* Año - 2011
* Duración - 130 min.
* País - Reino Unido
* Director - Roland Emmerich
* Guión - John Orloff
* Música - Harald Kloser
* Fotografía - Anna J. Foerster
* Productora - Coproducción Reino Unido-Alemania; Columbia Picture
* Género - Drama, Intriga, Histórico, Política, Teatro
* Reparto - Rhys Ifans, Vanessa Redgrave, Joely Richardson, David Thewlis, Xavier Samuel, Sebastian Armesto, Rafe Spall, Edward Hogg, Jamie Campbell Bower, Mark Rylance, Derek Jacobi
Roland Emmerich nos ofrece la oportunidad de asistir a la puesta en escena de una de las muchas teorías que intentan dilucidar quien es el verdadero autor de la obra atribuida a William Shakespeare. Una película compleja con una puesta en escena y una ambientación dignas de la historia que nos cuenta. Cine que exige al espectador cierto nivel intelectual para poder ser disfrutado, a pesar de que su rigor histórico brilla muchas veces por su ausencia.
La acción transcurre en el siglo XVI, durante el reinado de Isabel I en Inglaterra. Un periodo muy convulso en el que las conspiraciones políticas por derrocar a la reina coinciden con la guerra contra el imperio español. La película nos cuenta la presunta historia de Edward de Vere, Conde de Oxford, poeta y autor teatral de renombre, miembro de la Corte y director de varias compañías escénicas. Ante el clima político existente, dicho personaje buscará la forma de dar a conocer su obra permaneciendo en el anonimato, valiéndose para ello de un personaje muy alejado de su estatus social.
Estamos ante un trabajo bastante exigente con el espectador por varias razones. La complejidad de la historia, la enorme cantidad de personajes que en ella intervienen, los continuos saltos temporales a los que habrá que acostumbrarse y la época en la que se desarrolla, hará que gran parte del público aficionado al cine no la encuentre de su agrado. Si no perteneces a ese grupo, te aseguro que estamos ante un trabajo que merece ser visto.
La ambientación de la película es genial, recreando fielmente la época en la que se desarrolla. Tanto el vestuario como el maquillaje están muy logrados, cuidando cada detalle por pequeño que sea. Los efectos utilizados para recrear el Londres del siglo XVI por ordenador consiguen unos resultados espectaculares, haciendo que el espectador se sumerja en ese clima tan oscuro representativo de la época, de una manera muy real.
Pero lo que realmente da valor a esta película es el amor por el teatro que en ella se derrocha, el valor que se le da a la palabra y la valentía de su director para crear una obra que, desde que solo era un proyecto que habitaba en su imaginación, ya tenía numerosos detractores.
Pero no os desesperéis si os encontráis entre los que no comparten lo que he expuesto, ya que el libro del gusto está en blanco. Ademas, Santiago Segura ya está rodando una nueva entrega del genial Torrente, así que paciencia, que es la madre de la ciencia. Sed felices, que de eso se trata.
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