
Año - 2015
Duración - 94 min.
País - Estados Unidos
Director - M. Night Shyamalan
Guión - M. Night Shyamalan
Música - Paul Cantelon
Fotografía - Maryse Alberti
Montaje - Luke Franco Ciarrocchi
Producción - M. Night Shyamalan, Jason Blum y Marc Bienstock
Productora - Blumhouse Productions / Blinding Edge Pictures
Género - Terror, Intriga, Comedia de terror
Reparto - Olivia DeJonge, Ed Oxenbould, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Kathryn Hahn, Celia Keenan-Bolger, Samuel Stricklen, Patch Darragh
M. Night Shyamalan escribe y dirige este sencillo y curioso trabajo en el que se libra de las ataduras de los grandes estudios, para volver a utilizar parte de las características que tan buenos resultados le dieron en sus primeros trabajos, tan diferentes a las olvidables Airbender, el último guerrero y After Earth. Filmada en clave de falso documental realizado por sus dos jóvenes protagonistas, lo que mas destaca en ella es el constante juego con el espectador, virando entre la comedia de género y el cine de terror con gran habilidad, su frescura dentro de un género en horas bajas y el trabajo de su reparto. Lo peor: nada tiene que ver lo que ofrece con lo que anuncia su trailer, por lo que muchos se habrán sentido un tanto engañados.
Sinopsis: Rebecca (Olivia DeJonge) y Tyler (Ed Oxenbould) se preparan para pasar una semana con sus abuelos John (Peter McRobbie) y Doris (Deanna Dunagan), a los que jamás han visto. Su madre Paula (Kathryn Hahn), que no ha tenido contacto con sus padres en los últimos 15 años, desde que se marchó de casa, acepta a regañadientes ante la insistencia de los niños y aprovecha para hacer un crucero con su nuevo novio. Pero los niños, que pretenden filmar un documental sobre su visita, pronto se darán cuenta de que hay algo raro en el comportamiento de sus abuelos, algo que en principio solo será una sensación, pero que con el paso de los días se convertirá en algo mucho mas preocupante.
El director: M. Night Shyamalan es un director de cine y guionista nacido en Pondicherry, India, el 6 de agosto de 1970. Creció en Penn Valley, Pennsylvania, donde a los ocho años le regalaron una cámara Super-8, surgiendo así su pasión por hacer cine imitando a su héroe de aquel entonces, Steven Spielberg. Sus primeros trabajos fueron Praying with Anger (1992) y Los primeros amigos (1998), tras los que consiguió el reconocimiento internacional con El sexto sentido (1999). Tras ella llegaron El protegido (2000), Señales (2002) y El bosque (2004). Tras ellas llega la época mas pobre de su carrera, con trabajos como La joven del agua (2006), El incidente (2008), Airbender, el último guerrero (2010) y After Earth (2013). Tras su participación en la serie Wayward Pines (2015), La visita supone un soplo de aire fresco en una carrera un tanto atascada. Actualmente trabaja en Split, un thriller sobrenatural que cuenta con la participación de James Mcavoy, Anya Taylor Joy y Betty Buckley, entre otros, que se espera para 2017.
La película: He de comenzar reconociendo que tenía sentimientos encontrados antes de ver La visita, ya que por una parte tenía ganas de ver si el bueno de Shyamalan era capaz de superar el enorme socavón que sus últimos trabajos habían hecho en su carrera, pero por otro me temía lo peor, no queriendo volver a llevarme otro fiasco con una de sus películas. Tras su visionado puedo decir que, aún estando lejos de sus mejores trabajos, al menos si que consigue mejorar, y mucho, los pobres resultados conseguidos con sus últimos títulos. The Visit es un trabajo bastante original, no ya en la forma en la que está filmado, utilizando la ya muy manida técnica del falso documental que tanto coraje me produce, sino por la forma en la que el director ha decidido romper con todo y realizar una mezcla de géneros que gustará a unos mas que otros, pero que al menos supone un rayo de luz entre las sombras que últimamente planeaban sobre su cine.
Aún así he de decir que sigo teniendo sentimientos encontrados, ya que por una parte me alegro que Shyamalan haya conseguido recuperar parte de las señas de identidad de su cine, aunque para ello haya tenido que abandonar la financiación y exigencias de los grandes estudios. Da la impresión de que tras sentirse en parte liberado, el realizador decide juguetear con el espectador evitando a la vez arriesgarse de forma clara a otro varapalo, introduciendo el humor negro como parte fundamental de su trabajo y volviendo a utilizar en su cine de terror esa capacidad que tiene de crear atmósferas inquietantes, esos personajes estáticos que tanto desasosiego crean y ese toque personal que solía dar a sus mejores películas. Es capaz de innovar sin apenas utilizar nada nuevo, de entretener y mantener la atención del espectador con relativa sencillez, por lo que el resultado final merece, como poco, un visionado.