Nos vemos allá arriba (Au revoir là-haut) - Albert Dupontel (2017)

Título original - Au revoir là-haut
Año - 2017
Duración - 114 min.
País - Francia
Dirección - Albert Dupontel
Guion - Albert Dupontel y Pierre Lemaitre, basado en la novela: de Pierre Lemaitre
Música - Christophe Julien
Fotografía - Vincent Mathias
Montaje - Christophe Pinel
Producción - Catherine Bozorgan
Productora - ADCB Films, Manchester Films
Reparto - Albert Dupontel, Nahuel Pérez Biscayart, Niels Arestrup, Émilie Dequenne, Laurent Lafitte, Mélanie Thierry, Frans Boyer, Travis Kerschen
Género - Drama, Años 1910-1919


Albert Dupontel dirige, interpreta y adapta junto al propio Pierre Lemaitre, la magnífica novela obra de este último. Una enérgica crítica a la absurda e innecesaria I guerra mundial, que nos pone en la piel de dos supervivientes del conflicto y de la venganza que estos pretenden perpetrar, donde sobresalen sus magníficos decorados y el mimo con el que son tratados todos los detalles (Fotografía, vestuario, puesta en escena, etc.). Lástima que no consiga llegar al alma del espectador de la forma en que el libro llega a su lector, porque estaríamos hablando de una obra maestra. Aun así, muy recomendable.


Sinopsis - Noviembre de 1919. Dos soldados, Edouard Péricourt (Nahuel Pérez Biscayart), un magnífico ilustrador, y Albert Maillard (Albert Dupontel), un modesto contable, consiguen sobrevivir al infierno de la guerra, a pesar de tener como mando superior al despótico e inhumano Capitán Henri d'Aulnay-Pradelle (Laurent Lafitte). En la Francia de la postguerra de los años 20, ambos urdirán un elaborado plan para realizar una gran estafa, utilizando el gran auge de los monumentos a los caídos en el campo de batalla.

El director - Philippe Guillaume, más conocido como Albert Dupontel, es un actor, director de cine y guionista francés nacido el 11 de enero de 1964 en Saint-Germain-en-Laye. 

Fue educado en el colegio Paul Bert de Conflans. Después del bachillerato estudió cinco años de medicina, tras los que abandonó la facultad. Fue entonces cuando comenzó su formación en teatro en Lécole du theatre National de Chaillot, bajo la dirección de Antoine Vitez. Trabaja como comediante e interviene esporádicamente en televisión, creando Sales Histoires (las sucias historias, 1990), una serie de cuentos para Canal +. 

Ya con el cine entre ceja y ceja rueda el corto Désire (1992). Tras numerosas dificultades consigue sacar adelante su ópera prima Bernie (1996), una comedia tan negra que tuvo enormes problemas para encontrar financiación; tras ella dirigió e interpreta junto a Claude Perron la comedia Le createur (1999). No es hasta siete años después cuando estrena Enfermés dehors (2006), una nueva comedia que escribe, dirige y protagoniza junto a Claude Perron, Nicolas Marié y Hélène Vincent. Le vilain (The Villain, 2009) es su siguiente trabajo, comedia que vuelve a escribir e interpretar junto a Catherine Frot, Nicolas Marié y Xavier Robic. Tras el regresa a la comedia negra con 9 meses, de condena (2013), que escribe junto a Héctor Cabello Reyes, Olivier Demangel y Laurent Turner, e interpreta junto a Sandrine Kiberlain. Su primera incursión en el drama es Nos vemos allá arriba (2017),  que escribe junto a Pierre Lemaitre, autor de la magnífica novela que adapta, y protagoniza junto a Nahuel Pérez Biscayart, Niels Arestrup y Émilie Dequenne. Su último trabajo ha sido la comedia dramática Adiós, idiotas (2020), que ha escrito junto a Xavier Nemo e interpretado junto a Virginie Efira, Nicolas Marié, Adèle Galloy y Grégoire Ludig, entre otros.

La película - He de reconocer que me ha costado mucho trabajo decidir la nota que merece este espectáculo llamado Nos vemos allá arriba, ya que tengo el enorme hándicap de haber disfrutado enormemente del texto en el que se basa, algo que no suele ser muy halagüeño a la hora de ponernos delante de su adaptación al cine. Por una parte, no puedo mas que alabar el enorme trabajo que, sin lugar a dudas, han realizado todos y cada uno de los que han participado en este magnífico proyecto, aunque de igual forma se que han estado realmente cerca de ofrecernos una de esas películas que permanecen en nuestra memoria de por vida, algo que me enfurece sobremanera.


