Año - 1989
Duración - 104 min.
País - Estados Unidos
Director - Woody Allen
Guión - Woody Allen
Música - Varios
Fotografía - Sven Nykvist
Montaje - Susan E. Morse
Producción - Robert Greenhut
Productora - Orion Pictures
Género - Drama, Comedia
Reparto - Woody Allen, Alan Alda, Claire Bloom, Anjelica Huston, Mia Farrow, Martin Landau, Jerry Orbach, Caroline Aaron, Sam Waterston, Joanna Gleason, Martin Bergmann, Jenny Nichols, Daryl Hannah, Zina Jasper, Frances Conroy
Fue en 1989 cuando el bueno de Woody Allen escribió y dirigió la que, para mi y para muchos, es una de sus mejores películas, realizando una mezcla perfecta entre comedia y drama, con un excelente guión en el que destacan sus inolvidables diálogos, sus elaborados personajes y un mensaje tan real y directo como la vida misma. En su reparto, el propio Allen, Alan Alda, Anjelica Huston, Mia Farrow o Martin Landau, entre otros, consiguen rematar una obra realmente brillante y atemporal como pocas. Así es esta vida y así seguirá siendo, nos guste o no.
Sinopsis: La película nos cuenta las historias paralelas de dos hombres muy distintos: Judah Rosenthal (Martin Landau) es un oftalmólogo de prestigio al que la vida le sonríe. Tiene una hermosa familia y vive con todo tipo de comodidades, pero tras varios años de relación extra-matrimonial con Dolores Paley (Anjelica Huston), esta amenaza con destruir su vida tras saber que el pretende dejarla. Por otro lado, Cliff Stern (Woody Allen) es un documentalista de poco éxito atrapado en una relación que agoniza. Para colmo, es contratado por su arrogante y exitoso cuñado Lester (Alan Alda), al que odia profundamente, para realizar un documental sobre su vida y su obra. Así conocerá a Halley Reed (Mia Farrow), una de las productoras del documental, de la que se sentirá atraído de inmediato.
El director: Woody Allen es un director, guionista, actor, músico, dramaturgo, humorista y escritor estadounidense, ganador del Óscar en cuatro ocasiones. Considerado como uno de los mas influyentes y prolíficos de la era moderna, ha producido desde 1969 un total de 45 películas, regalándonos desde entonces un trabajo anual. Sus grandes influencias cinematográficas están en directores europeos como Ingmar Bergman o Federico Fellini, y también en comediantes como Groucho Marx o Bob Hope. Señalar sus mejores trabajos es una cuestión de enorme dificultad, ya que según el gusto del espectador estos varían considerablemente, pero si tuviera que recomendar varios títulos imprescindibles serían: Annie Hall (1977), Manhattan (1979), La rosa púrpura del Cairo (1985), Hannah y sus hermanas (1986), Delitos y faltas (1989), Misterioso asesinato en Manhattan (1993), Balas sobre Broadway (1994), Desmontando a Harry (1997), Match Point (2005), Midnight in Paris (2011) y Blue Jasmine (2013), aunque seguro que olvido alguna.
La película: Tras haber visto este trabajo ya en tres ocasiones, algo que en todas ellas ha sido un verdadero placer, incluso creciendo este en cada visionado, puedo casi asegurar que estamos ante la película, al menos para mi gusto, que consigue dejar uno de los mensajes mas pesimistas de los que se le pueden mandar a un ser humano, consiguiendo magistralmente que a este se le quede la sensación de haber visto una buena comedia. Decirlo o escribirlo resulta fácil, pero llevarlo a cabo de la forma en la que lo hace el bueno de Woody Allen, no puede ser mas que calificado como magistral. Tanto si eres admirador de su cine, como si lo detestas, esta magnífica obra deberías verla, ya que consigue tratar varios de los temas mas trascendentales de los que podemos debatir los seres humanos, con una naturalidad y un sentido del humor fundamentales para no acabar asqueado de la vida misma.
