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Roma, ciudad abierta (Roma città aperta) - Roberto Rossellini (1945)

Título original - Roma città aperta
Año - 1945
Duración - 100 min.
País - Italia 
Dirección - Roberto Rossellini
Guion - Federico Fellini, Sergio Amidei y Roberto Rossellini, basado en una historia de Sergio Amidei y Alberto Consiglio
Música - Renzo Rossellini
Fotografía - Ubaldo Arata
Montaje - Eraldo Da Roma y Jolanda Benvenuti
Producción - Giuseppe Amato, Ferruccio De Martino y Roberto Rossellini
Productora - Excelsa Films
Reparto - Aldo Fabrizi, Anna Magnani, Marcello Pagliero, Maria Michi, Harry Feist, Vito Annichiarico, Francesco Grandjacquet, Giovanna Galletti, Carla Rovere
Género - Drama, Bélico / II Guerra Mundial, Neorrealismo


Roberto Rossellini escribió, junto a Federico Fellini y Sergio Amidei, y dirigió Roma città aperta, la primera película de su "Trilogía de la guerra" o "Trilogía neorrealista", a la que siguieron Paisà (Camarada, 1946) y Germania anno zero (1947). Un trabajo considerado como el inicio del movimiento denominado Neorrealismo italiano, que supuso el inicio de una nueva manera de hacer cine y el olvido del encorsetamiento al que la Italia fascista los había sometido durante décadas. Mas que una simple película, un punto de inflexión dentro del cine.


Sinopsis - Segunda Guerra Mundial. Estando Roma ocupada por los nazis, la temible Gestapo trata de arrestar al ingeniero Manfredi (Marcello Pagliero), un comunista que es el líder del Comité Nacional de Liberación. Pero en la redada Manfredi consigue escapar y pide ayuda a Francesco, un camarada tipógrafo que en unos días se casará con su novia Pina (Anna Magnani), una viuda con un niño. Además el cura de la parroquia, Don Pietro (Aldo Fabrizi), también apoya la causa e intenta ayudar a Manfredi y los partisanos de la resistencia.

El directorRoberto Rossellini fue un cineasta italiano nacido en una familia burguesa de Roma, el 8 de mayo de 1906. Su hermano era el compositor Renzo Rossellini. Su padre construyó el primer cine romano 'Il Corso Cinema' (un teatro donde también podían mostrarse películas), por lo que Roberto comenzó a frecuentar el cine a una edad temprana. Cuando su padre murió, Rossellini trabajó como técnico de sonido en varias películas y en diferentes campos relacionados con el cine, ganando una enorme experiencia.

En 1938 rodó su primer cortometraje, Prélude à l'aprés-midi d'un faune, después del cual trabajó con Goffredo Alessandrini en el rodaje de Luciano Serra, pilota (1938), una de las películas italianas de la primera mitad de siglo con más éxito. En 1940 asistió a Francesco De Robertis en Uomini sul Fondo. Su primer largometraje, La Nave Bianca (La nave blanca, 1941) es la primera de la llamada "Trilogía fascista", junto con Un pilota ritorna (Un piloto regresa, 1942) y Uomo dalla Croce (El hombre de la cruz, 1943). A esta etapa corresponde su amistad y cooperación con Federico Fellini y Aldo Fabrizi.

Solo dos meses después de la liberación de Roma, Rossellini ya estaba preparando Roma, ciudad abierta (Fellini colaboró en el guion y Fabrizi participó en el papel del sacerdote), que él mismo produjo mediante pequeños préstamos. Rossellini comenzó así su 'Trilogía neorrealista', cuya segunda película fue Paisà (Camarada, 1946), filmada enteramente con actores no profesionales, y la tercera Germania anno zero (Alemania, año cero, 1947). Después de ella produjo dos largometrajes que hoy se clasifican como cine transicional: L'Amore (El amor, 1948) con Anna Magnani y La macchina ammazzacattivi (La máquina matamalvados, 1952).

En 1949 Ingrid Bergman escribió una carta a Rossellini proponiéndole trabajar con él, comenzando una de las más conocidas historias de amor en el mundo del cine. Comenzaron a trabajar juntos un año más tarde en Stromboli terra di Dio (Stromboli, tierra de Dios, 1950), y un año después en Europa '51 (1951). Viaggio in Italia (Te querré siempre, 1954) completa la llamada 'Trilogía de Ingrid'. Este último film tiene una gran influencia en Francia, donde es reconocido por la prestigiosa revista de cine Cahiers du Cinéma como uno de los orígenes estilísticos de la Nouvelle Vague. En 1965, Rossellini decide dejar el cine para hacer televisión, afirmando que esta última, al ser un medio frío y dirigido a un público masivo, podría mejorar la comunicación con el espectador de la sala de cine. Sus películas de televisión pueden ser consideradas como parte de un proyecto enciclopédico, como si fueran parte de una misma obra. La toma del poder por parte de Luis XIV (1966) es el único telefilm que fue proyectado en salas de cine. Falleció en Roma, el 3 de junio de 1977.

