Tarde para la ira - Raúl Arévalo (2016)

Título original - Tarde para la ira
Año - 2016
Duración - 89 min.
País - España 
Dirección - Raúl Arévalo
Guion - Raúl Arévalo, David Pulido
Música - Lucio Godoy y Vanessa Garde
Fotografía - Arnau Valls Colomer
Montaje - Ángel Hernández Zoido
Producción - Beatriz Bodegas y Sergio Díaz
Productora - La Canica Films, TVE
Reparto - Antonio de la Torre, Luis Callejo, Ruth Díaz, Manolo Solo, Alicia Rubio, Raúl Jiménez, Font García, Pilar Gómez, Chani Martín, Paco Benjumea, Berta Hernández, Alfonso Blanco, Ramiro Alonso, Inma Sancho, Chema Adeva, Juan Vinuesa, Chema del Barco
Género - Thriller / Venganza, Crimen


Raúl Arévalo escribe junto a David Pulido y dirige la película que supone su debut como director, llamada Tarde para la ira. Un thriller con aroma a western urbano con una factura impecable, en el que destaca la fotografía de Arnau Valls Colomer, el montaje de Ángel Hernández Zoido, la banda sonora de Lucio Godoy y Vanessa Garde, y las actuaciones de su trio protagonista, formado por Antonio de la Torre, Luis Callejo y Ruth Díaz. Cine de muchísimos quilates que merece la pena disfrutar y que poco o nada tiene que envidiar a productos similares con mucho mas presupuesto, ya sean españoles o no. Imprescindible. 


Sinopsis - Madrid, agosto de 2007. Curro entra en prisión tras participar en el atraco a una joyería. Era el conductor, y el único detenido por el robo. Ocho años después sale de la cárcel con ganas de emprender una nueva vida junto a su novia Ana y su hijo, pero se encontrará con una situación inesperada y a un desconocido, José.

El director Raúl Arévalo Zorzo es un actor y director español nacido en Móstoles, Madrid, el 22 de noviembre de 1979. Comenzó su carrera como actor en la serie Compañeros, donde interpretó el papel de Carlos durante dos temporadas entre 2001 y 2002. Fue una oportunidad que le llegó cuando todavía no había terminado sus estudios de interpretación en la conocida escuela de Cristina Rota. Al año siguiente rueda su primera película a las órdenes de Joaquín Oristrell, Los abajo firmantes, junto a Javier Cámara, Fernando Guillén y Juan Diego Botto entre otros.

Su siguiente trabajo sería Cosas que hacen que la vida valga la pena (2004), de Manuel Gómez Pereira, junto a Ana Belén y José Sacristán. Entre 2003 y 2005 hizo personajes en episodios de varias series de éxito como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Aída o Motivos personales. Iñaki Martikorena le dirigiría en 2005 en el cortometraje La luz de la primera estrella (2005), donde compartía protagonismo con la actriz Marta Aledo. En 2006 interpreta a Israel en la exitosa ópera prima de Daniel Sánchez Arévalo, AzulOscuroCasiNegro, junto a Quim Gutiérrez, Marta Etura y Antonio de la Torre, entre otros, por la que ganó el Premio de la Unión de Actores al mejor actor revelación. Antonio Banderas lo eligió para ser uno de los protagonistas de su segunda película como director, El camino de los ingleses (2006), al lado de Fran Perea, Félix Gómez y Alberto Amarilla, entre otros.

Le siguió ¿Por qué se frotan las patitas? (Álvaro Begines, 2007), con Lola Herrera, Carlos Álvarez-Novoa y Antonio Dechent. También volvería a trabajar con Daniel Sánchez Arévalo, esta vez en un corto titulado Traumalogía, junto a Natalia Mateo, Jorge Monje, Héctor Colomé, Estíbaliz Gabilondo y Antonio de la Torre. Interviene en Siete mesas de billar francés (Gracia Querejeta, 2007), protagonizada por Maribel Verdú y Blanca Portillo, entre otros, y en Tocar el cielo (2007), de Marcos Carnevale, junto a Chete Lera y Verónica Echegui. Al año siguiente participa en 8 citas (Peris Romano y Rodrigo Sorogoyen, 2008), con Fernando Tejero, José Luis García Pérez, Adriana Ozores y Belén Rueda, y Los girasoles ciegos (José Luis Cuerda, 2008), junto a Maribel Verdú.

Su siguiente trabajo es Primos (Daniel Sánchez Arévalo, 2011), junto a Quim Gutiérrez y Adrián Lastra. De 2012 a 2014  participa en las series Con el culo al airePromoción fantasma. También ha participado en la magnífica La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), junto a Javier Gutiérrez, Nerea Barros y Antonio de la Torre, y en Cien años de perdón (Daniel Calparsoro, 2016), junto a otros actores como Rodrigo de la Serna, José Coronado, Luis Tosar y Patricia Vico. Le siguió . Tras aparecer en 2016 en la serie La embajada, presentó su ópera prima cómo director Tarde para la Ira, en la Mostra de Venecia de 2016,​ protagonizada por Antonio de la Torre, ganando el Goya 2017 a Mejor Película y el de Mejor Director Novel. Coprotagoniza  la serie Antidisturbios (Rodrigo Sorogoyen, 2020). Sus últimos trabajos como actor han sido El lodo (2021), dirigida por Iñaki Sánchez Arrieta, junto a Paz Vega y Roberto Álamo, y Donde caben dos (2021), dirigida por Paco Caballero, con Ernesto Alterio, Luis Callejo y Anna Castillo.

