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Bellísima (Bellissima) - Luchino Visconti (1951)

Bellísima, Bellissima, Luchino Visconti, Anna MagnaniTítulo original - Bellissima
Año - 1951
Duración - 108 min.
País - Italia
Director - Luchino Visconti
Guión - Suso Cecchi D'Amico, Francesco Rosi, Luchino Visconti
Música - Franco Mannino
Fotografía - Piero Portalupi
Montaje - Mario Serandrei
Producción - Salvo D'Angelo
Productora - Film Bellissima
Género - Drama / Neorrealismo, Cine dentro del cine
Reparto - Anna Magnani, Walter Chiari, Tina Apicella, Gastone Renzelli, Alessandro Blasetti, Tecla Scarano


Luchino Visconti escribió el guión en 1951 -junto a Suso Cecchi D'Amico y Francesco Rosi- y dirigió Bellissima, película en la que brilla con luz propia la magnífica Anna Magnani, una de las mas grandes actrices italianas de todos los tiempos, tras la que el director realizaría un punto y seguido en su idilio con el Neorrealismo. Un retrato de la Italia del momento y del mundo del cine en particular, enfocado en la figura de una madre que sueña con ver triunfar a su hija.

Bellísima, Bellissima, Luchino Visconti, Anna Magnani

Sinopsis: En los estudios de Cinecittà, el director Alessandro Blasetti (Alessandro Blasetti) está haciendo un casting para seleccionar a la niña que actuará en su nueva película. Entre las madres que han llevado a sus hijas está Maddalena Cecconi (Anna Magnani), una mujer de barrio que sueña con ver a su hija en el Olimpo de las grandes estrellas. Contra la voluntad de su marido, Maddalena no repara en medios para conseguir su objetivo: inscribe a María en un curso de baile y actuación, le paga fotógrafo y peluquera, le encarga vestidos a medida... Cualquier cosa por conseguir realizar su sueño.

Bellísima, Bellissima, Luchino Visconti, Anna MagnaniEl director: Luchino Visconti di Modrone, Conde de Lonate Pozzolo (1906–1976), fue un aristócrata, director de ópera y de cine italiano. Considerado como uno de los exponentes del neorrealismo menos idealista y mas cercano a las ideas marxistas, nos dejó durante su carrera un buen puñado de títulos inolvidables, entre los que podemos destacar Obsesión (1943), La tierra tiembla (1948), Bellísima (1951), Nosotras las mujeres (1953), Senso (1954), Noches blancas (1957), Rocco y sus hermanos (1960), Boccaccio '70 (1962), El gatopardo (1963), Sandra (1965), El extranjero (1967), La caída de los dioses (1969), Muerte en Venecia (1971) o El inocente (1976), aunque en realidad cualquiera de sus trabajos merece la pena ser visto. Falleció en Roma, el 17 de marzo de 1976.

La película: ¿Que no haría uno por un hijo o una hija? ¿Hasta donde estaría dispuesto a llegar para que el o ella viva de forma mejor a lo que uno lo ha hecho? ¿Hasta que punto tenemos derecho a enfocar y condicionar su vida por algo que quizás mas tarde sepamos que no era su deseo real? Estas y otras muchas preguntas asaltan mi mente tras disfrutar de esta curiosa película, en la que el espléndido dúo formado por el realizador Luchino Visconti y la actriz Anna Magnani consiguen que nos metamos en la piel de una madre luchadora, de carácter y buen corazón, pero totalmente obsesionada con ver a su hija triunfar en el mundo del pujante cine italiano. Un suceso mucho mas común de lo que muchos podamos creer, que continua siendo habitual, y por desgracia lo seguirá siendo, aunque en los tiempos que corren los objetivos hayan variado bastante, algo que no cambia el problema y sus consecuencias.