La película - El neorrealismo italiano fue un movimiento narrativo y cinematográfico que surgió en Italia durante la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, es decir, a partir de 1945. Tuvo como objetivo mostrar condiciones sociales más auténticas y humanas, alejándose del estilo descaradamente propagandístico o de comedias románticas con final feliz, que hasta entonces había impuesto la Italia fascista (1922-1945). El término fue acuñado por el crítico Umberto Barbaro y la película que hoy nos ocupa es considerada como el inicio de dicho movimiento, que mas tarde sería secundado por directores como Vittorio De Sica con títulos como Sciuscià (El limpiabotas, 1946) y Ladri di biciclette (Ladrón de bicicletas, 1948) o Luchino Visconti con La terra trema (La tierra tiembla, 1948). El neorrealismo italiano nació en respuesta a la necesidad de mostrar la Italia del hambre, las injusticias y la pobreza, adquiriendo un compromiso social que dejase de lado esa falsa realidad hasta entonces contada, para poner el objetivo sobre los hechos, mostrándolos de la forma mas imparcial posible.


El desvío (Detour) - Edgar G. Ulmer (1945) - Película completa

Título original - Detour
Año - 1945
Duración - 67 min.
País - Estados Unidos
Dirección - Edgar G. Ulmer
Guion - Martin Goldsmith, basado en la novela de Martin Goldsmith
Música - Leo Erdody
Fotografía - Benjamin H. Kline
Montaje - George McGuire
Escenografía - Glenn P. Thompson
Sonido - Max M. Hutchinson
Maquillaje - Bud Westmore
Vestuario - Mona Barry
Producción - Leon Fromkess y Martin Mooney
Productora - Producers Releasing Corporation [USA]
Narración - Tom Neal
Reparto - Tom Neal, Ann Savage, Claudia Drake, Esther Howard, Pat Gleason, Edmund MacDonald, Tim Ryan, Don Brodie, Roger Clark, Eddie Hall
Género - Cine negro, Thriller, Intriga, Serie B, Road movie


Rodada en seis días y montada en tres días y medio, contando con un irrisorio presupuesto de 20.000 dólares, Detour es, ante todo, una de las principales muestras de que el talento aflora a pesar de las adversidades. La obra cumbre de un tristemente olvidado Edgar G. Ulmer, que tuvo la mala fortuna de enamorarse de la mujer del productor Max Alexander, sobrino de Carl Laemmle, el fundador de los estudios Universal. Gracias al esfuerzo de la fundación creada por su hija Arianné, se han podido ir recuperando algunos de sus trabajos y restaurarlos.


Sinopsis
- Al Roberts (Tom Neal) es un pianista que malvive tocando en un local de Nueva York junto a su novia, la cantante Sue Harvey (Claudia Drake). Un buen día esta le comunica que se marcha a Los Ángeles, a buscar la oportunidad de su vida. Tras un tiempo solo y deprimido, Al decide ir en su busca, para lo que, al no disponer apenas de dinero, decide hacer autostop. Tras ser recogido por Jack Haskell Jr. (Edmund MacDonald), quien conduce un lujoso descapotable, comenzará para el una increíble pesadilla de la que intentará escapar por todos los medios.

El directorEdgar G. Ulmer fue un destacado cineasta nacionalizado estadounidense, nacido en Olomouc, Chequia, el 17 de septiembre de 1900. Se interesó por el teatro desde niño, y concretamente por la escenografía, al trasladarse a Viena muy pronto para estudiar Arte y frecuentar el Burgtheater vienés. 

En los años veinte, marchó a Berlín, donde trabajó en los decorados de El gabinete del doctor Caligari (Robert Wiene, 1920); realizó siluetas para El Golem (1920); colaboró con Erich von Stroheim en Los amores de un príncipe (1923); asistió a F. W. Murnau (Las finanzas del gran duque y Der Letzte Mann, ambas de 1924) y a G.W. Pabst en Bajo la máscara del placer (1925). Además colaboró con Fritz Lang en Metrópolis (1927),  Los nibelungos (1923) y Spione (1928).