La película - A día de hoy, son ya muy pocos los directores que siguen negándose a ser dominados por la tecnología digital y continúan utilizando el celuloide para filmar sus películas. El mundo del cine, como la vida en general, ha evolucionado a la par que lo hace la tecnología, simplificando y mejorando la calidad del trabajo, aunque perdiendo a la vez gran parte del romanticismo y el encanto que tenían los rodajes. Cuando Raúl Arévalo ideó y escribió junto a David Pulido el trabajo que hoy nos ocupa, supo que a lo que deseaba mostrar en pantalla le vendría de perlas esa estética tan particular que te da el celuloide, sobre todo si utilizas para rodar 16 mm y posteriormente se pasa a 35 mm, para su exhibición en salas de cine. La decisión no ha podido ser mas acertada, ya que con ella aumenta de forma increíble la autenticidad de una película que, ya de por si, derrocha naturalidad por los cuatro costados.


Y es que personalmente pocos debut en la dirección recuerdo que puedan, no ya estar a la altura, sino siquiera acercarse a los magníficos resultados que Raúl Arévalo consigue en Tarde para la ira, un trabajo que bien podría parecer obra de un director mucho mas experimentado, algo que nos hará estar muy pendientes y expectantes sobre sus próximos pasos en la dirección. ¿Su principal secreto? Pienso que la sobriedad con la que el brillante realizador madrileño nos cuenta su historia, con un ritmo aparentemente calmado, pero que es como un caldero al fuego, que poco a poco va alcanzando el punto de ebullición, sin aditivos ni florituras innecesarias que puedan distraer la mirada y la concentración del espectador, que han de estar puestas en los acontecimientos que inexorablemente conducen a la resolución de la historia y su innegable razón de ser: la fría y dulce venganza.

El guion escrito para la ocasión carece de puntos débiles, un texto redondo que no deja cabos sueltos, que se presenta dividido en 4 partes, 3 iniciales bastante breves, que sirven al realizador para darnos una imagen mas o menos clara de como son sus protagonistas, y una cuarta parte que desarrolla y culmina la oscura e irreversible trama que cambiará para siempre la vida de todos ellos. No fue nada sencillo poner este trabajo en marcha, ya que tras más de 4 años buscando financiación para este proyecto, Raúl Arévalo y su equipo contactaron con la productora Ruleta Media, que había financiado la película La vida inesperada, donde Arévalo fue uno de los protagonistas. Finalmente la producción ha contado con un presupuesto de 1,2 millones de euros y el apoyo de RTVE. El rodaje comenzó en julio de 2015 y duró seis semanas, filmándose en diferentes localizaciones de la Comunidad de Madrid​ y de la provincia de Segovia, principalmente en Martín Muñoz de las Posadas y Melque de Cercos.

La estética de Tarde para la ira es tan lúgubre y oscura como los lugares que muestra, principalmente la de barrios de la periferia de nuestro país, de clase media y baja, retratados de forma fiel, al igual que ocurre con los personajes que en ellos habitan. La fotografía es obra de Arnau Valls Colomer (La influencia, Eva, Superlópez), que se beneficia del método elegido para el rodaje, contribuyendo a la creación de esa atmósfera turbia y malsana que impera durante todo el metraje, dándole una estética de western urbano que resulta perfecta. El montaje corre a cargo de Ángel Hernández Zoido (La caja 507, La flaqueza del bolchevique, También la lluvia), un trabajo certero y sin estridencias innecesarias. La banda sonora está firmada por Lucio Godoy (Los otros, La cara oculta, Los lunes al sol) y Vanessa Garde (Exodus: Dioses y reyes, Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte, El enigma del cuervo), que realizan un trabajo inteligentemente utilizado durante la película, en la que los silencios comparten con ella el protagonismo. Destacan en ella el uso de la canción de Jose Manuel Soto Por ella, y la gravada por Miguel Poveda para la ocasión, que interpreta el tema de Bambino Quiero.


En el magnífico reparto elegido para la ocasión, destaca la labor del incombustible Antonio de la Torre, que da vida de forma brillante a José, un personaje que, dicho sea de paso, le viene como anillo al dedo. Junto a el brilla igualmente Luis Callejo en el papel de Curro, que tras cumplir una larga condena, se prepara para volver junto a su familia. Ruth Díaz interpreta a Ana, la pareja de toda la vida de Curro, que lleva 8 largos años esperando su puesta en libertad. Sobre el trabajo de estos 3 actores se apoya gran parte del éxito y la escalofriante apariencia de historia real de la película.

En el resto del reparto hay que mencionar el trabajo de Raúl Jiménez como Juanjo, el hermano de Ana y dueño del bar donde esta trabaja, Alicia Rubio como Carmen y Font García como Julio, una pareja recién casada, Chani Martín en el papel de Marcelo, Manolo Solo como Santi Triana y Ramiro Alonso como Mariano. Bien elegidos y mejor dirigidos. 

Conclusión - Si hace no mucho tenía que quitarme el sombrero con Que Dios nos perdone, dirigida por Rodrigo Sorogoyen e interpretada por el propio Antonio de la Torre junto a Roberto Álamo, de la que os hablamos en esta reseña, hoy no puedo mas que hacer lo propio con el magnífico trabajo de Raúl Arévalo en su debut en la dirección, ambas de 2016, un año bastante prolífico y brillante en el cine patrio. La obra del realizador madrileño es un trabajo completísimo, con un guion perfectamente redactado y llevado a la pantalla y una estética inolvidable y muy nuestra. Tan cruda y directa como amena e imprescindible. Espero que un talento como el de Raúl Arévalo no pase desapercibido y su próximo trabajo no tenga que estar esperando en un cajón cuatro largos años. Impaciente lo espero.




Fuentes consultadas - Filmaffinity, IMDb, Wikipedia y Youtube

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