Año - 2012
Duración - 137 min.
País - Estados Unidos
Director - Paul Thomas Anderson
Guión - Paul Thomas Anderson
Música - Jonny Greenwood
Fotografía - Mihai Malaimare Jr.
Montaje - Leslie Jones y Peter McNulty
Producción - Paul Thomas Anderson, Megan Ellison, Daniel Lupi y JoAnne Sellar
Productora - The Weinstein Company / Annapurna Pictures / Ghoulardi Film Company
Género - Drama
Reparto - Joaquin Phoenix, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Rami Malek, Laura Dern, Ambyr Childers, Jesse Plemons, Christopher Evan Welch, Kevin J. O'Connor, Amy Ferguson, Madisen Beaty, Lena Endre
Web oficial - http://www.themasterfilm.com/
Paul Thomas Anderson redactó el guión y dirigió esta compleja obra que juega constantemente con el espectador para mostrarnos una pequeña ventana al mundo de las sectas, desde los ojos de una de esas personas que en algún momento de su vida se ven atraídos por ellas. Un trabajo único, no apto para todos los gustos, que exige un esfuerzo a un espectador que necesita acostumbrarse a ella si quiere disfrutarla, o al menos completarla, ya que lejos de intentar ser conciso o nítido, su creador prefiere hacer partícipe al espectador del guión, dejando que parte de este sea creado por su imaginación. ¿Quien la deja pasar de largo con semejante reparto?
Sinopsis: Freddie Quell (Joaquin Phoenix) deambula por la vida preso de su alcoholismo y su obsesión por el sexo, sin un rumbo fijo ni metas por las que luchar. Todo cambiará el día que conozca a Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), un ser con una mente privilegiada que dirige una organización religiosa que comienza a ganar adeptos a mediados de los 50, que lo acoge bajo su protección comenzando una relación que llevará a Freddie a ser su mano derecha y el principal testigo del progresivo ascenso de la fama de Lancaster y sus controvertidas ideas.
El director: Paul Thomas Anderson es un director, guionista y productor de cine estadounidense nacido en Studio City, California, el 26 de junio de 1970. Considerado como uno de los mejores directores actuales, e incluso de todos los tiempos para muchos, debutó en 1988 (con solo 17 años) con el mediometraje The Dirk Diggler Story. Tras el corto Cigarettes & Coffee (1993), rodó su primer largometraje, la excelente Sidney (1996). Tras ella llegaron las brillantes Boogie Nights (1997) y Magnolia (1999). Su filmografía se completa con Embriagado de amor (2002), Pozos de ambición (2007) y Puro vicio (2014). El documental Junun (2015) ha sido su último trabajo.
La película: Lo primero que tengo que confesar es que yo no soy muy diferente a la mayoría de las personas que ven este trabajo, por lo que lo primero que me pregunté cuando acabé su visionado es que leches había visto, ya que estamos ante un trabajo que en vez de mostrar insinúa, en el que resulta prácticamente imposible dilucidar que nos quiere contar el realizador o que significa aquella escena o esta. Por lo tanto, mi primera impresión y la nota que tenía pensado ponerle era mucho mas baja que la que finalmente le he otorgado, pero como llevo ya muchos años viendo cine, decidí que esta era una de esas películas a las que hay que concederle cierto tiempo para que repose, antes de expresar en un artículo mi opinión sobre ella. Las horas, e incluso los días, me dieron la razón, ya que según estas pasaban y meditaba sobre lo que había visto, mi opinión sobre ella fue mejorando como lo hace un buen vino en una bodega.
Se que muchos se preguntarán de que demonios estoy hablando, como puede ser que haya que esperar para dar una opinión correcta sobre cine, ese arte que para muchos solo ha de entretener y poco mas, pero este tipo de cine es de ese que invita a la meditación y a reflexionar sobre cada detalle que hemos sido capaces de acaparar, detalles que podemos dar de lado con facilidad si simplemente nos olvidamos de ella en cuanto acaba o que nos servirán para ir desgranando lo que se nos ha mostrado y meditar sobre nuestra opinión real al respecto. Lo que si que me ha quedado claro es que no estamos ante un trabajo fácil de ver para muchos de los espectadores que se aventuren a hacerlo, que no es uno de esos de los que puedas decir que lo has entendido al completo, pero si que es uno de los que últimamente he disfrutado que mas me ha hecho ejercitar la mente, que creo es la intención de Anderson, o al menos lo que ha conseguido en mi caso.