Bellísima, Bellissima, Luchino Visconti, Anna Magnani

A esto hay que añadir la situación económica y social de la mayoría de las familias de ese momento, donde la miseria campaba a sus anchas y los sueños casi siempre se quedaban en eso, simples sueños que acababan escapándose de las manos sin la mas mínima posibilidad de ser alcanzados. Es ese uno de los motivos por el que el Neorealismo impactó tanto en los espectadores de todo el mundo, porque mostraba la verdad sin tapujos frente a las gloriosas producciones estadounidenses, mucho mas preocupadas en crear mundos paralelos a los que transportarnos que en mostrar la realidad real de la época. Basta con echar un vistazo a los trabajos que optaron a los Oscars de ese año para comprobarlo, encontrando títulos como Un americano en París, Quo Vadis, Un lugar bajo el sol, Un tranvía llamado deseo, La reina de África o Muerte de un viajante, entre otros. Dos estilos totalmente opuestos igualmente disfrutables.

Yo amé a un asesino - John Berry (1951)

Ran All the Way, amé a un asesino, John BerryTítulo original - He Ran All the Way
Año - 1951
Duración - 77 min.
País - Estados Unidos
Director - John Berry
Guión - Dalton Trumbo, Hugo Butler, Guy Endore (Novela: Sam Ross)
Música - Franz Waxman
Fotografía - James Wong Howe
Montaje - Francis D. Lyon
Producción - Bob Roberts
Productora - Roberts Pictures Inc. / United Artist
Género - Cine negro, Drama
Reparto - John Garfield, Shelley Winters, Wallace Ford, Selena Royle, Robert Hyatt, Gladys George, Keith Hetherington, Norman Lloyd, Clancy Cooper, Vicki Raaf, Robert Karnes


Yo amé a un asesino fue la última película del genial John Garfield, que quien sabe cuantas alegrías mas hubiera dado a los aficionados al cine. Dirigida por John Berry, llevando a la gran pantalla el guión escrito por Dalton Trumbo, Hugo Butler y Guy Endore, que a su vez adaptan una novela de Sam Ross, es sin duda uno de los mejores trabajos del discreto director, junto a Tension (1949), además de una de las mejores actuaciones de Garfield, acompañado por Shelley Winters. Cine negro con ciertas carencias, que no llegan a evitar que merezca la pena disfrutarlo, aunque si que alcance cotas mucho mas altas.

Ran All the Way, amé a un asesino, John Berry

Sinopsis: Nick Robey (John Garfield), un delincuente de poca monta que convive con una madre alcohólica (Gladys George), se ve arrastrado a cometer un atraco incitado por su compinche Al Molin (Norman Lloyd), pero la precipitación de ambos hace que salga mal y tanto Al como un Policía resulten gravemente heridos. Totalmente aturdido, se mezcla con la gente y accede a una piscina pública donde conoce a Peg Dobbs (Shelley Winters), una ingenua joven a la que se ofrece a enseñar a nadar. Tras salir esta accede a que Nick la acompañe a casa, donde vive con sus padres y su hermano pequeño, por lo que este decide refugiarse allí hasta que pase el peligro.

La película: John Berry no fue un director excesivamente prolífico, dejando entre su escueta filmografía cuatro títulos que merece la pena disfrutar: De hoy en adelante (1946), Casbah (1948), la que hoy nos ocupa y Tension (1949), el que es para mi su mejor trabajo. Yo amé a un asesino fue su quinta película, la última con bandera estadounidense hasta 1966, año en el que dirigió la descafeinada Maya, debido a su inclusión en la lista negra por ser sospechoso de realizar actividades comunistas. De hecho, cuando se lanzó la película, tanto el como los guionistas Dalton Trumbo y Hugo Butler no fueron acreditados, para evitar que la censurasen.