En Estados Unidos filmó también multitud de westerns hasta 1926. Amigo de Robert Siodmak, se relacionó pronto con Billy Wilder y con William Wyler, así como con Bobby Wyler, productor de cine. Fue conocido en Estados Unidos por Satanás (1934), con los actores Bela Lugosi y Boris Karloff, rodada en decorados de tipo Bauhaus, con los que logró una atmósfera terrorífica. Su hija ha confirmado que Ulmer arruinó sus posibilidades de escalar posiciones dentro de ese mundo al enamorarse de Shirley, su madre, la entonces mujer del productor Max Alexander, que además era sobrino de Carl Laemmle, el fundador de los estudios Universal.

Ulmer siempre fue siempre proclive a trabajar en zonas marginales cuando vivía en Nueva York, donde rodó Moon Over Harlem (1939). Tras trasladarse a Hollywood, destacó en filmes de serie B como Barbazul (1944), Detour (1945),  The Strange Woman (1946) o Traición (Ruthless, 1948). De sus mas de 40 películas, podemos destacar también Strange Illusion (1945), The Man from Planet X (1951), Babes in Bagdad (1952) y Naked Dawn (1955), así como las mas tardías Beyond the Time Barrier (1960) y The Amazing Transparent Man (1960). Aunque olvidado antes de su muerte, ocurrida en Hollywood, el 17 de septiembre de 1972, fue defendido por Godard o Truffaut y mas tarde por Wim Wenders o Peter Bogdanovich. A día de hoy es principalmente valorado por su cine negro o de misterio de su época inicial.

La película - Antes de empezar, me gustaría aclarar que no suelo calificar las películas solo por su calidad, ya que sería algo injusto para las que no han tenido la suerte de tener el auspicio de uno de los grandes estudios. Hay otros elementos que suelen influir decisivamente en mi decisión, entre los que están el talento y el ingenio necesarios para conseguir llegar al espectador, con independencia de los medios de que se disponga, y hacerlo partícipe de la historia. Digo esto porque la película que hoy nos ocupa fue realizada con un presupuesto ridículo, algo que por mucho esfuerzo que se realice se acaba notando, por lo que es la imaginación y la maestría de Edgar G. Ulmer, además del enorme trabajo de su equipo, fueron las que consiguieron dejarnos una película única, que merece ser valorada como tal.


Pinceladas de clásicos del terror: El ladrón de cadáveres - Robert Wise (1945)

cadáveres, Robert Wise, Body SnatcherTítulo original - The Body Snatcher
Año - 1945
Duración - 79 min.
País - Estados Unidos
Director - Robert Wise
Guión - Philip MacDonald y Val Lewton, basándose en el cuento de Robert Louis Stevenson
Música - Roy Webb
Fotografía - Robert De Grasse
Montaje - J.R. Whittredge
Producción - Jack J. Gross y Val Lewton
Productora - RKO. Productor: Val Lewton
Género - Terror, Thriller, Película de culto
Reparto - Boris Karloff, Bela Lugosi, Henry Daniell, Edith Atwater, Russell Wade, Rita Corday, Sharyn Moffett, Donna Lee


Robert Wise sería el director encargado de llevar a la gran pantalla el guión que Philip MacDonald y Val Lewton realizaron, adaptando el cuento homónimo de Robert Louis Stevenson. Un trabajo que, a pesar de su bajo presupuesto, os mantendrá casi hora y media con los ojos clavados en la pantalla y que sería la última oportunidad de ver juntos a Boris Karloff y Bela Lugosi, de las ocho ocasiones en que compartieron cartel. No es de extrañar que haya alcanzado el estatus de película de culto, ya que no se puede dar mas por menos. Ineludible.

cadáveres, Robert Wise, Body Snatcher

Sinopsis: Donald Fettes (Russell Wade) es uno de los estudiantes que asisten a la escuela de medicina del afamado doctor MacFarlane (Henry Daniell), aunque teme que tendrá que abandonar sus estudios ante su delicada situación económica. Al enterarse de ello su mentor, le ofrece trabajo como su ayudante, que incluye un pequeño sueldo y hospedaje en su propia casa, pero lo que en principio es un alivio para Donald, se convertirá en preocupación tras conocer a John Gray (Boris Karloff), un siniestro cochero que realiza negocios con MacFarlane, proporcionándole a cambio de cierto dinero cadáveres de personas recientemente fallecidas, procedentes de las tumbas del cementerio de Edimburgo, que después son utilizados por el profesor y sus alumnos para sus clases.

