Año - 1946
Duración - 103 min.
País - Estados Unidos
Director - Robert Siodmak
Guión - Anthony Veiller, basado en un relato de Ernest Hemingway
Música - Miklós Rózsa
Fotografía - Elwood Bredell
Montaje - Arthur Hilton
Producción - Mark Hellinger
Productora - Universal Pictures
Género - Cine negro. Intriga
Reparto - Burt Lancaster, Ava Gardner, Edmond O'Brien, Albert Dekker, Sam Levene, Vince Barnett, Virginia Christine, Charles D. Brown, Jack Lambert, Donald MacBride, Charles McGraw, William Conrad, Phil Brown, Queenie Smith, Jeff Corey, Harry Hayden, Bill Walker
Anthony Veillera adaptó por primera vez en 1946 el relato corto The Killers, escrito por Ernest Hemingway en 1927, escribiendo el excelente guión que Robert Siodmak se encargó de convertir en uno de los trabajos de referencia del cine negro, plasmándolo en un inolvidable largometraje que llegó a España con el nombre de Forajidos. Contando con la excelente fotografía de Elwood Bredell, la acertada banda sonora de Miklós Rózsa y el brillante reparto encabezado por Burt Lancaster, Ava Gardner y Edmond O'Brien, estamos ante una de esas películas que te engatusan en cuanto comienzas a verla y pasan volando frente a tus ojos. Imprescindible.
Sinopsis: Dos asesinos a sueldo llegan a una pequeña población y matan al empleado de una gasolinera, llamado Ole Andreson "El sueco" (Burt Lancaster), que parece no intentar siquiera escapar. En las pesquisas policiales se descubre que tenía un seguro de vida que tiene como beneficiaria a una camarera de un hotel, algo que despierta las sospechas del detective Reardon (Edmond O'Brien), que investiga el caso para la compañía de seguros de la que es empleado, a pesar de que la indemnización no es excesivamente grande. Pero cuando comienza a investigar la vida de la víctima, descubrirá que esta no siempre fue tan tranquila como cuando finalizó, además de su extraña relación con la misteriosa Kitty Collins (Ava Gardner).
El director: Robert Siodmak fue un director de cine de origen alemán, nacido en Dresde, el 8 de agosto de 1900. Debutó tras la cámara en 1929 con Los hombres del domingo, cuyo guión escribió junto a su hermano Curt Siodmak y con una pequeña participación del entonces desconocido Billy Wilder. En los siguientes años dirigirá seis películas más, entre las que destacan Despedida (1930), Dilema y Tumultos, ambas de 1931. En ella se comienzan a ver los primeros trazos de un cine muy cercano al cine negro que después sería su género predilecto en Estados Unidos. Tras la prohibición de Secreto que quema (1933), decidió trasladarse a París, donde dirigió otras siete películas, entre las que se encuentran El sexo débil (1933), Se acabó la crisis (1934) o Noches de París (1936). Su etapa en los Estados Unidos fue bastante irregular, firmando un total de 22 trabajos entre los que destacan los encuadrados dentro del cine negro, de los que podemos destacar Luz en el alma (1944), La escalera de caracol (1945), A través del espejo (1946), La dama desconocida (1944) o El abrazo de la muerte (1949) además del que hoy nos ocupa, que son algunos de los más conocidos. Regresó a Europa en 1952, donde finalizó su carrera con la etapa menos interesante de la misma, pero en la que realizó algunos se sus trabajos mas personales, tres con bandera francesa, uno con la inglesa y seis en su Alemania natal.
La película: Hace poco me comentaba un seguidor en twitter que cuando se hablaba de Ava Gardner casi nunca se hablaba de su trabajo y si de su evidente atracción física, por la que se la conoce como "El animal mas bello del mundo". Decidí entonces visionar alguna de sus numerosas películas y realizar un artículo, por lo que repasando su filmografía me encontré con la excelente The Killers, un magnífico largometraje que no veía hace una eternidad y que no pude evitar elegir, entre otro par de ellos que de momento dejaremos en el anonimato y que espero analizar en futuros artículos próximamente. La verdad es que después de volverlo a disfrutar no se le puede poner un solo pero a su trabajo, pero igualmente he de confesar que en cuanto apareció en la pantalla tuvo un efecto sobre mi muy parecido al que tiene en "El sueco", un Burt Lancaster que en cuanto la ve aparecer pierde la noción del tiempo y no puede quitarle los ojos de encima. Un poder que personalmente no encuentro en muchas actrices actuales, al menos con tal fuerza.