En esta ocasión, con un presupuesto ridículo y después de superar todas las trabas posibles, consigue realizar una buena película que creo, no ha sido muy bien tratada, en comparación de lo que es capaz de ofrecer. Está claro que no está entre las mejores del género, principalmente porque Berry y su equipo no crean en muchos momentos la tensión que tan bien le hubiera venido, pero tiene otras características que la hacen muy recomendable, como por ejemplo el análisis que realiza del ser humano y de su comportamiento ante ciertas situaciones extremas, no ya solo en la persona de nuestro protagonista, sino en la de la familia que pierde su tranquilidad, su seguridad y la normalidad de su vida, por la presencia de este.

Ran All the Way, amé a un asesino, John Berry

El guión, obra de Dalton Trumbo, Hugo Butler y Guy Endore, resulta correcto en sus diferentes facetas, aunque no llega a exprimir la historia como esta merece. Su ritmo es bueno, pero algunas de las situaciones que en el se desarrollan resultan un tanto forzadas, aunque parte de culpa en ello puede tenerla el realizador, por no tener la maestría suficiente para llevarlas a la pantalla. Los diálogos son irregulares en algunos momentos, algo que tampoco ayuda en exceso al resultado final, destacando sobre todo en el, la relación entre sus protagonistas y el desarrollo de su estado de ánimo. Su corta duración es también un gran acierto, ya que hubiera sido absurdo alargar la historia sin ningún sentido.

Milagro en Milán - Vittorio De Sica (1951)

Milagro, Milán, Sica* Título original - Miracolo a Milano
* Año - 1951
* Duración - 92 min.
* País - Italia
* Director - Vittorio De Sica
* Guión - Cesare Zavattini, Vittorio De Sica, Suso Cecchi D'Amico, Mario Chiari, Adolfo Franci
* Música - Alessandro Cicognini
* Fotografía - G. R. Aldo
* Montaje - Eraldo Da Roma
* Producción - Vittorio De Sica
* Productora - Produzioni De Sica (PDS) / Ente Nazionale Industrie Cinematografiche (ENIC)
* Género - Comedia, Drama, Neorrealismo
* Reparto - Francesco Golisano, Emma Gramatica, Paolo Stoppa, Guglielmo Barnabò, Flora Cambi, Brunella Bovo, Alba Arnova, Anna Carena, Virgilio Riento, Arturo Bragaglia


Vittorio De Sica fue el encargado de llevar a la gran pantalla la brillante novela de Cesare Zavattini 'Totò il buono' (1943). Considerada como una de la obras mas representativas del neorrealismo italiano, junto a 'Ladrón de bicicletas' (1948) y 'Umberto D.' (1952), estamos ante un cuento para adultos en el que se realiza una feroz crítica a las injusticias sociales mediante un retrato de la pobreza. Simplemente imprescindible.

Milagro, Milán, Sica

Sinopsis: Totó (Francesco Golisano) es un honrado y afable huérfano que vive en un mísero barrio de chabolas en las afueras de Milán. Pasa el día ayudando a los demás, con una actitud siempre positiva que lo hace ser muy querido entre sus vecinos. Cuando un buen día se encuentra petroleo en los terrenos donde viven, el poderoso señor Mobbi, dueño de las tierras donde se han establecido, intentará deshacerse de ellos, por lo que el siempre bien intencionado Totó decidirá plantarle cara.

El director: El actor y director de cine italiano Vittorio De Sica nació en Sora un 7 de julio de 1901. Tras trasladarse en su infancia a Roma, permaneció en la hermosa ciudad consiguiendo crear en los años 30 su propia compañía de teatro.