El director: Robert Wise fue un montador, productor y director de cine estadounidense cuya carrera se extendió durante 57 años, en los que pudo abordar todo tipo de géneros. Para que os hagáis una idea de la importancia de este inolvidable realizador, señalar que fue responsable del montaje de Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941), por el que fue candidato al Oscar, participando al año siguiente en el montaje de 'El cuarto mandamiento' (1942), del mismo director. Como director realizó mas de 40 películas, dejándonos títulos como Born to Kill (Nacido para matar) (1947), Nadie puede vencerme (1949), La casa de la colina (1951), Ultimátum a la Tierra (1951), La ciudad cautiva (1952), Marcado por el odio (1956), Torpedo (1958), ¡Quiero vivir! (1958), West Side Story (1961), Sonrisas y lágrimas (1965), El Yangtsé en llamas (1966), La amenaza de Andrómeda (1971) o Star Trek, la película (1979). ¿A ver quien da mas?

La película: El ladrón de cadáveres supuso la cuarta película del realizador como director, que había debutado tan solo un año antes con el drama bélico Mademoiselle Fifi. He de confesar que no tenía conocimiento de la existencia de este título hasta hace relativamente poco tiempo, por lo que cuando llegó a mis manos una copia de la misma, no albergaba excesivas expectativas sobre ella, ya que siendo un admirador del cine clásico de terror desde que tengo uso de razón y veo cine, creía haber visto casi todas las mas memorables. Craso error, ya que tras disfrutarla puedo asegurar que es una de las obras mas completas que recuerdo dentro del género, algo que alcanza aún mayor dimensión si tenemos en cuenta que estamos hablando de un trabajo de serie B, cuyo presupuesto fue bastante ridículo.

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La experiencia nos dice que las adaptaciones de grandes o afamados títulos literarios, suelen venir de la mano de las críticas negativas de gran parte de los que las ven tras haber disfrutado del libro en cuestión. En el caso que hoy nos ocupa, el guión es obra de Philip MacDonald y Val Lewton, aunque hay que decir que en vez de adaptar el cuento homónimo del brillante Robert Louis Stevenson, tan solo se basan en el, que no es lo mismo, ni mucho menos. Esto, que en principio puede resultar algo arriesgado, aquí se revela como todo un acierto, del que podemos decir sin temor a equivocarnos que le da al magnífico relato un aire dramático que le viene muy bien al resultado final.

Perversidad - Fritz Lang (1945)

Perversidad, Fritz Lang, Scarlet StreetTítulo original - Scarlet Street
Año - 1945
Duración - 103 min.
País - Estados Unidos
Director - Fritz Lang
Guión - Dudley Nichols, basado en la novela de Georges de la Fouchardière 'La Chienne', de 1930
Música - Hans J. Salter
Fotografía - Milton Krasner
Montaje - Arthur Hilton
Producción - Fritz Lang y Walter Wanger
Productora - Universal Pictures
Género - Cine negro. Drama
Reparto - Edward G. Robinson, Joan Bennett, Dan Duryea, Jess Baker, Margaret Lindsay, Rosalind Ivan, Samuel S. Hinds, Vladimir Sokoloff


El maestro Fritz Lang produjo junto a Walter Wanger y dirigió este maravilloso trabajo, un remake de la película La golfa (La Chienne), dirigida por Jean Renoir en 1931. Con un guión de Dudley Nichols, basado en la novela La Chienne de Georges de la Fouchardière y con la magistral fotografía de Milton Krasner, estamos ante uno de esos títulos indispensables que cualquier aficionado al cine debería disfrutar, con mas razón si como yo, eres aficionado al buen cine negro. Destacar las interpretaciones del genial  Edward G. Robinson y de la perfecta femme fatale, interpretada por Joan Bennett. Un peliculón.

Perversidad, Fritz Lang, Scarlet Street

Sinopsis: Christopher Cross (Edward G. Robinson) es un hombre tímido, dominado totalmente por su esposa Adele (Rosalind Ivan), que lo maltrata constantemente, que solo encuentra en su afición a la pintura un motivo para seguir adelante. Trabaja como cajero de un banco hace varias décadas, por lo que el día de su aniversario en dicho trabajo recibe un merecido homenaje de su jefe y sus compañeros. De regreso a casa divisa a una mujer llamada Kitty March (Joan Bennett) que está siendo agredida, por lo que no duda en ayudarla. Lo que no imagina es lo que dicho acto le cambiará la vida, ya que se enamora perdidamente de ella, lo que le llevará a actuar como jamás había hecho hasta entonces.

