
Año - 1993
Duración - 98 min.
País - Francia
Director - Krzysztof Kieslowski
Guión - Krzysztof Piesiewicz y Krzysztof Kieslowski
Música - Zbigniew Preisner
Fotografía - Slawomir Idziak
Montaje - Jacques Witta
Producción - Marin Karmitz
Productora - Coproducción Polonia-Francia-Suiza; MK2 Productions / CED Productions / France 3 Cinéma / CAB Productions / Zespol Filmowy
Género - Drama
Reparto - Juliette Binoche, Benoît Régent, Florence Pernel, Charlotte Vêry, Hélène Vincent, Philippe Volter, Claude Duneton, Emmanuelle Riva
Trois Couleurs: Bleu (Tres colores: Azul en España y varios paises de habla hispana) es la primera película de las tres que el realizador polaco Krzysztof Kieślowski dedicó a los colores de la bandera francesa y a los ideales que estos representan. Una obra de una calidad y riqueza incuestionables, que como cualquier hermoso poema, necesita que quien lo disfrute posea un mínimo de sensibilidad y la capacidad de meterse en la piel de su protagonista, para que la experiencia sea plena. Mención especial al trabajo de la magnífica Juliette Binoche, imposible de realizar para alguien que no haya nacido para esto, que no posea su don. Imprescindible.
Sinopsis: En un accidente de coche, Julie (Juliette Binoche) pierde a su marido Patrice ( Hugues Quester), un prestigioso compositor, y a su hija Anna. Al recuperarse de sus lesiones, decide comenzar una nueva vida, independiente, solitaria y anónima, alejada de los privilegios que antes disfrutaba. Olivier (Benedict Regent), el ayudante de Patrice, intenta sacarla de su aislamiento. Olivier está enamorado de ella desde hace muchos años y acaba convenciéndola para que termine el «Concierto para Europa», una ambiciosa obra inacabada de Patrice.

La película: Hace tiempo que tenía la intención de revisionar y compartir la trilogía que el gran Krzysztof Kieslowski nos dejó para la posteridad, antes de dejarnos con tan solo 55 años. Con motivo del 20 aniversario de su fallecimiento, tuve la oportunidad hace poco de volver a disfrutar en el cine Azul, la que inicia dicha trilogía, una razón mas para no demorarlo mas y comenzar con ella los tres artículos que pretendo realizar sobre esta maravillosa obra que, si aún no han tenido el placer de disfrutar, ya es hora de que la incluyan en sus futuros planes. Cine de tal riqueza, de una belleza similar a este, resulta realmente complicado de encontrar, aunque igualmente he de aclarar que no es un producto que guste a todos por igual, ya que su ritmo pausado y los difíciles temas que aborda pueden echar a mas de uno para atrás. Pero si no es tu caso, mas que ante una película estamos ante un canto a la libertad, a la lucha necesaria para lograr conseguirla y a lo difícil que nos lo puede poner esta vida para poder conseguirlo. Poesía hecha cine.
Me gustaría dejar varias cosas claras para no llevar a engaño a quien aún no la haya visto y tenga la intención o dude de si hacerlo o no. En primer lugar decir que, a pesar de ser un drama, no es este un trabajo que busque conmover al espectador o que base su razón de ser en esa premisa. Lógicamente, la historia que nos cuenta nos ha de llegar, a poco que quien la está viendo sea capaz de ponerse en la piel de su protagonista, pero lo hace de una forma un tanto fría y distante, por lo que nada tiene que ver con la inmensa mayoría de historias de este tipo que se ruedan. De hecho, el color azul representa al primer lema revolucionario francés, la libertad. Pero, según palabras del propio director, ese color azul ya no simboliza la libertad en un sentido político o social en la época actual, sino la libertad de poder vivir la vida en sí misma.