Arthur Edeson (Casablanca, Sin novedad en el frente, El doctor Frankenstein), en la que contrastan los planos generales del duro trabajo en el barco y la belleza de los paisajes, con primerísimos planos del capitán, sus hombres afines y el resto de la tripulación, fundamentales para mostrar la evolución de la relación entre ambos bandos. El montaje es obra de Margaret Booth (Un cadáver a los postres, Annie, Un detective barato), que realiza un trabajo fluido y muy apropiado. La banda sonora corre a cargo de Herbert Stothart (La isla del tesoro, Una noche en la ópera, María Antonieta), que realiza un trabajo no excesivamente extenso, pero muy acorde a la película. Destaca el acompañamiento que hace en los momentos de tormenta, los de mayor tensión entre la tripulación y el uso de fragmentos de canciones de música popular británica. Mención especial al vestuario utilizado, tanto por parte de los marineros, como por los habitantes de la isla paradisiaca.
Y como guinda para un sabroso pastel, no podemos mas que destacar la magnífica dirección de actores y el soberbio nivel actoral general. A la cabeza del mismo podemos disfrutar del duelo interpretativo entre Charles Laughton, que interpreta al capitán William Bligh, y Clark Gable, que hace lo propio con el primer oficial Fletcher Christian. El primero representa al mal en todas sus facetas, un sanguinario, tiránico y cruel capitán al que el estelar actor británico convierte en uno de esos antihéroes que perduran en la memoria de los aficionados para siempre. Gable no se queda atrás, ya que solo intentar mantener el nivel de su adversario con la soltura que lo hace, bien merece nuestro reconocimiento. Su encanto natural es muy bien utilizado en la película, aunque he de reconocer que no me acostumbro a verlo sin su bigote.
Junto a ellos destacar el trabajo de Franchot Tone como Byam, un inexperto guardiamarina que comienza el viaje con la ilusión de un niño con juguete nuevo y que entablará una gran amistad con Fletcher. El nivel del resto del reparto es igualmente brillante, pudiendo destacar a Movita como Tehani y Mamo Clark como Maimiti, las dos nativas que harán olvidar por momentos sus problemas a Fletcher y Byam, durante su estancia en la isla, y dos personajes que resultan fundamentales, ya que ponen la nota de humor que de vez en cuando sirve para aliviar la enorme tensión que se respira en la película: el patoso cocinero Smith (Herbert Mundin) y el médico borrachín Bacchus (Dudley Digges).
Como curiosidad aclarar que los tres actores principales, Gable, Laughton, y Tone, fueron candidatos al Óscar a la Mejor actuación, junto con Victor McLaglen por El delator, que fue el que acabó llevándoselo. Tan reñida tuvo que ser la competencia entre ellos, que el año siguiente la academia creó un segundo Óscar, el de mejor actor de reparto, que no existía hasta entonces.
Conclusión - La tragedia de la Bounty (Mutiny on the Bounty) es uno de los principales abanderados de un cine de aventuras que se fue para no volver. Su magnífico guion, la forma en la que un infravalorado Frank Lloyd lo lleva a la pantalla, su magnética fotografía y el trabajo de todo su reparto, con Charles Laughton, Clark Gable y Franchot Tone a la cabeza, hacen de esta una de esas películas que has de disfrutar si o si, y si es en mas de una ocasión mejor.
Fuentes consultadas - Filmaffinity, IMDb, Wikipedia y Youtube
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