La película: El maestro Fritz Lang dejó sobradas muestras de su enorme talento durante su impecable carrera, como podéis comprobar echando un vistazo a su filmografía, poblada de títulos como Las tres luces (1921), El doctor Mabuse (1922), Los Nibelungos (1924), Metrópolis (1927), M, el vampiro de Düsseldorf (1931), El testamento del Dr. Mabuse (1933), Furia (1936), Sólo se vive una vez (1937), Los verdugos también mueren (1943), El ministerio del miedo (1944), La mujer del cuadro (1944), etc. La lista es interminable, por lo que me he parado en el trabajo anterior al que hoy nos ocupa, dejándome además varios por el camino y siendo realmente difícil encontrar alguno que no consiga dejar buen sabor de boca.

En Scarlet Street, repitió el reparto principal que pocos meses antes tan buen resultado le había dado en La mujer del cuadro (1944), de la que ya os hablamos en este artículo, Edward G. Robinson, Joan Bennett y Dan Duryea, para realizar una nueva obra maestra sin apenas descanso entre una y otra. Curiosamente, con anterioridad iba a ser dirigida por el inolvidable Ernst Lubitsch, pero que tras ser abandonado el proyecto por este, por diferentes motivos que no vamos a sacar a relucir aquí, Lang recogió el testigo y lo sacó adelante, co-produciéndolo además de dirigirlo.

Perversidad, Fritz Lang, Scarlet Street

El guión fue escrito por Dudley Nichols, basándose en la novela La Chienne de Georges de la Fouchardière, además de en la película que el genial Jean Renoir dirigió en 1931, con el título de La golfa (La Chienne), dando como resultado un libreto al que pocas, o mas bien ninguna, pegas se le pueden poner. Su ritmo es el mas correcto, sus diálogos fluidos y perfectamente redactados, sus personajes están magníficamente desarrollados y en constante evolución. Su riqueza es innegable en todos los aspectos, haciendo además un completo repaso a la naturaleza de los seres humanos y a como los sentimientos nublan por completo nuestra razón en multitud de ocasiones.

Días sin huella - Billy Wilder (1945)

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Año - 1945
Duración - 101 min.
País - Estados Unidos
Director - Billy Wilder
Guión - Charles Brackett y Billy Wilder a partir de la novela de Charles R. Jackson
Música - Miklós Rózsa
Fotografía - John F. Seitz
Productora - Paramount Pictures
Género - Drama
Reparto - Ray Milland, Jane Wyman, Philip Terry, Doris Dowling, Frank Faylen, Howard da Silva, Mary Young, Anita Bolster, Lilian Fontaine, Frank Orth, Audrey Young


El inigualable Billy Wilder creó el guion, junto a su colaborador habitual en su primera etapa en Hollywood Charles Brackett, y dirigió este increíble alegato que consigue retratar el alcoholismo a la perfección. Una arriesgada apuesta que lo encumbró en el mundo del cine y que sigue siendo a día de hoy una de las películas que mejor desgranan los efectos de esta lacra, mejor aceptada socialmente que cualquier otra droga.

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Don Birnam (Ray Milland) es un escritor que nunca consiguió el éxito que tanto persiguió. Sus problemas con el alcohol lo han convertido en un ser ruin, capaz de cualquier cosa para seguir bebiendo. A pesar de la ayuda de su incansable novia (Jane Wyman), Don no parece ser capaz de abandonar esa pesadilla que es ya su forma de vida.

director, cine, wilder, billyEn la época en la que Billy Wilder afrontó este trabajo, la imagen que se daba en Hollywood del alcohólico era muy diferente a la real. Preferían retratarlos como el simpático borrachín que podemos encontrar en cualquier bar o taberna, alguien sin maldad que simplemente llenaba su tiempo con alcohol. El director quiso romper con esta tendencia retratando al alcoholismo como realmente es, enseñando a la sociedad el daño que este producía, no solo en el alcohólico, sino en los seres queridos que lo rodean y asisten impotentes a su derrumbamiento. Tal fue la repercusión que la película podía tener, que los empresarios que amasaban enormes fortunas gracias a la venta de alcohol intentaron, sin éxito, comprarla antes de su estreno.

Y el tiempo les dio la razón, ya que el director consiguió tal éxito de crítica y público que todos sus temores se hicieron realidad. Para ello Wilder escribió, junto a Charles Brackett, un excelente guion marca de la casa. Los diálogos son muy inteligentes, no dejando nada al azar. Ciertos objetos son tratados como un protagonista mas, haciéndolos parte integrante del drama (la maquina de escribir, el abrigo de piel, etc...). Algunas escenas cómicas ayudan a sobrellevar la tensión en la que la película adentra al espectador. Una enorme cantidad de detalles que consiguen un producto final excelente.