* Título original - The Innocents
* Año - 1961
* Duración - 99 min.
* País - Reino Unido
* Director - Jack Clayton
* Guión - Truman Capote y William Archibald basado en la novela 'Otra vuelta de tuerca' de Henry James
* Música - Georges Auric
* Fotografía - Freddie Francis
* Montaje - James Clark
* Producción - Jack Clayton
* Productora - 20th Century Fox
* Género - Terror, Intriga
* Reparto - Deborah Kerr, Peter Wyngarde, Megs Jenkins, Pamela Franklin, Martin Stephens, Michael Redgrave
Truman Capote y William Archibald realizaron el guión para que Jack Clayton produjera y dirigiese esta fantástica historia de terror sobrenatural que sigue siendo para muchos la mejor en su género. Su cuidada ambientación, una fotografía excelente y la increíble interpretación de Deborah Kerr como la institutriz, junto a Pamela Franklin y Martin Stephens como los niños, ponen el resto de ingredientes para el magnífico resultado final. Todo un clásico que merece la pena disfrutar.
Sinopsis: Inglaterra del siglo XIX. Una hermosa y recatada señora (Deborah Kerr) es contratada para cuidar y educar a dos niños huérfanos a los que solo les queda su tío (Michael Redgrave), el cual no tiene intención de cambiar de modo de vida por ellos, por lo que los mantiene en una imponente mansión rural que posee mientras el sigue viviendo en la ciudad. Pero cuando ella se traslada, comienza a notar que sus anteriores cuidadores tienen aún una enorme influencia sobre ellos, lo que la hará sospechar que algo no marcha bien.
El director: Jack Clayton comenzó su carrera muy joven, como actor infantil en el filme Dark Red Roses (1929). Continuó empapándose del mundo del cine en los estudios de Alexander Korda, pasando paulatinamente por diversos puestos hasta llegar a ser adjunto del director. Rodó su primer trabajo durante la Segunda Guerra Mundial, un documental sobre la reconstrucción de Nápoles 'Naples is a Battlefield' (1944), Tras la guerra, volvió a trabaja con Alexander Korda en calidad de productor asociado en varias películas.
En 1956 dirigió el cortometraje 'The Bespoke Overcoat' (1956), inspirado en el cuento 'El capote' de Nicolai Gogol y que está considerado como la antesala de 'The Innocents', la película que hoy nos ocupa. Su primer trabajo con repercusión internacional fue 'Un lugar en la cumbre' (1959) y que mejor manera de darse a conocer que recibiendo dos Oscars de la academia de seis nominaciones, al mejor guión adaptado y a la mejor actriz (Simone Signoret), además del Globo de oro a la mejor película extranjera y los Bafta a la mejor película, película británica y actriz extranjera.
A 'The Innocents' (1961) le siguió 'Siempre estoy sola' (1964), un drama sobre una mujer casada a la que nada le va bien y en 1967 realizó 'A las nueve cada noche', un nuevo drama sobre un grupo de niños huérfanos que entierran a su madre en el jardín para no ser separados en varios orfanatos. Sus dos únicos trabajos en Estados Unidos fueron 'El gran Gatsby' (1974), con un guión de Francis Ford Coppola basado en la novela de Francis Scott Fitzgerald y 'El carnaval de las tinieblas' (1983), donde mezcla intriga y terror para contarnos la historia de una peculiar compañía de cómicos ambulantes. Su último trabajo fue de nuevo realizado en su país, 'La solitaria pasión de Judith Hearne' (1987), un drama romántico sobre una solitaria y madura solterona que intenta inocentemente aprovechar su última oportunidad para conseguir marido.
La película: 'The Innocents' es sin duda una película muy avanzada a su tiempo que ha pasado injustamente desapercibida para gran parte del público aficionado al cine de terror, no tanto en su época, en la que imagino la reacción de los espectadores ante algunas de sus escenas y su tremendo final, sino a posteriori, cuando para mi es una de esas joyas que emergen entre la niebla muy de vez en cuando y que tenemos el deber de recomendar y hacer que los que no la conozcan, tengan la oportunidad de disfrutarla.
Jack Clayton aprovecha el magnífico guión escrito por Truman Capote y William Archibald, con la colaboración en algunas escenas adicionales y los diálogos de John Mortimer, sobre la base de la novela "The Turn Of The Screw" (1898), de Henry James, para mostrarnos una historia que vive de la ambigüedad que derrocha y el magnífico ritmo que el director imprime, que poco a poco nos envuelve con grandes dosis de suspense e intriga. Para ello resulta fundamental la magnífica fotografía de Freddie Francis, al que recordareis de trabajos como 'El hombre elefante' de David Lynch (1980), que maneja con soltura el contraste necesario entre las escenas exteriores, de una enorme belleza, con las de interior, donde la iluminación resulta fundamental para el excelente resultado final. Da la impresión de ir oscureciéndose a la vez que aumenta el desasosiego y la historia avanza.
Pero todo ello no sería posible sin la magnífica interpretación que nos regala la hermosa Deborah Kerr, a la que tendremos constantemente en pantalla desde la escena inicial hasta el ultimo instante de película. Ella es una de esas actrices capaces de decir mucho mas con cada mirada y cada gesto que con los diálogos en si. Se come literalmente la pantalla, siendo su elección para el papel uno de los grandes aciertos que dan una enorme calidad al producto. Junto a ella destacan los sorprendentes Pamela Franklin y sobre todo Martin Stephens, los dos angelitos capaces que infundir terror sin prácticamente hacer nada para conseguirlo. Sus interpretaciones son tremendamente naturales, algo que en la época es muy difícil de ver tratándose de niños. Completan el reparto Megs Jenkins como la criada que lleva tiempo en la familia, Michael Redgrave como el despreocupado tío de los niños y Peter Wyngarde como el antiguo mayordomo de la familia.
La apropiada e inquietante música de Georges Auric cumple su función a la perfección, destacando en ella la melodía de la canción 'O Willow Waly', con gran importancia en la trama de la película. La película fue rodada en los Shepperton Studios y en varios exteriores localizados en Sussex, un condado del sur de Inglaterra.
Conclusión: 'The Innocents' no es una película de terror al uso, ni mucho menos una simple historia de fantasmas. Su ambigüedad juega con el espectador de una forma magistral, obligándolo constantemente a creer lo que está viendo, pero ofreciéndole a la vez diferentes caminos posibles y dando lugar a una de esas películas que para mi son imprescindibles dentro del género. Para muchos puede que dicha ambigüedad sea uno de sus problemas, pero para un servidor fue la herramienta necesaria para poder contar una historia que en la época hubiera sido imposible contar de frente. Un derroche de valentía disfrazada.
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