* Título original - The Other
* Año - 1972
* Duración - 95 min.
* País - Estados Unidos
* Director - Robert Mulligan
* Música - Jerry Goldsmith
* Guión - Tom Tryon basado en su propia novela
* Fotografía - Robert Surtees
* Sonido - Don J. Bassman y Jack Solomon
* Vestuario - Joanne Haas y Tommy Galés
* Producción - Tom Tryon y Robert Mulligan
* Productora - 20th Century Fox
* Género - Fantástico. Terror
* Reparto - Chris Udvarnoky, Martin Udvarnoky, Uta Hagen, Diana Muldaur, Norma Connolly, Victor French, Lou Frizzell, John Ritter, Loretta Leversee
Robert Mulligan fue el encargado de adaptar a la gran pantalla el guión escrito, basándose en su propia novela, por Tom Tryon. Una perturbadora historia en la que inocencia, infancia y terror van de la mano para servirnos un plato realizado con enorme brillantez, que además nos regala la magnífica interpretación de los hermanos gemelos Chris y Martin Udvarnoky, en la que sería su única aparición ante las cámaras.
Sinopsis: Los gemelos de 9 años de edad Niles y Holland Perry viven en una hermosa granja en los años 30 junto a su abuela y su madre. Pasan casi todo el tiempo juntos, pero son en realidad muy diferentes, ya que mientras Holland es enormemente travieso y parece no tener reglas morales, Niles es mucho mas responsable y cabal, pero enormemente influenciable por su hermano. Tal diferencia los llevará a luchar por lo que cada uno de ellos considera lo correcto.
El director: Robert Mulligan trabajó en el en el departamento editorial del diario The New York Times tras acabar la Segunda Guerra Mundial, pero pronto lo abandonó para iniciar su carrera en el mundo de la televisión en la cadena CBS, donde comenzó como chico de los recados. Poco a poco fue aprendiendo los entresijos del medio televisivo y ascendiendo gradualmente, hasta que a finales de los años 40 ya dirigía importantes series dramáticas.
En 1957 dirigió su primer trabajo para la gran pantalla, 'El precio del éxito', protagonizada por Anthony Perkins y que supondría su primera colaboración con Alan J. Pakula, algo que se convertiría en habitual posteriormente. Le siguieron dos trabajos con Tony Curtis, 'Perdidos en la gran ciudad' (1960) y 'El gran impostor' (1961) y otros dos con Rock Hudson, 'Cuando llegue septiembre' (1961) y 'Camino de la jungla' (1962). Ese mismo año dirigió uno de sus mejores largometrajes, 'Matar a un ruiseñor' con Gregory Peck como protagonista.
Del resto de su dilatada filmografía podemos destacar varios títulos un poco por encima del resto, dentro de la indudable calidad general: 'Amores con un extraño' (1963) con Natalie Wood y Steve McQueen, 'La noche de los gigantes' (1968) con Gregory Peck, 'Verano del 42' (1971) con Jennifer O'Neill y Gary Grimes, 'En busca de la felicidad' (1971) con Barbara Hershey y Robert Klein, 'El hombre clave' (1974) con Jason Miller, 'El próximo año a la misma hora' (1978) con Ellen Burstyn y Alan Alda, y la magnífica 'Un verano en Louisiana (1991) con Tess Harper y Sam Waterston, el que sería el broche de oro a su excelente trayectoria. Era fanático de las novelas de Charles Dickens, del que dijo: "Creo que si alguien realmente quiere aprender cómo contar una historia en imágenes, deben leer a Dickens. Al menos una vez o dos veces al año". Falleció en 2008 a causa de una dolencia cardíaca.
La película: El terror escondido tras la ingenua apariencia de los niños ha estado presente en un buen número de trabajos a lo largo de la historia del cine. Títulos de todo tipo como 'La mala semilla' (1956), 'El pueblo de los malditos' (1960),
'Suspense' (The Innocents) (1961), 'La profecía' y '¿Quién puede matar a un niño?', ambas de 1976, 'Cumpleaños sangriento' (1980), 'Los chicos del maíz' (1984), 'El buen hijo' (1993), o las mas recientes 'The Children' (2008), 'Expediente 39' y 'La huérfana', ambas de 2009, son claros ejemplos de ello. El enorme contraste entre la inocencia propia de la edad temprana y la maldad siguen siendo a día de hoy un tema que rara vez pasa desapercibido, provocando atracción y repulsión en los espectadores en partes iguales, así que se pueden imaginar el impacto que tuvo el trabajo que hoy nos ocupa en 1972, en el que la sociedad poseía aún una inocencia que poco a poco ha ido perdiendo.