El guión escrito por el propio Allen, es sin duda uno de los mejores que un servidor ha tenido la oportunidad de disfrutar llevado a la gran pantalla, principalmente por como su creador es capaz de dosificar las dosis de drama y comedia, ya que con solo imaginar una historia similar sin el alivio que suponen sus chispeantes diálogos y varias de las situaciones que nos plantea, ya se le baja a uno la moral por completo. Olvídense del tipo de películas en las que las buenas acciones, las loables intenciones, son recompensadas por la misma vida o por cualquier Dios en el que crean y las malas son duramente castigadas, porque aquí el realizador estadounidense le da completamente la vuelta a la tortilla, enfrentándose a toda esa carga moral para intentar realizar un fiel retrato de como es la vida en realidad, por desgracia para la mayoría de nosotros.
Por suerte (o por desgracia) para todos, hay muchos mas Cliff Stern (Woody Allen) que Judah Rosenthal (Martin Landau) habitando en el planeta, ya que de no ser así, lo que muchas veces nos parece un infierno, sería un lugar realmente insoportable para la mayoría de nosotros. Por todo ello, es esta una de las películas mas serias que he visto de su director, aún a pesar de estar tan bien disfrazada como aquí lo está, algo que hace que sea aconsejable visionarla en un buen momento de ánimo, ya que de lo contrario puede resultar realmente agria. Todo se pone en tela de juicio en ella, hasta las mas profundas creencias de muchos de nosotros, pero se hace sin llegar a emitir un juicio definitivo por parte de su creador, sin rozar siquiera nunca la estridencia ni la pedantería, para que el espectador sea quien se forme su propia opinión y saque las conclusiones que crea oportunas, algo muy loable y realmente difícil de conseguir.
Y para que todo funcione como lo hace, se nos presentan ambas historias mediante la creación de unos personajes perfectamente desarrollados y definidos, que tienen gran parte de culpa del brillante resultado final. Meditando después te das cuenta de que casi todos conocemos o sabemos de la existencia de personas reales muy similares a casi todos ellos, unos tocados por una estrella y otros que viven estrellándose continuamente, unos muy religiosos y otros alejados de casi toda fe, pero casi todos ellos perdidos en la vida, o al menos llenos de esas dudas que nos asaltan constantemente. Sin ellos esta historia no sería la que es, no permitiría que el espectador se identificase con ella de forma tan sencilla como lo hace.
El reparto de Crimes and Misdemeanors, como ya he comentado con anterioridad, raya en casi todos sus miembros a un nivel realmente admirable, aunque voy a destacar a varios por encima del resto, comenzando por Woody Allen como Cliff Stern y Martin Landau como Judah Rosenthal, los auténticos protagonistas de la historia. Pero a su lado, interpretando a uno de los personajes que en mi opinión tienen mas importancia moralmente hablando, aunque en principio no lo parezca, está el de Martin Bergmann, que da vida al profesor Louis Levy. La lista la completan Alan Alda, Claire Bloom, Anjelica Huston, Mia Farrow, Jerry Orbach, Caroline Aaron y varios mas que seguro me dejo en el tintero.
Conclusión: Delitos y faltas es un trabajo que ningún amante del cine debería dejar pasar por alto, ya sea admirador del cine de Woody Allen o no. Pocas películas contienen tras su dulce apariencia tal cantidad de dilemas morales como esta, además de suponer un magnífico retrato de la condición humana y la vida misma. Su brillante guión, el magnífico trabajo de su reparto, la dirección del realizador estadounidense, la excelente fotografía de Sven Nykvist y la maravillosa banda sonora que combina música clásica y Jazz, ponen el resto para poder disfrutar de un título inolvidable.
Una frase: "Cada persona es la suma de todas las decisiones que toma a lo largo de su vida"
Fuentes consultadas: Filmaffinity, Imdb, Wikipedia y Youtube
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