Milagro, Milán, SicaEn la carrera como director de De Sicca, hay que diferenciar dos etapas, una primera donde realizó trabajos muy personales, clave en la historia del cine italiano y mundial. En ella realizó películas como 'El limpiabotas' (1946), 'Ladrón de bicicletas' (1948), 'Milagro en Milán' (1951) y 'Umberto D.' (1952). A partir de ahí, se fue alejando paulatínamente de el para realizar un cine cada vez mas cercano a los cánones exigidos en la industria mundial. En esta época destacan títulos como 'Estación Termini' (1953), 'El oro de Nápoles' (1954), 'El techo' (1956), 'Dos mujeres' (1960), 'El juicio universal' (1961), 'Los condenados de Altona' (1962), 'Boccaccio '70' (1962), 'El especulador' (1963), 'Ayer, hoy y mañana' (1964) o 'Matrimonio a la italiana' (1964).

El la década de los 70 volvió a realizar el cine que lo encumbró, dejándonos títulos como 'Los girasoles' (1970), 'El jardín de los Finzi Contini' (1971), 'Amargo despertar' (1973) y 'El viaje' (1974), la que sería su última película. Ganó cuatro premios Oscars a la mejor película de habla no inglesa por 'El limpiabotas', 'Ladrón de bicicletas', 'Ayer, hoy y mañana' y 'El jardín de los Finzi Contini', de 6 nominaciones.

La película: Milagro en Milán es una de esas películas con las que solo necesitas un par de minutos para quedar encandilado. Gran parte de la culpa de que esto ocurra la tiene su director, capaz de crear una atmósfera única que rápidamente te envuelve para no dejarte en todo su metraje. Y es que en cuanto conocemos a Totó (Francesco Golisano), este crea una fascinación difícil de explicar, que consigue llevarte de la mano por una historia conmovedora como pocas.

Extraños en un tren - Alfred Hitchcock (1951)

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Año - 1951
Duración - 101 min.
País - Estados Unidos
Director - Alfred Hitchcock
Guión - Raymond Chandler y Czenzi Ormonde inspirado en la novela de Patricia Highsmith
Música - Dimitri Tiomkin
Fotografía - Robert Burks
Productora - Warner Bros
Género - Intriga, Crimen, Cine negro
Reparto - Farley Granger, Ruth Roman, Robert Walker, Leo G. Carroll, Patricia Hitchcock, Howard St. John, Laura Elliott, Marion Lorne


Alfred Hitchcock realizó en 1951 'Extraños en un tren' a partir de un guion de Raymond Chandler y Czenzi Ormonde. Otra clara muestra de la visión propia que el director tenía a la hora de realizar cine. Una historia de suspense que enfrenta a dos personalidades totalmente opuestas y que nos deja varias escenas para el recuerdo. Hitchcock en estado puro.

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El “play boy” Bruno Anthony entabla conversación con el campeón de tenis Gay Haines durante un viaje en tren entre Washington y Nueva York. Lo conoce bien gracias a la prensa rosa y sabe que, al igual que le ocurre a el, hay alguien en su vida que le impide alcanzar sus sueños. Es por ello, por lo que le propone perpetrar el crimen perfecto, acabando cada uno de ellos con el problema del otro sin levantar sospechas...

actores, actrices, cineLo primero que he de comentaros es lo absurdo que me parece comparar esta película con la novela de Patricia Highsmith, la cual es un retrato psicológico sobre las causas que llevan a una persona a cometer un delito. El guion fue encargado por Hitchcock a Raymond Chandler y Czenzi Ormonde y solo se "inspira" en la novela para realizar un trabajo en el que el suspense es el protagonista. La historia es la que le interesa, el ya tiene pensado la manera en que la contará.

El maestro del suspense redunda aquí en sus eternas obsesiones, la realización del crimen perfecto, la angustia del justa o injustamente acusado y la personalidad del psicópata con apariencia de persona normal. Y lo hace, como no puede ser de otra forma, de una manera única. El uso que hace de la cámara inventando tomas inverosímiles, su obsesión por mostrarnos pequeños detalles que utiliza para remarcar situaciones o sentimientos, la forma en la que eleva poco a poco el suspense hasta el desenlace final, su pequeña aparición como actor... todo con la indiscutible marca de la casa que lo hace ser diferente a los demás.