Dicen, y es algo que queda medianamente claro durante la historia, que Anderson cuenta la historia de L. Ron Hubbard, el creador de la famosa Iglesia de la Cienciología, aunque para mi, lo que realmente cuenta la historia es aplicable a casi la totalidad de las religiones y cultos por mi conocidos. No suelo hablar aquí de religión, al igual que no lo hago de política, pero por una vez, y sin que sirva de precedente, intentaré mostrar parte de lo que pienso. Soy una persona tan poco religiosa, como respetuosa con las creencias de cada uno, por lo que lo que mueve mi vida es mi propia conciencia y un pequeño código moral que he ido puliendo con los años y que creo justo. Como la totalidad de los seres humanos, uso tan solo una pequeña parte de la capacidad de mi celebro, aunque tengo claro que la vida es un regalo e intento disfrutarla como tal. El problema es que la mayoría de nosotros es presa de su propia inseguridad, de la incapacidad de asimilar que nuestro tiempo en la tierra tiene fecha de caducidad, por lo que necesitan respuestas que realmente no existen, o al menos no conocemos, por lo que necesitamos crear una ilusión de lo que puede que ocurra tras nuestro fallecimiento, algo que aporte esas ansiadas respuestas.
Es ahí donde entran en juego las religiones, creadas precisamente para llenar ese vacío tan insoportable para la mayoría de los mortales. El problema es que no todas ellas tienen simplemente esa intención, por lo que muchas aprovechan dicha debilidad humana para atraer a las almas en pena que deambulan por el planeta sin un rumbo fijo, encorsetadas en normas sociales y conductas morales impuestas desde pequeños con las que ni siquiera están de acuerdo, pero con un vacío existencial innegable. Porque, aunque rodeado de nuestros semejantes, la mayoría de nosotros nos sentimos solos o incomprendidos, algo que intentamos evitar desde que tenemos uso de razón. Eso es lo que realmente veo magníficamente reflejado en este trabajo, lo que para mi intenta y consigue mostrarnos de forma brillante.
Donde la película destaca de forma clara es en su apartado visual, algo de lo que tiene mucha culpa el director de fotografía Mihai Malăimare Jr. (El hombre sin edad, Tetro, Caminando entre las tumbas). Su trabajo es realmente efectivo, a la vez que llamativo e interesante, destacando en el el uso de primerísimos planos en los momentos en los que los diálogos cobran mayor protagonismo que las imágenes, sobre todo en aquellos en los que maestro y discípulo entran en contacto. El montaje es obra de Leslie Jones y Peter McNulty, que realizan un buen trabajo, mientras que la banda sonora corre a cargo de Jonny Greenwood (Romeo y Julieta de William Shakespeare, Pozos de ambición, El jugador, Prisioneros), un músico multi-instrumentalista y compositor inglés, al que muchos conoceréis por ser integrante de la banda Radiohead. El es el compositor de casi todos los temas, a excepción de 4, entre los que destaca Get Thee Behind Me Satan, de Ella Fitzgerald.
En el reparto de la película hemos de destacar a las dos figuras dominantes en todo su metraje, Philip Seymour Hoffman, que da vida de forma espléndida a Lancaster Dodd, un ser con una inteligencia notable y un don para convencer a los demás poco comunes. El otro es Joaquin Phoenix, que interpreta a Freddie Quell, un veterano de la Segunda Guerra Mundial alcohólico y obsesionado con el sexo, que sufre de trastorno por estrés postraumático, por lo que resulta la víctima ideal para cualquier organización de este tipo. Su trabajo raya la perfección, ya que como ocurre en multitud de papeles de los que habitualmente se encarga, da la sensación de vivirlos mas que de interpretarlos. Junto a ellos hay que destacar el trabajo de Amy Adams como Peggy Dodd, la fiel esposa de Lancaster, que en la linea de toda su carrera, nos regala una interpretación magnífica.
Conclusión: The master es uno de los trabajos mas exigentes con el espectador que un servidor ha tenido la oportunidad de disfrutar, principalmente porque está concebida para ser un vehículo que obliga a este a una profunda reflexión, sin la que la cual pierde mucha de su razón de ser. Cine hecho para agitar conciencias y activar las mentes, no para simplemente entretener, por lo que comprendo perfectamente a quienes no les haya gustado. No está hecha para entender cada una de sus escenas, sino para que en su conjunto muestren un retrato del hombre y la religión, por lo que no será plato para todos los gustos. Pienso que para disfrutarla plenamente hay que mirar mas allá de lo que sus imágenes y sus diálogos nos muestran, por lo que la pregunta debe ser ¿me apetece realmente hacerlo?. Sean felices que no es poco.
Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb, Wikipedia y Youtube
La verdad es que parece interesante, me la apunto ;) ¡Buena crítica!
ResponderEliminarYa me cuentas que te ha parecido, un saludo
Eliminar