
Año - 2011
Duración - 106 min.
País - Estados Unidos
Dirección - Steven Soderbergh
Guion - Scott Z. Burns
Música - Cliff Martinez
Fotografía - Steven Soderbergh
Montaje - Stephen Mirrione
Reparto - Matt Damon, Kate Winslet, Laurence Fishburne, Marion Cotillard, Jude Law, Gwyneth Paltrow, Bryan Cranston, Jennifer Ehle, Sanaa Lathan, Elliott Gould, John Hawkes, Enrico Colantoni, Chin Han, Monique Gabriela Curnen, Josie Ho, Chui Tien-You, Daria Strokous, Griffin Kane, Yoshiaki Kobayashi, Grace Rex, Armin Rohde, Rebecca Spence, Andrew White, Larry Clarke, Anna Jacoby-Heron, Jimmy Chung, Demetri Martin, John Hines, Joshua Weinstein, Dan Aho, Randy Lowell, Raymond Tsang, Jim Ortlieb, Annabel Armour, Kara Zediker, Laura T. Fisher, Mary Beth Dolan, Jason Babinsky, Sanjay Gupta, Dan Flannery
Productores - Gregory Jacobs, Michael Shamberg y Stacey Sher
Productora - Warner Bros. / Double Feature Films / Regency Enterprises / Participant Media / Imagenation Abu Dhabi FZ / Digital Image Associates
Género - Thriller | Historias cruzadas. Enfermedad. Pandemias
Nueve años hace ya que el bueno de Steven Soderbergh llevó a la pantalla un guión de Scott Z. Burns, donde se analiza de forma casi documental los devastadores efectos de una pandemia. Los años han pasado y, tras los acontecimientos que traen en jaque a las autoridades de todo el planeta por la propagación del COVID-19, la película cobra una dimensión totalmente diferente, por lo que bien merece ser visualizada. Eso si, abstenerse los mas sensibles y, por supuesto, los hipocondriacos.
Sinopsis - La película nos muestra la evolución de una pandemia causada por un virus que se propaga con enorme rapidez entre los seres humanos, vista desde los diferentes puntos de vista de varios de sus personajes.

Tras títulos como Kafka, La Verdad Oculta (1991), El Rey De La Colina (1993), Underneath: Bajos Fondos (1995), Gray’s Anatomy (1996), Schizopolis (1996) o Un Romance Muy Peligroso (1998), fue el año 2000 el que lo catapultó de forma definitiva en el mundo del cine, triunfando con Erin Brockovich, por la que recibió nominaciones a los Oscars como mejor director y mejor película, alzándose Julia Roberts con el Oscar como mejor actriz, y Traffic, con la que ganó el Oscar al mejor director, al igual que Stephen Gaghan al mejor guión, Benicio del Toro como mejor actor y Stephen Mirrione al mejor montaje.
A estas le siguieron títulos como Ocean’s Eleven (2001), Full Frontal (2002), Solaris (2002), Ocean’s Twelve (2004), Bubble (2005), El Buen Alemán (2006), Che, El Argentino (2008), El Soplón (2009), The Girlfriend Experience (2009), Magic Mike (2012), La Suerte De Los Logan (2017), Perturbada (2018) y The Laundromat: Dinero Sucio (2019). Let Them All Talk será su próximo film, que contará con Meryl Streep y Candice Bergen entre su reparto.
La película - Recién completada la primera quinta parte del siglo XXI, momento en el que la globalización es un hecho, parece que la naturaleza ha dado un golpe encima de la mesa y ha decidido bajarnos del pedestal y ponernos en nuestro sitio. Tan dueños como nos creemos del planeta, tan superiores a todas las criaturas que nos rodean, nuestra fragilidad real ha salido a la luz de buenas a primera, dejando todo lo bueno y lo malo que caracteriza al ser humano al descubierto. Es momento quizás de meditar que estamos haciendo mal, de ser un poco más humildes y respetuosos con el hermoso ecosistema que nos regala todo lo que tenemos, al que queremos dominar a nuestro antojo derrochando soberbia, sin darnos cuenta de lo que somos en realidad y del lugar que ocupamos en el.
Y es ahora precisamente, cuando más falta nos hace, cuando más lamentamos no haber dedicado más medios a la investigación y menos a alterar el hermoso lugar en el que vivimos, cuando un trabajo como el que hoy nos ocupa alcanza su dimensión real, mostrando cruelmente su espíritu de denuncia y despojándose definitivamente de ese disfraz de ciencia ficción que una gran mayoría creímos verle puesto. Muchos de nosotros, entre los que he de reconocer que me incluyo, no supimos ver en ella su espíritu real, señalando cierta falta de sentimentalismo, acusandola de ser excesivamente lineal, sin darnos cuenta que, en realidad, es el enorme y amargo trabajo documental que hay detrás de su magnífico guión, el que obligó a Scott Z. Burns a escribirla y a Soderbergh a plasmarla de esta forma.