Au revoir là-haut tiene ciertos paralelismos con la maravillosa La vida es bella, siempre salvando las distancias, claro. Mientras que la inolvidable película dirigida e interpretada por Roberto Benigni realizaba una satírica crítica a la II guerra mundial con su particular humor sutil y su habilidad para llegarnos a lo mas profundo, esta que hoy nos ocupa hace lo propio con la I guerra mundial, un conflicto que nos queda mas alejado y que además de la enorme cantidad de muertos que dejó a su paso, produjo terribles huellas, tanto físicas como psicológicas, en los que tuvieron la suerte de sobrevivir a el. El problema es que, a pesar de los plausibles esfuerzos de Dupontel y compañía, esta magnífica película no ha logrado llegarme como lo hizo la de Benigni en su momento, algo que no tiene porqué ocurrirles a ustedes.

Por ello sería muy injusto que no disfrutaran la película por los motivos que les he expuesto, ya que estamos ante un trabajo que recuerda al cine que se hacía antaño, algo que no deberían dejar pasar. El guión escrito por Albert Dupontel, con el beneplácito de Pierre Lemaitre, es una historia poco convencional, de esas que el espectador raramente se ve venir, algo cada vez mas complicado de encontrar. Su ritmo es muy bueno, manteniendo constantemente la atención de quien la disfruta, siendo realmente complicado clasificarla en un género concreto. Se nota en todo momento la mano de su realizador, ya que recuerda en algunos momentos a Delicatessen (1991) o a la hermosa Amelie (2001), pero que ha sabido adaptar su cine a una producción mucho mayor, como la que tenemos entre manos.

La ambientación que consiguen sus responsable es maravillosa, demostrando el enorme celo con el que se ha mimado cada pequeño detalle. La fotografía de Vincent Mathias (9 meses de condena, La presa, Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?), nos regala hermosos tonos pastel, ayudando al realizador a presentar a unos personajes muy caricaturizados y unos escenarios que recrean a la perfección la Francia de los años 20. El uso de la cámara es igualmente brillante (magnífica la escena inicial siguiendo a un perro mensajero desde el aire) y permite al espectador tener la sensación de formar parte de la historia, tanto en los interiores como en exteriores. El montaje de Christophe Pinel (El pacto de los lobos, La novena puerta, and Astérix y Obélix contra César) contribuye de forma decisiva al animado ritmo que impide al espectador despegar los ojos de la pantalla. Hay un par de escenas que resultan algo atropelladas, pero no puedo asegurar que sea su responsabilidad. La banda sonora de Christophe Julien (9 meses... de condena!, Ares, Adiós, idiotas) resulta apropiada y está muy bien utilizada.


En cuanto al reparto se refiere, el nivel es realmente bueno, aunque como ya he comentado anteriormente, he echado de menos algo de empatía con ellos. Al frente del mismo tenemos al propio Albert Dupontel, que interpreta a Albert Maillard, un modesto contable que a punto está de dejar la vida en el frente. Junto a el tenemos a Nahuel Pérez Biscayart, que da vida a Edouard Péricourt, un excelente dibujante e ilustrador que entablará una hermosa amistad con Albert en el frente, que los hará permanecer juntos tras el regreso de la guerra. Junto a ellos podemos destacar a Laurent Lafitte, que interpreta al Capitán Henri d'Aulnay-Pradelle, un personaje egoísta, ambicioso e inhumano, tanto en la guerra como en la vida normal; Niels Arestrup como el Presidente Marcel Péricourt, el padre de Edouard; Émilie Dequenne como Madeleine, la hermana de Edouard; Mélanie Thierry como Pauline, sirvienta del Capitán Henri y Héloïse Balster como Louise, una cria que se establecerá en el estudio con Albert y Edouard.

Conclusión - Nos vemos allá arriba es uno de esos trabajos que transpiran cine por los cuatro costados, algo que por desgracia no nos encontramos todo lo que debiéramos. Una película a caballo entre el drama bélico y la comedia, que mantiene al espectador pegado a la pantalla con una historia que puede ser calificada de todo, excepto de predecible. Lástima que no se haya conseguido dar a sus personajes la enorme complejidad y el desarrollo del que disfrutan en la novela, ya que estaríamos ante una obra para el recuerdo. Yo que ustedes le daba una oportunidad y la veía, para luego leer la magnífica novela (por ese orden por favor). Ya me cuentan que tal. Personalmente pienso que de ella salía una miniserie magnífica, que podría haber intentado reflejar mejor toda la riqueza del texto.




Fuentes - Filmaffinity, IMDb, Wikipedia y Youtube

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