Año - 2015
Duración - 107 min.
País - Hungría
Director - László Nemes
Guión - László Nemes, Clara Royer
Música - László Melis
Fotografía - Mátyás Erdély
Montaje - Matthieu Taponier
Producción - Gábor Sipos y Gábor Rajna
Productora - Laokoon Filmgroup
Género - Drama
Reparto - Géza Röhrig, Levente Molnár, Urs Rechn, Sándor Zsótér, Todd Charmont, Björn Freiberg, Uwe Lauer, Attila Fritz, Kamil Dobrowolski, Christian Harting
Web oficial - http://sonyclassics.com/sonofsaul/
Sinopsis: Campo de concentración de Auschwitz, 1944. Saúl (Géza Röhrig) es un prisionero judío de origen húngaro que pertenece a los Sonderkommandos, judíos elegidos por los nazis que se encargan de conducir hasta las cámaras de gas a los grupos de judíos que llegan constantemente, encargándose de la recogida de los efectos personales de estos y la limpieza de las cámaras donde son asesinados, a cambio de lograr sobrevivir. En una de las limpiezas, Saúl descubre a un chico que ha sobrevivido inicialmente al gas, aunque ya es tarde para el y no consigue salvar su vida. A partir de ese momento intentará al menos salvarlo del crematorio, haciéndolo pasar por su hijo e intentando que reciba un entierro acorde a su fe.
El director: Nemes Jeles László (László Nemes) es un guionista y director de cine húngaro, nacido en Budapest, el 18 de febrero de 1977. Hijo del director de cine András Jeles, creció en París, interesándose desde muy joven en el mundo del cine. Después de estudiar Historia, Relaciones Internacionales y posteriormente, formarse como guionista, Nemes fue asistente del destacado director de cine Béla Tarr. Tras dirigir los cortometrajes Con un poco de paciencia (2007), The Counterpart (2008) y The Gentleman Takes His Leave (2010), por fin a los 38 años ha podido dirigir su primer largometraje, El hijo de Saúl, obteniendo con él resultados inimaginables que lo han llevado a alzarse con el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa, el Gran Premio del Jurado y el Premio FIPRESCI en Cannes, el Globo de Oro como Mejor película de habla no inglesa, el Premio David di Donatello al Mejor film de la Unión Europea y el Independent Spirit Awards a la Mejor película extranjera, entre otros muchos. En la actualidad trabaja en el drama Sunset, ambientada en el Bucarest de los años previos a la I Guerra Mundial. En principio se espera para 2017.
La película: Son of Saul es ante todo una película muy arriesgada, cuya principal característica puede ser su gran acierto o su talón de aquiles, en función de la opinión y el gusto de cada espectador. A esa carta se la jugó László Nemes para escribir y llevar a la pantalla su opera prima, la que además le sirve para rendir su propio homenaje a la familia de su madre, que desapareció en uno de esos campos de exterminio. En gran parte de la película, cámara en mano, seguiremos fijamente a nuestro protagonista durante su odisea dentro del infierno donde intenta sobrevivir. No seguimos la acción en primera persona, como si de un videojuego se tratase y la cámara simulase ser los ojos del protagonista, sino que seguimos los pasos en todo momento de Saúl, nos convertimos en su sombra de forma constante para así hacernos sentir parte de lo que el siente, pero sin mostrar lo que ve claramente ante nuestros ojos. Esto hace que la experiencia difiera de la que proporciona cualquier otra película, pero es algo que no es soportado por todo el mundo.
Pero no contento con tan peculiar forma de filmar la película, László Nemes la rueda en un formato de 4:3, en 35 mm., por lo que el campo de visión del espectador se estrecha considerablemente, aumentando así la sensación de agobio constante que sufre. Además, en multitud de ocasiones, la figura de Saúl es la que aparece enfocada, debiendo intuir el espectador e ir descifrando formas de todo lo que se intuye alrededor del protagonista, aunque para eso tengamos la inigualable ayuda del sonido, que en esta ocasión alcanza una importancia pocas veces vista anteriormente. Recuerdo una escena en especial en la que vemos de frente la cara impasible del protagonista, absorto y prácticamente ausente mientras está apoyado en las puertas de una cámara de gas en pleno funcionamiento, a la vez que se oye y se imagina el dantesco espectáculo de su interior.