Pero no quiero que ni por asomo piensen que es el único atractivo de esta magistral obra, una de las mas completas y mejor filmadas de un Film noir que sigue siendo una de mis grandes debilidades. Con una magnífica escena inicial, que da paso a la ejecución del crimen que todo lo desencadena, estamos ante uno de los trabajos que suelo poner como ejemplo de como utilizar con suma inteligencia un recurso como el flashback, muy usado en la actualidad y no siempre con el suficiente atino, algo que lo convierte en un inconveniente en vez de el medio por el que ayudarte a contar de forma original una historia. Ya en ella se adivina el inconfundible estilo de un Robert Siodmak en cuyo cine afloran rasgos del expresionismo alemán, que supo utilizar con sabiduría a la hora de filmar cine negro, consiguiendo resultados realmente inolvidables.
El guión, escrito por Anthony Veiller adaptando un relato corto de Hemingway, rebosa calidad y elegancia, enlazando mediante la investigación de un tenaz detective de una empresa de seguros (Edmond O'Brien) los mencionados flashbacks, por los que iremos conociendo la vida de "El sueco" y los avatares que lo llevaron hasta su triste final, precisamente lo primero que se nos muestra en la película. Su ritmo es el adecuado, los diálogos jamás resultan vacíos o insulsos, la trama bien construida y desarrollada. Todo está perfectamente orquestado para que, una vez hayas comenzado a disfrutarla, te sea realmente difícil dejar de hacerlo, creando en el espectador la necesidad de conocer como se llega a la situación inicial. Sus personajes son perfectamente desarrollados, siendo además bastante comedidos para lo que suele verse dentro de un género muy dado a exagerar las virtudes y los defectos de estos.
Dentro de los aspectos técnicos continúa la excelencia instalada en cada uno de los apartados de esta maravilla. La puesta en escena es inteligente y muy dinámica, la fotografía de Elwood Bredell (El fantasma de Frankenstein, Mi encantadora esposa, La dama desconocida), acreditado en muchas de sus películas como Woody Bredell, utiliza ese constante contraste entre los claros y oscuros que tan bien le viene a la cinta, el montaje de Arthur Hilton, una clase magistral de como usar el flashback y la banda sonora de Miklós Rózsa (Ben-Hur, La vida privada de Sherlock Holmes, El ladrón de Bagdad, Perdición), un compositor de música sinfónica y cinematográfica especializado en películas de corte histórico, que aquí nos entrega una partitura muy en la linea de lo que se solía utilizar en este tipo de productos.
En el jugoso reparto elegido para la ocasión tenemos al frente a un Burt Lancaster en estado de gracia, que interpreta a Ole Andreson "el Sueco", un buen hombre que tras finalizar la guerra y tener que abandonar prematuramente el boxeo, comienza a juntarse con quien no debe echando su vida a perder. Ava Gardner da vida a Kitty Collins, una atractiva mujer que utiliza sus encantos para vivir de forma acomodada, la femme fatale ideal. Edmond O'Brien interpreta a el detective Reardon, un concienzudo y eficaz trabajador de una empresa de seguros que llevará la investigación del asesinato y nos mostrará con ella la vida de "el Sueco". En el resto podemos destacar a Albert Dekker como Big Jim Colfax, un mafioso que vive del robo, Sam Levene como el policía Sam Lubinsky, compañero de "el Sueco" en prisión, Virginia Christine como Lilly Harmon Lubinsky, la esposa de Sam, Jack Lambert como 'Dum-Dum' Clarke y así podría mencionarlos a todos y cada uno de ellos.
Conclusión: The Killers (Forajidos en España) es uno de esos trabajos que hay que ver si o si, mas allá de que seas incondicional del cine negro o no. Una película por la que no parecen pasar los años, que conserva su elegancia y frescura pasados ya siete décadas de su estreno, con una magnífica dirección de Robert Siodmak, un brillante guión, apartados técnicos de lujo y un elenco en el que podemos disfrutar de un gran Burt Lancaster y una actriz que parece nacida para este tipo de papeles, la inolvidable Ava Gardner. Cine de muchos quilates que merece la pena disfrutar, de ese que ya no se hace. Por cierto, en 1964 se realizó otra adaptación del mismo relato de Hemingway, titulada El código del hampa (The Killers o Ernest Hemingway's The Killers), dirigida por Don Siegel y con Lee Marvin, John Cassavetes, Angie Dickinson y Ronald Reagan como actores principales, que también merece la pena disfrutar, aunque puestos a elegir yo me quedo con esta, la original. Sean felices, que no es poco.
Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb, Wikipedia y Youtube
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