Año - 1974
Duración - 155 min.
País - Estados Unidos
Director - John Cassavetes
Guión - John Cassavetes
Música - Bo Harwood
Fotografía - Mitch Breit
Montaje - David Armstrong
Producción - Sam Shaw
Productora - Faces International
Género - Drama, Cine independiente
Reparto - Gena Rowlands, Peter Falk, Katherine Cassavetes, Fred Draper, John Finnegan, Matthew Labyorteaux, Angelo Grisanti
El inolvidable John Cassavetes escribió el guión y dirigió este realista y crudo drama llamado A Woman Under the Influence. Sin las obligaciones impuestas por los grandes estudios y obsesionado con contar su historia con la mayor realidad posible, estamos ante uno de esos trabajos que uno ve y ya nunca jamás olvida. Mención especial a la interpretación de Peter Falk y, sobre todo, el de la esposa del director, una Gena Rowlands que realiza una auténtica exhibición que le valió para ser nominada al Oscar, que finalmente ganaría Ellen Burstyn por Alicia ya no vive aquí. Imprescindible.
Sinopsis: Mabel Longhetti (Gena Rowlands) es una esposa y madre de tres hijos incapaz de acostumbrarse a las normas sociales, ya que padece inestabilidad emocional. Casada con Nick Longhetti (Peter Falk), un obrero italoamericano de la construcción, intenta cumplir con los cánones establecidos y ser la madre que todos esperan, mientras que su esposo lucha por mantener la normalidad en el hogar. Todo se complicará cuando la conducta de Mabel se vaya enrareciendo paulatinamente hasta llegar a afectar a sus hijos, momento en el que Nick comprenderá que tendrá que tomas cartar en el asunto, no teniendo mas remedio que afrontar ciertas medidas.
El director: John Cassavetes fue un actor, guionista y director greco-estadounidense, nacido en Nueva York, el 9 de diciembre de 1929. Considerado como uno de los máximos exponentes del cine independiente norteamericano, creció en Long Island y estudió en el instituto en Nueva Jersey antes de ingresar en la American Academy of Dramatic Arts. Tras su graduación en 1950, actuó en el teatro, en papeles secundarios en películas y en varias series de televisión. Su debut en la dirección fue Sombras (Shadows, 1959), que consiguió financiar con dinero de familiares y el programa de radio Night People, aunque le fue imposible encontrar un distribuidor estadounidense, por lo que probó suerte en Europa, ganando el premio de la crítica en el Festival de Venecia. Tras ella dirigió Too Late Blues (1961) y Ángeles sin paraíso (1963), con Burt Lancaster, Judy Garland y su esposa en el reparto. Regresó al cine independiente con Rostros (Faces) (1968), tras la que dirigió Maridos (1970) y Así habla el amor (1971). Tras ella llegó la considerada su época dorada con títulos como Una mujer bajo la influencia (1974), El asesinato de un corredor de apuestas chino (1976), Opening Night (Noche de estreno) (1977) y Gloria (1980). Sus dos últimos trabajos fueron Love Streams (Corrientes de amor) (1984) y Un hombre en apuros (1986). Falleció en 1989, a los 59 años de edad, víctima de una cirrosis hepática.
La película: Para comprender la forma de hacer cine de Cassavetes, mas aún en una película como la que hoy nos ocupa, en la que no tenía que responder ante ningún gran estudio, hay que conocer, aunque sea mínimamente, lo que buscaba a la hora de filmar y como intentaba conseguirlo. En principio, la historia estaba escrita en su correspondiente guión, pero los métodos que utilizaba para conseguir el máximo realismo posible contándola eran muy alejados de los utilizados por la mayoría de sus compañeros de profesión. Daba una gran libertad a los actores, a los que además escuchaba y tenía en cuenta sus ideas y objeciones, aunque a la hora de filmar solo los observaba. Realizaba tomas larguísimas sin dar apenas instrucciones al reparto, utilizando además lentes largas para interferir lo menos posible en su trabajo, lo que hacía que estos no supieran con certeza cuando estaban filmando.
Se rodeaba de actores y actrices que conocía bien (su esposa y su madre en esta ocasión), con el fin de poder influir fácilmente en ellos, además de utilizar otros no profesionales o que directamente jamás hubieran actuado. Donde otros directores buscan la perfección en las formas, el hacía todo lo contrario, alargando las tomas hasta límites insospechados o sacándolos de foco inesperadamente. Su búsqueda era la de una apariencia de realidad que puede resultar en un principio algo chocante, sobre todo si no sabemos de antemano a que nos enfrentamos, pero cuyos resultados son bastante satisfactorios y consiguen que el espectador sienta que forma parte de algo real.