Año - 2009
Duración - 103 min.
País - Reino Unido
Dirección - Julian Jarrold
Guion - Tony Grisoni, basado en la novela de David Peace
Música - Adrian Johnston
Fotografía - Rob Hardy
Montaje - Andrew Hulme
Producción - Wendy Brazington, Andrew Eaton y Anita Overland
Productora - Film4 Productions, Lipsync Productions, Revolution Films, Screen Yorkshire
Reparto - Andrew Garfield, Sean Bean, Rebecca Hall, David Morrissey, John Henshaw, Anthony Flanagan, Warren Clarke, Jennifer Hennessy, Mary Jo Randle, Rachel Jane Allen, Rita May, Graham Walker, Michelle Dockery, Robert Sheehan, Eddie Marsan, Daniel Mays, Peter Mullan, Gerard Kearns
Género - Thriller, Intriga, Crimen
Julian Jarrold es el realizador encargado de llevar a la pantalla The Red Riding Trilogy, Part 1 (Red Riding: 1974), la primera de las novelas que el escritor David Peace realizó bajo el título de The Red Riding Quartet. Con un guion escrito por Tony Grisoni, la brillante fotografía de Rob Hardy y un reparto encabezado por Andrew Garfield, Sean Bean y Rebecca Hall, estamos ante un producto de una calidad visual incuestionable, aunque no apto para todos los paladares.
Sinopsis - En 1974, Yorkshire era una zona devastada por el miedo, la desconfianza y la corrupción. El periodista Eddie Dunford (Andrew Garfield) está dispuesto a desentrañar el laberinto de mentiras y engaños que rodea la investigación policial de una serie de secuestros de niños. Cuando la pequeña Clara Kemplay desaparece, Eddie y su colega Barry (Anthony Flanagan) convencen a su director para que les deje investigar la relación de estos casos con dos raptos similares que se produjeron diez años antes.
El director - Julian Edward Peter Jarrold es un director de cine y televisión inglés nacido en Norwich, Norfolk, el 15 de mayo de 1960. Descendiente de los fundadores de la empresa Jarrold Department Store, que permanece activa desde 1770, su padre es presidente del John Jarrold Printing Museum.
Tras una década trabajando en televisión, medio en el que se desenvuelve con gran soltura, en la que debutó dirigiendo varios episodios de la serie Cracker (1993), a la que siguieron el drama Some Kind of Life (1995), el drama Painted Lady (1997), interpretado por la brillante Helen Mirren, la serie en clave de thriller dramático Touching Evil (1997), el drama bélico All the King's Men (1999), el drama romántico Grandes esperanzas (1999), el drama Never Never (2000), las miniseries dramáticas White Teeth y Crime and Punishment (ambas de 2002) y el telefilm de ciencia ficción Anonymous Rex (2004).
Su debut en la gran pantalla llegó en 2005 con la comedia Pisando fuerte (Kinky Boots), protagonizada por Joel Edgerton, Chiwetel Ejiofor y Sarah-Jane Potts, tras la que dirigió los dramas románticos La joven Jane Austen (2007), con nombres como Anne Hathaway, James McAvoy, Julie Walters, James Cromwell y Maggie Smith, y Retorno a Brideshead (2008), con Michael Gambon y Emma Thompson. De regreso a la televisión dirigió trabajos entre los que destacan Worried About the Boy (2010), en el que Douglas Booth daba vida al músico Boy George; la miniserie dramática Appropriate Adult (2011), con Emily Watson y Dominic West; la miniserie Asalto al tren de Glasgow (2013), con Luke Evans; la comedia romántica Noche real (2015), con Sarah Gadon, Emily Watson, Jack Reynor y Rupert Everett: la miniserie de intriga Testigo de cargo (2016) y participó en las series The Crown (2016) y Philip K. Dick's Electric Dreams (2017). Su último trabajo es el drama Sulphur and White (2019), con Mark Stanley, Anna Friel y Dougray Scott.
La película - Tras disfrutar de 1974, trabajo del que ahora pasaremos a valorar sus virtudes y defectos, no puedo mas que sentir envidia de la enorme variedad y calidad de los productos televisivos que se realizan en las Islas británicas. Sin querer hurgar demasiado en la herida, soy incapaz de recordar muchos productos con bandera española que ni se les acerque, algo que solo me puedo llegar a explicar viendo que personajes gestionan aquí los recursos y a quienes se les conceden estos. Deberían hacérselo mirar, la verdad, ya que resultaría enormemente mas rentable realizar productos de una calidad similar a la de los británicos, si es que el dinero es lo único que los mueve. Lástima que mientras allí se valora el talento, aquí solo el enchufismo, sin arriesgar lo mas mínimo.