El callejón de las almas perdidas (Nightmare Alley) - Edmund Goulding (1947)

Título original - Nightmare Alley 
Año - 1947
Duración - 112 min.
País - Estados Unidos
Dirección - Edmund Goulding
Guion - Jules Furthman, basado en la novela homónima de William Lindsay Gresham
Música - Cyril J. Mockridge
Fotografía - Lee Garmes 
Montaje - Barbara McLean
Producción - George Jessel
Productora - 20th Century Fox
Reparto - Tyrone Power, Joan Blondell, Coleen Gray, Helen Walker, Taylor Holmes, Mike Mazurki, Ian Keith, George Beranger, Michael Lally, Al Herman, Florence Auer
Género - Cine negro, Drama, Drama psicológico, Película de culto


Edmund Goulding fue el realizador responsable de llevar a la gran pantalla el guion escrito por Jules Furthman, que adapta la novela homónima de William Lindsay Gresham. Un trabajo de enorme calidad y una solidez envidiables, que utiliza una historia a caballo entre un circo ambulante y la ciudad de Chicago, para realizar un oscuro retrato de la condición humana y de como no podemos eludir nuestro destino. Cine negro con señas de identidad propias que merece la pena disfrutar. Lógico que para muchos sea considerada como una película de culto.
 

Sinopsis - Stanton Carlisle (Tyrone Power) es un joven inteligente y ambicioso que llega a una feria ambulante en busca de oportunidades. Allí conoce a Zeena (Joan Blondell), la pitonisa, que realiza un número junto a su marido Pete (Ian Keith), cuya adicción al alcohol lo consume poco a poco. Tras comenzar a formar parte de dicho número, comienza a rondar por su cabeza la idea de utilizar lo aprendido fuera del circo, montando un número con el que realizar un espectáculo en salas de fiestas, para lo que le vendría de perlas la ayuda de Molly (Colleen Gray), una bella joven que se siente atraída por él.

El director - Edmund Goulding fue un actor, guionista, director, letrista de canciones y novelista británico, nacido en Feltham, Middlesex, Reino Unido, el 20 de marzo de 1891. 

Comenzó trabajando como actor, interpretando a uno de los tres fantasmas en la película muda Three Live Ghosts (1922), junto a Norman Kerry y Cyril Chadwick. Mas tarde escribió varios guiones para la estrella Mae Murray, en películas dirigidas por su entonces esposo Robert Z. Leonard. (El gran Ziegfeld, The Master Key, Orgullo y prejuicio) Pero fue como director donde consiguió alcanzar la fama, distinguiéndose por ser capaz de abarcar multitud de géneros diferentes de forma brillante. De igual forma realizaba multitud de funciones en el set de rodaje, aunque muchas de ellas sin llegar a aparecer en los créditos. En su peculiar forma de filmar, estaba siempre encima de sus actores para sacar lo mejor de ellos, para lo que dejaba el uso de la cámara a los operadores contratados para ello.

Dentro de su extensa filmografía podemos destacar trabajos como Anna Karenina (1927), con John Gilbert y Greta Garbo; Gran hotel (1932), con Greta Garbo, John Barrymore y Joan Crawford; Una fiesta en Hollywood (1934), dirigida junto a Richard Boleslawski y Allan Dwan, con Stan Laurel y Oliver Hardy; Deslices (1934), con Norma Shearer y Robert Montgomery; Aquella mujer (1937), con Bette Davis y Henry Fonda; La escuadrilla de la aurora (1938), con Errol Flynn y David Niven; La solteronaAmarga victoria, ambas de 1939 y protagonizadas por Bette Davis; La gran mentira (1941), con Bette Davis y George Brent; La ninfa constante (1943), con Charles Boyer y Joan Fontaine; Cautivo del deseo (con Paul Henreid y Eleanor Parker) y El filo de la navaja (con Tyrone Power y Gene Tierney), ambas de 1946; Nightmare Alley (1947), con Tyrone Power y Joan Blondell; Si ella lo supiera (1949); El caso 880 (1950), con Burt Lancaster y Dorothy McGuire; No estamos casados (1952), con Ginger Rogers, Fred Allen, Victor Moore y Marilyn Monroe o Teenage Rebel (1956), con Ginger Rogers y Michael Rennie. 

Junto al director Jack Conway (por Viva Villa!, A Tale of Two Cities y Libeled Lady), tiene el dudoso honor de haber dirigido el mayor número de películas nominadas como Mejor película, sin haber recibido nunca una nominación como Mejor Director, ambos con tres (Grand Hotel, la única que se alzó con el premio, Dark Victory, que tuvo la mala fortuna de competir con la inolvidable Gone with the Wind y El filo de la navaja). Goulding falleció durante una cirugía cardíaca en el Hospital Cedars of Lebanon, en Los Ángeles, California. 
 
