
Año - 2014
Duración - 100 min.
País - Estados Unidos
Director - Ana Lily Amirpour
Guión - Ana Lily Amirpour
Música - Johnny Jewel
Fotografía - Lyle Vincent
Montaje - Alex O'Flinn
Producción - Ana Lily Amirpour, Justin Begnaud y Sina Sayyah
Productora - Say Ahh Productions / SpectreVision / Logan Pictures / Black Light District
Género - Terror, Romance, Thriller, Cine independiente
Reparto - Sheila Vand, Arash Marandi, Dominic Rains, Marshall Manesh, Mozhan Marnò, Milad Eghbali
El debut de la estadounidense de origen iraní Ana Lily Amirpour puede gustar mas o menos, según el gusto de cada espectador, pero lo que os puedo asegurar es que no dejará a ninguno de ellos indiferente. Estéticamente deslumbrante y mimada hasta en el mas mínimo detalle, nos cuenta una historia de amor perturbadora entre una chica sedienta de sangre y un chico diferente a la mayoría. Una extraña mezcla de géneros donde priman las imágenes en blanco y negro a los escuetos y escasos diálogos, donde mas que contar una historia se nos sugiere y en la que la escasa profundidad de esta y sus evidentes referentes quedan compensados con su innegable capacidad de seducción.
Sinopsis: Arash (Arash Marandi) es un joven trabajador que vive con su padre Hossein (Marshall Manesh), un adicto a la heroína. Tras recibir la visita de un traficante llamado Saeed (Dominic Rains), que se lleva su coche como pago de la enorme cantidad de dinero que su padre le debe, decide hacerle una visita para hacer un trato con el y así poder recuperarlo. Mientras lo espera en la entrada de su casa sin que este conteste a sus llamadas, se cruza por primera vez con una extraña joven que lleva un chador (Sheila Vand), que sale de la misma vivienda, sin saber entonces que entre ellos acaba de nacer una singular relación. El problema es que ella es un depredador que busca a sus víctimas por las oscuras calles de Bad city.
La directora: Ana Lily Amirpour es una directora, guionista, productora y actriz nacida en Inglaterra, nacionalizada estadounidense, donde se mudo con sus padres muy joven, y de una familia de origen iraní. Su familia se estableció en Bakersfield, California, donde asistió a la escuela secundaria. Más tarde asistió a la Universidad Estatal de San Francisco y se graduó de la Escuela de UCLA de Teatro, Cine y Televisión. Lleva realizando películas desde que tenía 12 años de edad. Dirigió varios cortos antes de acometer su ópera prima: Six and a Half y You en 2009, True Love, Ketab y Ana Lily Amirpour Likes This en 2010, Pashmaloo y A Girl Walks Home Alone at Night en 2011 y A Little Suicide en 2012. Actualmente está enfrascada en su segundo largometraje, que con el título de The Bad Batch se encuentra en post-producción y se espera estrenar en 2016.
La película: El subgénero vampírico está experimentando en los últimos años una constante evolución que lleva a los guionistas y realizadores a buscar nuevas formas de mostrar a estas sangrientas criaturas tan utilizadas en el mundo del cine desde prácticamente sus inicios. Trabajos como Byzantium, de la que os hablamos en este artículo, Déjame entrar, que comentamos en este otro, o la mas reciente Solo los amantes sobreviven, de la que os hablamos aquí, son solo algunos ejemplos de como el cine vampírico ha ido evolucionando para, como bien dicen, renovarse antes que morir. En esta ocasión es la realizadora Ana Lily Amirpour la que da una nueva vuelta de tuerca al mito, dirigiendo un trabajo realmente completo, que es además su debut en un largometraje y que invita a seguir con enorme atención sus próximos pasos en la industria cinematográfica.
Además de dirigirla, Ana Lily Amirpour es responsable de su guión, la co-produce junto a Justin Begnaud y Sina Sayyah, e incluso interpreta un pequeño papel en una escena que transcurre en una discoteca. Sus señas de identidad son claras, estando rodada en blanco y negro, en idioma persa (a nuestro país ha llegado en su idioma original subtitulada), algo que no supone ningún problema, ya que sus diálogos son bastante escuetos, primando las imágenes por encima de todo, y su ritmo bastante pausado, algo que en algunos momentos puede llegar a resultar algo desesperante, pero que acaba resultando fundamental para conseguir la tensión contenida que se respira en todo momento y el enorme poder de atracción que derrocha.