La película - Hoy os traemos otro de esos trabajos de los que no veo que se hable demasiado, en comparación con otros de similar o menor calidad que aparecen por todos sitios. Resulta curioso, pero no es ni mucho menos el único caso. Nightmare Alley (El callejón de las almas perdidas en nuestro país) es una de esas joyas poco conocidas, sobre todo viendo las notas y los comentarios que recibe tras su visionado por la mayoría de los espectadores, que sin duda merece ocupar un lugar de privilegio entre las mejores películas del Film Noir. Hacerla llegar a el público que no la ha disfrutado por no saber de ella es casi una obligación moral, ya que no hay tantas de la enorme calidad y la riqueza que esta posee.


Estamos ante un trabajo claramente adelantado a su tiempo, algo que podemos comprobar fácilmente echando un vistazo al cine que se realizaba en Hollywood en los 40, e incluso en los 50. Pocos retratos tan sórdidos sobre la condición humana, tanto de su inocencia y su bondad, como de su vileza y su maldad, podrán encontrar en ella que se equipare o se acerque al que este trabajo nos ofrece, algo que pienso debe ser valorado en su justa medida. Es el retrato de lo oscuro, de lo mas nefasto, y la entrega absoluta al destino que se hace de la suerte que corre cada ser humano, lo que la hace ser una película peculiar, con ciertos rasgos poco comunes y un alma propia que embelesa.

Edmund Goulding lleva con enorme destreza a la pantalla el brillante guion en el que el inolvidable Jules Furthman (Tener y no tener, El sueño eterno, Río Bravo) adapta la novela homónima de William Lindsay Gresham, un estudio sobre las profundidades del mundo del espectáculo de la época y los sórdidos personajes que en el habitaban, que sirve para tratar una variedad de temas sorprendente, totalmente extrapolables a cualquier ámbito social. Su acertado ritmo, la enorme riqueza de muchos de sus diálogos y la facilidad con la que desarrolla a sus personajes ante nuestros ojos, hacen que las casi dos horas de su metraje desfilen ante nosotros casi sin darnos cuenta. .

La magnífica fotografía es obra de Lee Garmes (Gone with the Wind, El libro de la selva, El expreso de Shanghai), que consigue intensificar la sórdida historia que nos presenta con tonos expresionistas, llevados a su máxima expresión en los momentos oportunos, a lo que se une un uso inteligente de la iluminación. Destaca también el montaje de Barbara McLean (Eva al desnudo, Wilson, Vinieron las lluvias), siempre supervisado por el realizador. El acertado uso de la elipsis, obliga al espectador a utilizar su imaginación, acercándolo a su historia y dándole la sensación de que forma parte de ella. La banda sonora de Cyril J. Mockridge (Ellos y ellas, De ilusión también se vive, El hombre que mató a Liberty Valance) ofrece, además de reiterativos fragmentos de música circenses y algunos orquestales, solos de piano que enfatizan los momentos cumbre.


En cuanto a su reparto se refiere, estamos ante el mejor trabajo de un Tyrone Power, que no es precisamente de mis actores preferidos, pero que aquí da vida de forma impecable a Stanton "Stan" Carlisle. Junto a el destaca la magnífica Joan Blondell, que interpreta a Zeena, un alma bondadosa que ejerce de vidente e intenta controlar a su marido Pete (Ian Keith), al que la bebida consume poco a poco. La hermosa Coleen Gray da vida a Molly, la viva imagen de la inocencia, que siente algo especial por Stan, Helen Walker interpreta a Lilith Ritter, una psicoanalista, Mike Mazurki da vida a Bruno, el forzudo del circo y Taylor Holmes hace lo propio con Ezra Grindle, un hombre adinerado abatido por una perdida. El nivel general es bastante bueno. 

ConclusiónNightmare Alley es un trabajo de una enorme calidad que no deben dejar pasar, en caso de que no la hayan disfrutado aun. Su magnífico guion sirve al realizador Edmund Goulding para realizar un completo estudio sobre la condición humana, de una enorme profundidad y una vigencia prácticamente eterna, algo que ya quisieran muchos trabajos para si. Una de esas películas injustamente olvidadas, o al menos poco recordadas, que merece la pena disfrutar. De una originalidad y riqueza dignas de elogio. Sean felices, que no es poco.



Fuentes - Filmaffinity, IMDb, Wikipedia y Youtube

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